Llegó la primavera, y con ella se refuerzan las ganas de salir, moverse, disfrutar del aire libre y los paisajes. Y sin dudas muchos buscan opciones que eviten las grandes concentraciones de gente y disfrutar del campo, de la naturaleza.
O, por qué no, de la ruta. Bueno, al menos un tiempo, para disfrutar desde el auto de recorridos que regalan paisajes inolvidables, frente al mar, entre las montañas o en plena llanura, pasando por ciudades y pueblos con historia y tradiciones.
Para quienes están pensando en un buen viaje rutero esta primavera, o por qué no, las próximas vacaciones, aquí van cinco propuestas en distintos puntos del país para disfrutar de grandes paisajes de la Argentina desde el auto.
Una propuesta pare recorrer grandes paisajes del Noroeste, entre Tucumán y Salta. Imagen Google Maps
Tucumán-Salta
Ruta de los valles
Saliendo de San Miguel de Tucumán hacia el sur, la ruta 38 va tranquila y bastante recta, al pie de las sierras. Pero esa tranquilidad se despereza a unos 50 km de la capital provincial; más precisamente, en Acheral.
Porque allí este recorrido propone desviar a la derecha por la ruta 307, que empieza también bastante recta pero no le dura mucho: luego del cruce con la ruta 324, comienza a ascender viboreando entre la selva de yungas que tapiza las laderas montañosas, y a medida que se asciende, entre curvas, la angosta quebrada, el calor que suele azotar la capital tucumana va cambiando por aire más fresco y húmedo.
Las montañas de colores acompañan todo recorrido por los Valles Calchaquíes. Foto Shutterstock
En solo 60 km la ruta asciende desde unos 500 metros sobre el nivel del mar hasta los más de 2.000 msnm de la hermosa Tafí del Valle, donde el frío se hace sentir, apenas cae el sol, aun en las noches de verano.
Trekking, cabalgatas, deliciosos quesos artesanales, empanadas, el dique La Angostura, El Mollar con la reserva arqueológica Los Menhires, cumbres y quebradas hacia donde se mire, cascadas… mucho para ver y hacer en este paraíso de altura tucumano.
Tómese los días que pueda para luego continuar hacia el noroeste por la ruta 307, que sigue zigzagueando montaña arriba hasta el abra del Infiernillo, a 3.042 metros de altitud, el punto transitable más alto de la provincia de Tucumán.
Cabalgatas, una de las actividades más tradicionales en Tafí del Valle. Foto Ente Tucumán Turismo
A partir de allí el camino comienza a descender, pasa por Amaicha del Valle -sede de la Fiesta Nacional de la Pachamama- y se interna en la belleza árida de los Valles Calchaquíes, para encontrarse con la ruta nacional 40, la más larga y más famosa del país.
Las Ruinas de Quilmes, las bodegas tucumanas en Colalao del Valle y, enseguidita del ingreso a Salta, la colorida belleza de Cafayate, con sus bodegas, su moderno Museo de la Vid y el Vino y sus senderos para caminar entre las montañas.
El asfalto de la 40 sigue poco más, hasta San Carlos. Y allí comienza una gran aventura por la ruta 40 de tierra, con tramos espectaculares como el que atraviesa la Quebrada de las Flechas, entre Payogastilla y Angastaco; luego Molinos y su antigua iglesia; más adelante Seclantás –cuna del poncho salteño– y su ruta de tejedores, y el zigzagueo en ascenso, siempre cerca del río Calchaquí, hasta Cachi, mágico pueblo a más de 2.500 msnm vigilado por el Nevado de Cachi, de casi 6.400 metros.
Pimientos secándose al sol, una imagen tradicional cada fin del verano en Cachi. Foto Shutterstock
Si cruza el río y sigue por la 40 hasta Payogasta, puede desviar por la ruta 33 hasta el Parque Nacional Los Cardones. Y si se anima, esperar la noche en la famosa recta de Tin Tin, que, dicen, es «zona de avistaje de ovnis».
