La tarde cae en Buenos Aires, la luz y las sombras envuelven al histórico edificio de la avenida Córdoba y Libertad. Los invitados apresuran el paso para una función muy especial porque presentan «Teatro Nacional Cervantes, el primer siglo». El libro fue realizado especialmente con textos del profesor y crítico teatral Jorge Dubatti, con fotos inéditas que recorren la historia del único teatro nacional. También se presentó «Expedición al Teatro Nacional Cervantes» editado para niños, niñas y familias en el que cuatro expedicionistas: una llama, un mono carayá rojo, un zorro gris y un pingüino de Magallanes, descubren los secretos que hay detrás de la producción de una obra teatral con textos de Violeta Weinschelbaum e ilustraciones de Lu Garabello.
«El Teatro Nacional Cervantes (TNC) se destaca por ser de producción propia con gran cantidad de trabajadores no tercerizados que tienen esa cultura del trabajo, es de los trabajadores que le dedicaron su vida. Se viene cada vez más federal con mayor participación de las provincias y los teatros argentinos», comentó Jorge Dubatti. El escritor del libro, y flamante subdirector del TNC, explicó que se enfocó en hacer un resumen analítico del primer centenario del edificio, con una polifonía de voces de testimonios de artistas, teatros, espectadores de todo el país y del exterior hablando sobre qué significa para ellos y la dimensión subjetiva para cada uno de nosotros. Medio centenar de testimonios, una colección fotográfica con mucho material inédito del TNC, del archivo del Instituto Nacional del Teatro y de particulares me ayudaron para «trenzar» la línea histórica con los testimonios. Hay un pedido de las provincias para que el TNC sea más federal, describe Dubatti.
También conversamos con Violeta Weinschelbaum, quien explicó que el suyo es un libro que pretende quitarle esa solemnidad y acercar el teatro tanto el edificio como la historia de la institución y la actividad a los chicos por eso también incluimos a los animales. «Decidimos hacer una historia en la cual la actriz María Guerrero – la fundadora del teatro – invita a cuatro amigos, una llama, una zorrita, un mono y un pingüino, provenientes de Jujuy, Talampaya, selva misionera y Punta Tombo, respectivamente, se cuenta la historia del teatro y su arquitectura. El libro explica la dinámica de cómo funciona un teatro, por qué es un teatro nacional, cómo trabaja en todo el país y también mostrar la actividad».
Weinschelbaum resalta el trabajo que tiene que ver con la combinación de ilustraciones y fotografías que lo hace más atractivo de la mano de Lu Garabello que se relacionan con ella por su humor y su creatividad. La escritora nos mencionó a Juan Ventura diseñador que trabajó en cada página y codo a codo entre los tres.
El ministro de Cultura, Tristan Bauer, estuvo en la presentación y expresó: “hoy estamos aquí en este teatro presentando dos libros. Sabemos de la centralidad que en la sociedad humana tienen el teatro y los libros. Esa centralidad de las distintas manifestaciones artísticas nos obliga a nosotros, desde el Ministerio de Cultura de la Nación, a seguir en este recorrido y en esta tarea que con la pandemia, se tornó compleja y distinta a la que imaginamos cuando asumimos nuestra gestión. Nuestros niños y niñas cuando vean este libro, cuando se sumerjan en él, van a querer venir a visitar el teatro, y se les va a abrir todo un universo. Esa cultura sanadora tiene centralidad y el teatro tiene centralidad».
Por su parte, el hasta ese momento el director del TNC, Rubén D`Audia, agradeció y destacó el trabajo de todos los trabajadores y trabajadoras que colaboraron en la elaboración de los libros y reflexionó: “Una frase que cito del texto de Jorge Dubatti dice: “El Cervantes como proyecto artístico, cultural, social y político”. Cuando la leí por primera vez, me convocó, me pareció una síntesis preciosa”. Y concluyó: «Pensaba sobre el título Teatro Nacional Cervantes, el primer siglo. Dentro de cien años, cuando el Cervantes cumpla dos siglos de vida, habrá quienes analizarán si nosotros y nosotras, contemporáneos de su primer siglo, hemos sido capaces de articular ese proyecto, que es artístico, que es cultural, que es social y es político. Y ojalá la historia nos reserve un lugar digno, fruto de nuestras acciones. Ojalá nuestros compatriotas del futuro, al analizar nuestro proyecto, sientan orgullo de nosotros”.
Entre otros invitados, estaban el productor Carlos Rottemberg y la investigadora teatral Cora Roca, quien nos recordó que la compañía Guerrero-Díaz de Mendoza se había presentado por primera vez en el teatro Odeón y luego realizaron giras por el país. El público y la Argentina los aceptó de tal manera que en agradecimiento decidieron regalar un teatro a nuestro país. María Guerrero no quería que lleve su nombre y decidió que se llame Teatro Cervantes.
Ambos libros contienen un código QR en formato de audio, accesible para personas ciegas.
Fotografías TNC y agencia Télam.
@camarrero1