En Lausanne, Suiza, la orquesta Nexus estrenó en concierto la Décima Sinfonía de Ludwig van Beethoven, es decir, una reconstrucción, basada en la inteligencia artificial, de lo que hubiera podido ser esa sinfonía del genio de Bonn a partir de algunos de sus esbozos y apuntes. No es la primera vez que se intenta este tipo de reconstrucción: el musicólogo Barry Cooper lo intentó en los años 80, la Sinfonía n.º 10 en mi bemol mayor, de la que se publicaron dos grabaciones, y algunos otros músicos se embarcaron en tareas parecidas (sin que ninguno de ellos, salvo Cooper, la terminaran). Inclusive, la primera sinfonía de Brahms, por algunas de sus ideas musicales, a veces fue denominada como la “décima de Beethoven). Sin embargo, ahora es la primera vez que un programa de computación se encarga de la tarea.
La obra se llama BeethovANN 10.1 y fue creada por el programa de inteligencia artificial. “ANN” (acrónimo en inglés de Red Neuronal Artificial, una de las formas de la inteligencia artificial). “No sabemos demasiado bien cómo resultará. Hay que entender que no es el resultado lo que cuenta, sino el proceso”, dijo días antes de la primera ejecución Guillaume Berney, el director de orquesta. Detrás de BeethovANN 10.1 está Florian Colombo, un violoncelista que dedicó largos años al proyecto de enseñarle a una máquina cómo componer siguiendo el estilo de uno de los grandes músicos de la historia.
Florian Colombo abrió el archivo Symphonie 10.1 en una gran pantalla y, con un solo clic, generó la partitura final para la obra, que dura unos 5 minutos. Tras ello, Guillaume Berney efectuó algunos ajustes armónicos y la pieza fue presentada al público. “Es bastante genial ver esto, es como estar en la unidad de maternidad, es un nacimiento”, dijo el director de orquesta, con las primeras hojas de la partitura en la mano. “En cuanto a lo que veo a nivel armónico, estamos más bien en la época de Beethoven, así que podemos decir que es un éxito”.
Durante el ensayo, Florian Colombo señaló que “hay un toque de Beethoven pero esto es verdaderamente BeethovANN, es algo por descubrir”. “Hay algunas cosas que están muy bien, otras que están fuera del estilo pero es agradable. Quizá le falta la chispa del genio”, señaló el director de orquesta. Colombo, investigador informático de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne, educó a las redes de neuronas artificiales con los 16 cuartetos para cuerdas de Beethoven y sus acordes particulares, y luego le pidió que compusiera a partir de fragmentos lo que habría podido convertirse en la 10ª sinfonía. “La idea es poder apretar el botón y tener la partitura completa para la orquesta sinfónica entera, sin más intervenciones que mi trabajo previo”, explicó el investigador, que empezó con el proyecto “hace casi diez años”. Su objetivo es “aportar esas herramientas a los músicos profesionales, a los aficionados, a las orquestas, para que todo el mundo pueda componer de manera lúdica o crear partituras a la medida de necesidades específicas”.
Fuente: Ámbito