Más adelante, luego de ascender a casi 3.500 msnm en Piedra del Molino, comienza el espectacular descenso, con incontables curvas y contra curvas, por la Cuesta del Obispo, hasta llegar al Valle de Lerma y a la ruta 68, que lleva a Salta capital.
La Cuesta del Obispo, un camino imperdible para llegar de Cachi a Salta capital. Foto Shutterstock.
No se pierda la plaza, con la Catedral y el Cabildo; el teleférico al cerro San Bernardo, una escapada a San Lorenzo y una noche de empanadas, vinos y folclore en alguna de las muchas peñas de la ciudad o en La Casona. Esté donde esté, brinde a la salud de los paisajes del Norte.
www.turismosalta.gov.ar
www.tucumanturismo.gob.ar
La ruita 226 traza una diagonal de la llanura a la costa de Buenos Aires, a través de las sierras. Imagen Google Maps.
Provincia de Buenos Aires
Ruta de la llanura y las sierras
Desde General Villegas hasta Mar del Plata, los 660 km que traza la diagonal noreste-sudeste de la ruta nacional 226 son una invitación a disfrutar de sierras, lagunas, ciudades, pueblos rurales y parajes, en la inmensidad de la pampa húmeda.
Se suele decir que sobre todo la primera parte resulta “aburrida”, o que “no hay nada” para ver. Pues habrá que saber mirar mejor y estar abiertos a los paisajes inmensos salpicados de cultivos, arboledas, estancias, pueblos, bajo grandes cielos.
Parque Municipal de General Villegas, comienzo de la ruta 226. Foto Turismo Provincia de Buenos Aires.
Y no pasar por alto, por ejemplo, el Parque Municipal Alberto Almirón y el Teatro Español -inaugurado en 1907- en Carlos Tejedor; en Pehuajó, el famoso monumento a Manuelita, las lagunas y humedales; o el sorprendente Parque Municipal Las Acollaradas en Bolívar, con su recreación de una antigua pulpería y el parque acuático.
Unos 100 km luego de pasar Bolívar comienza a dibujarse en el horizonte el perfil de las sierras, y Olavarría bien merece una parada para conocer la historia de los picapedreros o de los alemanes del Volga que se establecieron en los alrededores de la ciudad y, por qué no, el museo de los hermanos Dante y Torcuato Emiliozzi, ídolos locales del Turismo Carretera.
Y viajar al surgimiento de la industria argentina de la cal y el cemento gracias al circuito histórico de la piedra caliza, entre Olavarría y pueblos satélites como Sierra Chica, Hinojo y Sierras Bayas.
Piedra movediza. Tandil es un imperdible de la ruta 226. Foto Turismo Provincia de Buenos Aires..
Tras compartir un tramo con la ruta 51 con rumbo este, la 226 vira luego hacia el sur nuevamente, cruza la ruta 3 muy cerca de Azul, que, como buena “Ciudad cervantina de la Argentina”, tiene su monumento al Quijote. No se pierda la Catedral gótica en la plaza principal, el circuito por las obras del arquitecto Francisco Salamone, el Parque Municipal y el balneario Almirante Brown.
Pasando Azul, la 226 encara derechito para Tandil: más sierras, el cerro Centinela con su telesilla, la piedra movediza -reconstruida-, el Fuerte Independencia, el dique y los imperdibles quesos y salames elaborados según las tradiciones de los inmigrantes italianos, especialmente del Friuli.
El museo Juan Manuel Fangio, referente de Balcarce. Foto Santiago Pando.
Siguiente stop: Balcarce. Más el Museo Juan Manuel Fangio, el cruce entre las sierras La Bachicha y La Barrosa y, tras otro paso entre sierras, la sorprendente belleza de la laguna Brava antes de llegar a Sierra de los Padres, con sus barrios residenciales, la laguna y la Gruta de los Pañuelos, que anuncian la llegada a Mar del Plata.
