Pero nos equivocábamos: la cantante acaba de reconocer que le afectan, y mucho, los comentarios sobre su peso. «Cuando debería ser más feliz, estoy tan deprimida… Es como si no importara cuánta energía positiva pongas en el mundo, siempre hay personas que tienen algo malo que decir sobre ti».
Lizzo, que acaba de lanzar el tema ‘Rumors’, una colaboración con Cardi B, se ha sincerado: «Gorda es lo peor que la gente puede decir de mí en este momento, es mi mayor inseguridad. Parece que piensan ‘¿Cómo se atreve una estrella del pop a ser gorda?’. Debería cambiar eso», confiesa sacando a la luz uno de los temas más ‘tapados’ en la industria de la música: la vergüenza corporal que supone tener una talla XXL.
VIVIR A DIETA
Estrellas como ella o Beyoncé, reinas indiscutibles sobre el escenario que arrastran a millones de seguidores, aseguran haberla sufrido. «Recuerdo cuando empecé a oír que la gente me criticaba después de haber engordado. Tenía 19 años. Ninguna de las prendas de muestra me quedaba bien», ha dicho Beyoncé en una entrevista a Harper’s Bazaar, recordando las dietas radicales, y en muchos casos peligrosas, que seguía antes de cada gira. «He pasado demasiado tiempo a dieta, con la idea errónea de que cuidarme significaba hacer ejercicio y ser demasiado consciente de mi cuerpo», explica la cantante, quien asegura haber dejado la exigencia autoimpuesta de adaptarse a los cánones de belleza establecidos en favor de su salud mental.
Porque lo cierto es que las dietas afectan a nuestra mente tanto como a nuestro cuerpo. «Vivir a dieta es un error. Lo único que aporta esta estrategia es una sensación de falso control, una represión con fecha de caducidad que, en cualquier momento, nos va a sabotear en uno u otro objetivo de vida», asegura Rocío López, coach nutricional de Roma Health Coach. Palabras refrendadas por un dato: el 80% de los casos de Trastornos de la Conducta Alimentaria comienza con una dieta, según informes de la Cruz Roja e INSALUM, especialistas en salud mental. Y por la experiencia: según en doctor Ramón de Cangas,dietista, nutricionista y doctor en biología molecular, con más 20 años de experiencia, «más del 90% de las dietas acaban en fracaso».
UNA VIOLENCIA LLAMADA ‘GORDOFOBIA’
Y aunque el peso es «solo un indicador», dice Rocío López, y el sobrepeso no debe ser juzgado como bueno o malo, -«es lo que es y punto, si es positivo o negativo debe valorarlo un profesional de la salud. No puede considerarse como un canon de belleza o una tendencia de moda ya que caeríamos en etiquetas, estereotipos y posturas extremistas que generan confusión y efectos negativos, es una cualidad física más, como la altura, el color de pelo o de ojos», explica la coach-, lo cierto es que hoy día no es fácil defender una talla generosa y la palabra «gorda» supone en sí misma un insulto. «Resulta humillante, lo que significa que se considera despreciable a la gente gorda. Y eso es gordofobia», afirma Magdalena Piñeyro, cofundadora de la plataforma Stop Gordofobia y autora de la ‘Guía básica sobre gordofobia. Un paso más hacia una vida libre de violencia’, que ha elaborado para el Instituto Canario de Igualdad.
La gordofobia, el rechazo que sufren las personas gordas por el simple hecho de serlo, no es un territorio exclusivo de la industria de la música, como han denunciado Lizzo y Beyoncé, y hoy día supone una de las principales formas de violencia contra las mujeres. Las personas gordas «sufren acoso en la calle, en el transporte público, en los centros educativos, en el ámbito deportivo… Tienen dificultades para encontrar ropa de su talla, mobiliario en que quepan, padecen miedo de ir a la playa y enseñar su cuerpo, y hasta soportan burlas cuando comparten fotos suyas en sus redes sociales. Dondequiera que vayan se encuentran con una sociedad que las rechaza, estigmatiza y censura, que les insiste en que tener el cuerpo que tienen es su responsabilidad, llenándolas de culpa y vergüenza, provocándoles, en ocasiones, problemas de salud mental como ansiedad, depresión o trastornos de la conducta alimentaria«, explica Magdalena Piñeyro. «No es casualidad que algunas personas gordas tengan miedo a salir a la calle, a hacer deporte y a comer en público».
LA CULTURA DE LA DIETA
Comentar el cuerpo ajeno y el propio, hablar constantemente de modos de adelgazamiento, comer con culpa y tener una mala relación con la comida, «forman parte de la gordofobia«, insiste Piñeyro. Y de la conocida como «cultura de la dieta», que no es otra que el resultado de sumar «la multimillonaria industria de las dietas y la atmósfera social y cultural que normaliza el control de peso y la intolerancia gordófoba», según define Virgie Tovar en su obra ‘Tienes derecho a permanecer gorda’ (2018).
Cuando el sobrepeso no supone un problema de salud -«es tan incoherente y peligroso promoverlo como lo es buscar la delgadez extrema«, advierte la coach Rocío López- se trata simplemente de una cuestión de imagen; más bien, de «autoimagen, algo imprescindible para una buena autoestima, porque solo las personas que se sienten seguras de cómo son saben expresar sus opiniones, reclamar sus derechos y alzar la voz cuando es necesario», explica. Y no es fácil mantener en alto esa autoimagen en un momento en que las redes sociales suponen una de las mayores amenazas. «La falta de responsabilidad en la forma de utilizarlas está derivando en problemas importantes de discriminación, acoso e incitación al odio«, asegura López, «se está ‘normalizando’ la figura del hater, que se escuda en el anonimato para hacer comentarios devastadores. Además, tanto las redes como la industria de la música influyen directamente en las generaciones más jóvenes, las más vulnerables».
UN MUNDO SIN TALLAS
Luchar contra la gordofobia no es fácil. «Es necesario un esfuerzo individual y colectivo para frenarla, construir un mundo inclusivo con las personas gordas, aceptando la diversidad corporal, las distintas formas de cuidado, de amor y de salud posibles», insiste Magdalena Piñeyro. Y con este objetivo, «es importante que la educación de valores como el respeto, la diversidad y la libertad estén presentes en la industria de la música, dada su influencia en la sociedad. Una persona es mucho más que un peso y una apariencia física», insiste Rocío López. «Mientras tanto, hay una chica negra de talla grande en los Grammy», reivindica Lizzo. «Tenemos un largo camino por recorrer».
Fuente: El Mundo, España