Es raro imaginar la ansiedad como algo positivo. ¿Qué tiene de bueno sentirse nervioso y preocupado? Según Wendy Suzuki, neurocientífica y profesora del Centro de Ciencias Neuronales de la Universidad de Nueva York, la ansiedad puede ser una buena emoción. En lugar de luchar contra ella, Suzuki cuenta que durante su vida ha utilizado esa emoción para ser más productiva, más optimista, y, en última instancia, más resistente.
La investigadora se ha especializado en el estudio de la plasticidad del cerebro y los efectos transformadores del ejercicio físico en la salud mental y el desarrollo cognitivo. “Lo que he descubierto a lo largo de los años es que la forma más poderosa de combatir la ansiedad es trabajar constantemente para desarrollar tu resiliencia y fortaleza mental”, dice Suzuki.
Para lograr ese objetivo, practica estos seis ejercicios diariamente y los explica con sus propias palabras:
1. Visualizá resultados positivos
Al principio o al final de cada día, pensá en todas esas situaciones inciertas que hay actualmente en tu vida, incluyendo tanto las grandes como las pequeñas. ¿Tendré una buena evaluación de desempeño? ¿Mi hijo se asentará bien en su nueva escuela? ¿Recibiré una respuesta después de mi entrevista de trabajo?
Ahora tomá cada una de esas situaciones y visualizá el resultado más optimista que puede tener. No solo el resultado bueno, sino “el mejor” resultado posible que puedas imaginar. Esta práctica permite entrenarse en el desarrollo de esperar resultados positivos.
2. Convertí la ansiedad en progreso
La plasticidad de nuestro cerebro es lo que nos permite ser resilientes durante tiempos difíciles: aprender a calmarnos, reevaluar situaciones, replantear nuestros pensamientos y tomar decisiones más inteligentes. Es más fácil aprovechar esto cuando recordamos que la ansiedad no siempre tiene por qué ser mala. Considerá estas proposiciones.
La ira podría bloquear tu atención y capacidad de desempeño, o podría impulsarla y motivarla, ya que también agudiza tu atención y sirve como recordatorio de lo que es importante. El miedo podría desencadenar recuerdos de fracasos pasados. Cuando eso ocurre, te quita la atención y disminuye tu desempeño. Pero también podría hacerte más cuidadoso con tus decisiones, ayudarte a profundizar tus reflexiones y crear oportunidades para cambiar de dirección.
La tristeza podría aplanar tu estado de ánimo y desmotivarte, o podría ayudarte a cambiar tus prioridades y motivarte a transformar tu entorno, circunstancias y comportamiento. La preocupación, por su parte, podría hacer que pospongas las cosas y evitar que logres tus metas, o podría ayudarte a afinar tus planes, ajustar tus expectativas y volverte más realista para que puedas orientarte a conseguir objetivos.
En cuanto a la frustración, podría obstaculizar tu progreso y eliminar tu motivación, o podría desafiarte a mejorar. Estas comparaciones pueden parecer simplistas, pero apuntan a opciones poderosas que producen resultados tangibles.
3. Probá algo nuevo
En estos días, es más fácil que nunca tomar una nueva clase en línea, hacer un deporte o participar en un evento virtual. No hace mucho, participé en un entrenamiento en vivo de Instagram con la campeona de Wimbledon, Venus Williams, donde usaba botellas como pesas. Nunca había hecho algo así antes. Resultó ser una experiencia fantástica y memorable.
Mi punto es que, de forma gratuita (o solo por una pequeña tarifa), podés empujar tu cerebro y tu cuerpo a probar algo que nunca antes habías considerado. No tiene por qué ser un entrenamiento y no tiene por qué ser difícil; puede ser algo justo por encima de tu nivel o simplemente fuera de tu zona de confort.
4. Comunicate con otras personas
Ser capaz de pedir ayuda, mantenerse conectado con amigos y familiares y fomentar activamente las relaciones alentadoras y de apoyo no solo te permite mantener la ansiedad a raya, sino que también refuerza la sensación de que no estás solo.
No es fácil de cultivar, pero la creencia y el sentimiento de que estás rodeado de personas que se preocupan por vos es crucial en momentos de enorme estrés, cuando necesitás recurrir a tu propia capacidad de recuperación para perseverar y mantener tu bienestar.VACACIONES SORPRESA: LA CURIOSA RAZÓN POR LA QUE NIKE DECIDIÓ DAR UNA SEMANA LIBRE A TODOS SUS EMPLEADOS
Cuando sufrimos una pérdida u otras formas de angustia, es natural retirarse. Incluso vemos este tipo de comportamiento en animales que están de luto. Sin embargo, también tenés el poder de empujarte hacia la compañía de aquellos que pueden ayudarte a cuidarte.
5. Practicá el auto-tuit positivo
El artista Lin-Manuel Miranda publicó un libro en el que habla de los tuits que envía al principio y al final de cada día. En él, comparte lo que son esencialmente pequeños mensajes optimistas que son divertidos, singulares y en general encantadores.
Si lo observás en sus entrevistas, verás a una persona intrínsecamente fuerte y optimista. ¿Cómo podés llegar a ser tan resistente, productivo y creativo? Claramente, parte de la respuesta son recordatorios positivos. No es necesario que los compartas con el público. La idea es animarse a hacerlo al principio y al final del día.
Si te resulta difícil, intentá pensar en qué te diría una persona que ha sido importante en tu vida (hermano, amigo, mentor, padre) y luego escribí el tuit o simplemente decilo para vos mismo.
6. Sumergite en la naturaleza
La ciencia ha demostrado una y otra vez que pasar tiempo en la naturaleza tiene efectos positivos en nuestra salud mental. Algunos estudios han encontrado que puede aumentar significativamente tu bienestar emocional y resiliencia.¿POR QUÉ NOS INVADEN LAS PREOCUPACIONES A LA HORA DE DORMIR?
No necesitás vivir junto a un bosque para sumergirte en la naturaleza. Un parque cercano o cualquier entorno tranquilo con vegetación donde no haya mucha gente funcionará bien. Respirá, relajate y tomá conciencia de los sonidos, olores y visiones. Utilizá todos tus sentidos para crear una mayor conciencia del mundo natural.
Este ejercicio aumenta tu capacidad de recuperación general, ya que actúa como una especie de restauración de energía y restablece tu equilibrio.
Fuente: La Nación