La ruta atraviesa la Puerta del Abra en Balcarce. Foto Santiago Pando
Entonces la 226 se transforma en avenida Pedro Luro, que enfila derechito al mar. Con los pies en el agua, un buen momento para disfrutar de la travesía realizada.
www.buenosaires.tur.ar
La ruta 41, un recorrido por grandes paisajes de la provincia de Santa Cruz. Imagen Google Maps
Santa Cruz
Ruta escénica
Ruta Escénica es el nombre con el que bautizó la provincia, y con justificación, a la ruta provincial 41, que recorre parte del noroeste provincial pegadita a la frontera con Chile, regalando espectaculares escenarios naturales en ese mágico cruce entre la meseta y la cordillera.
Aquí se propone un recorrido algo ampliado, que suma casi 240 km y une la localidad de Los Antiguos, a orillas del lago Buenos Aires, con la Cueva de las Manos, un Patrimonio de la Humanidad que resguarda pinturas rupestres de más de 9.000 años, en plena meseta santacruceña.
La ruta provincial 41 en Santa Cruz tiene su punto más alto en 1.400 msnm. Foto Turismo Santa Cruz.
Este camino de altura se inicia a 400 msnm, luego circula por los 800 metros y alcanza su punto más alto a 1.500 msnm, un recorrido que narra la evolución del Planeta, y específicamente de la Patagonia, a través de formaciones geológicas, montañas, lagos y ríos cristalinos como Los Antiguos, El Mallín, El Átomo o Zeballos.
Saliendo desde Los Antiguos -Capital Nacional de la Cereza- hacia el sur, la 41 va bordeando los cañadones de los ríos Jeinimeni y Los Antiguos, y ganando altura mientras regala magníficas vistas del lago Buenos Aires.
Además, atraviesa un bosque de antiguas lengas y ñires en su tramo entre Los Antiguos y el empalme con la ruta que lleva a Lago Posadas, una pequeña localidad cerca de los lagos Posadas y Pueyrredón con infraestructura y servicios turísticos. Y pasa junto al puntiagudo monte Zeballos, cuya cima se eleva a casi 2.750 msnm.
El monte Zeballos, un impresionante escenario de 41. Foto Turismo Santa Cruz
Y si a los costados del camino ve estacas rojas y verdes que le llaman la atención, sepa que marcan la ubicación de miradores en los que -sí o sí, no se los pierda- debe descender y escuchar los audios de la audioguía que Turismo de la provincia desarrolló específicamente para esta ruta, y que se puede descargar gratis en la web de turismo provincial.
Son siete audios que desde el km cero en Los Antiguos hasta el 115, antes de llegar a Lago Posadas, anuncian miradores y puntos de interés en los que un equipo de profesionales técnicos como arqueólogos, geólogos y expertos del área de Turismo santacruceño intervinieron junto con el apoyo de la provincia y del Consejo Federal de Turismo (CFI) para que los viajeros puedan disfrutar de un relato que hasta incluye música de artistas de la región.
Luego de rozar el enorme lago Ghio, la 41 gira hacia el este y se topa con la ruta nacional 40. Tómela con rumbo sur unos pocos km hasta poco antes de Bajo Caracoles, donde podrá tomar la provincial 39 -de ripio- hasta el espectacular cañadón del río Pinturas, en cuyas laderas, la Cueva de las Manos exhibe arte rupestre de más de 9.000 años de antigüedad.
www.santacruzpatagonia.gob.ar
Naturaleza y pueblos con historia y un gran humedal a la vera del Paraná, en Santa Fe. Imagen Google Maps
Santa Fe
Ruta del Paraná
“El camino de la costa”, con mucho sentido común, bautizó la provincia a este recorrido que va acompañando al río Paraná entre la capital provincial y Florencia, 460 km al norte, en el límite con Chaco; un viaje salpicado de pueblos con historia, paisajes, posadas y cabañas a orillas del río.
“Una ruta totalmente asfaltada que recorre pueblos y pueblitos con calles de arena como Santa Rosa de Calchines, Alejandra o Romang, y que es ideal para el turismo de naturaleza, con muchos complejos de cabañas y riachos vírgenes ideales para pescar y hacer avistaje de aves”, describe Alejandro Grandinetti, secretario de Turismo de la provincia.
Una playa sobre el río en Romang, uno de los pueblos ubicados sobre la ruta provincial 1. Foto Turismo Santa FE
Destaca que este recorrido es “uno de los sitios con mayor potencial en la provincia”, y apunta que el viaje podría iniciarse en Rosario, aunque desde allí sea por la ruta 11 y con un horizonte de campos de soja. En la 1, en cambio, se atraviesa vegetación nativa, como montes de espinillos y algarrobales. Una ruta panorámica que entrega varias perlas en su recorrido.
Uno de los principales atractivos históricos de esta ruta es el Parque Arqueológico Ruinas de Santa Fe la Vieja,en Cayastá, declarado Monumento Histórico Nacional.
Está en el sitio donde Juan de Garay fundó por primera vez la ciudad de Santa Fe, en 1573, se puede visitar el Museo Fundacional Argentina, la iglesia de San Francisco y la Casa ambientada de Antonio de Vera Muxica, teniente de gobernador de Santa Fe entre 1668 y 1672.
El Parque Arqueológico Ruinas de Santa Fe la Vieja, en Cayastá es uno de los más importantes del país. Foto Turismo Santa Fe
Sant Rosa de Calchines y San Javier son otros tranquilos paraísos cercanos. Sin embargo, el epicentro de esta ruta está en su tramo norte: el Jaaukanigás (”hombre del agua” en lengua avipona), un humedal que, dice, podría describirse como “continuación de los Esteros del Iberá pero con selva”.
Es uno de los tres sitios Ramsar -de importancia mundial para la observación de aves- de la provincia.
Bañados, ríos, riachos, arroyos ideales para la pesca y el turismo de naturaleza -con muchos complejos de cabañas aquí y allá- y un desarrollo incipiente de turismo histórico, sobre todo en la zona donde a principios del siglo XX estaba la famosa empresa La Forestal, cuya historia nefasta dio lugar a una gran rebelión obrera.
Un paseo por el río cerca de San José del Rincón. Foto Turismo Santa Fe.
Algo de aquella cultura obrera se puede revivir en Villa Guillermina, un pueblo que llegó a tener 20 mil habitantes, estación de tren propia, luz eléctrica y hasta cloacas, que mantiene intacta su arquitectura inglesa de principios del siglo XX y en el que ahora se recuperan casas antiguas como alojamientos, algo que también pasa en la cercana Villa Ana.
«También se conocen historias muy lindas y actuales, como la de un matrimonio de parisinos que se jubilaron, compraron un casco de estancia sobre el río San Javier e instalaron allí una posada. Como ella es profesora de literatura, tienen una gran colección de literatura francesa”, cuenta Grandinetti.
O la de un español que encontró en las cercanías de San Javier su lugar en el mundo, donde se instaló y creó lodge de pesca al que antes de la pandemia llegaban muchos extranjeros.
Turismo de naturaleza, tranquilidad y pueblos con historia, el muy atractivo cóctel de la ruta 1. Foto Turismo Santa Fe
Y también la de dos mujeres que crearon un centro para adentrarse en caminos espirituales y la meditación, con práctica de yoga y reiki en medio del monte nativo.
www.vivisantafe.com
Entre la meseta y el mar, sobre acantilados: la ruta provincial 1 de Río Negro. Imagen Google Maps
Río Negro
Ruta de los acantilados
También conocido como “camino de la costa”, no sería exagerado describirlo como uno de los recorridos más espectaculares del país: siempre a orillas del mar.
Habría que decir que “oficialmente” esta ruta va desde Viedma, capital de Río Negro, hasta el puerto de San Antonio Este, pero lo cierto es que hoy, enormes dunas vivas –que se mueven constantemente- la cortan en Bahía Creek, a 130 kilómetros de Viedma, lo que impide recorrer en su totalidad, de punta a punta, sus 215 kilómetros.
La ruta provincial 1, junto a altos acantilados sobre el mar, es un recorrido espectacular. Foto Turismo Río Negro
“Es una ruta prioritaria para nosotros; una ruta maravillosa que va por acantilados agrestes, donde se puede observar flora y fauna marina. Y hemos puesto foco en rehabilitarla”, comenta la ministra de Turismo de Río Negro, Martha Vélez.
Y añade que se trabajó con ingenieros y geólogos en una nueva traza cercana que no se cortaría por las dunas. “Estamos en ese trabajo con Vialidad y áreas de la provincia, y esperamos que pronto podamos rehabilitar esta ruta emblemática”.
Así las cosas, para hacer este recorrido hoy hay dos opciones: “conformarse” con los 130 km de Viedma a Bahía Creek -donde están los principales atractivos- o, luego de hacer este tramo, regresar a la capital y tomar la ruta 3 y luego la provincial 52, para retomar la 1 rumbo al oeste apenas pasando Bahía Creek.
La ruta actualmente está cortada por dunas vivas en Bahía Creek, a 130 km de Viedma. Proyectan rehabilitarla. Foto Turismo Río Negro
Pero salgamos desde Viedma: los primeros 30 km ruta van muy cerca del río Negro, acompañándolo hasta su desembocadura en el balneario El Cóndor, que con playas amplias, alojamiento, gastronomía y todos los servicios, seguramente sorprenderá a más de uno.
Vale la pena visitar el faro Río Negro -uno de los más antiguos del país, declarado Monumento Histórico- y luego retomar la ruta, que trepa al acantilado y regala las primeras panorámicas, con el mar a la izquierda y la estepa a la derecha.
Luego de un par de bajadas a la playa, una parada obligada es El Espigón, donde recientemente se restauró un mirador sobre las rocas, al que se sumarán otros en Bahía Creek, Bahía Rosas y Ensenada.
Cerca de El Cóndor se asienta una de las mayores colonias del mundo de loros barranqueros. Foto Turismo Río Negro
Poco más adelante está Playa Bonita, al abrigo de altos acantilados que acompañan el viaje hasta la siguiente parada: La Lobería, con algunas casas, y al otro lado de la ruta, una impresionante bajada a la playa, elegida sobre todo por los piletones naturales que se forman con marea baja. El camping fue recientemente renovado, al igual que la confitería-restaurante.
Muy cerca está la reserva de fauna Punta Bermeja, considerada la mayor colonia de lobos marinos de un pelo de Sudamérica, con 4.000 ejemplares permanentes y hasta 7.500 en ciertas épocas. Hay un centro de interpretación, senderos y miradores que, con algo de suerte, permiten ver también toninas overas, delfines, orcas y ballenas francas australes.
En Bahía Rosas y Bajada Echandi suelen apostarse quienes buscan pescar tiburones desde la costa, y poco más adelante, en Bahía Creek, encontrará algunas casas, un par de alojamientos y una muy amplia playa bajo los acantilados. Y las inmensas dunas vivas que cortan la ruta; más allá no se puede continuar.
Se están construyendo miradores sobre las rocas a lo largo del recorrido. Foto Turismo Río Negro
Si decide regresar a Viedma, tomar la ruta 3 y luego la provincial 52, antes de retomar la 1 lléguese hasta Caleta de los Loros, una reserva provincial donde se están licitando obras para poner en valor esta área natural protegida.
Volviendo a la 1, se encontrará con playa Winter y poco más adelante con playa Vinassa, que preanuncia la llegada a San Antonio Este, donde vale la pena visitar playa Conchillas, el puerto, Punta Villarino y Punta Perdices.
Puede retomar la ruta 3 y seguir hasta San Antonio Oeste, con su antigua estación de ferrocarril. Y de allí, tomar la provincial 2 para hacer los 10 km hasta Las Grutas, con sus famosas playas de aguas templadas y su completa infraestructura. Gran epílogo para un gran viaje.
turismo.rionegro.gov.ar
La ruta provincial 1 tiene 215 km entre Viedma y San Antonio Este. Foto Turismo Río Negro
Fuente: Clarín