La progresión de las fotos muestra la invisibilización de una madre, su hija y la muñeca bajo un pañuelo, un hiyab y un burka: al final se impone el negro, que se traga todo, como la misma muerte.
La fotógrafa yemení Boushra Yahya Almutawakel publicó su obra en 2010, la tituló Madre, hija y muñeca, en el marco de un proyecto fotográfico más amplio, The Hijab Series.
La secuencia de las mujeres que van desapareciendo tras los velos se compone de ocho imágenes que grafican una idea: la progresiva invisibilización de las mujeres, el intento de neutralizarlas, censurarlas, reprimirlas, en definitiva.
A su vez, el trabajo pone de relieve la fortaleza y el coraje de las mujeres del Medio Oriente.
Por estas horas, las fotos no solo volvieron a circular en las redes sociales sino que se volvieron virales por lo que representan y ante el agravamiento de la situación política en Afganistán.
Imagen: “Mother, Daughter, Doll”, de su serie «The Hijab Series», 2010.
Ya se sabe que la toma del poder por parte de los talibanes pone en riesgo las conquistas femeninas de las últimas dos décadas: se temen en ese marco prohibiciones, restricciones y violaciones de los derechos humanos.
Hay un antecedente que hace temer lo peor y justifican el miedo: los talibanes, que se rigen por una estricta interpretación de la ley islámica, ya gobernaron Afganistán durante cinco años, entre 1996 y 2001. Entonces, a ellas se les negó el derecho a trabajar e incluso salir de sus casas sin un hombre.
También hubo ejecuciones y mutilaciones públicas, de mujeres acusadas de adulterio, o detenidas por usar sandalias que dejaban ver sus pies.
La secuencia de las mujeres que van desapareciendo tras los velos se compone de ocho imágenes que muestran lo que implica utilizarlos: una progresiva invisibilización.
En estas últimas dos décadas, las mujeres lograron avances notables. Por eso, el mundo está alerta y los colectivos feministas advierten sobre el peligro de un retroceso.
E incluso impulsaron petitorio, que ya acumula 50 mil firmas, en los que piden por la apertura de las fronteras para las mujeres afganas.
Fotógrafa en Yemen
Almutawakel fue la primera mujer que se hizo fotógrafa profesional en Yemen: se formó en Estados Unidos y regresó a su país a mediados de los 90, con 25 años. Luego, fundó una galería para exhibiciones y debates de arte y se enfocó en trabajos orientados a repensar el rol de la mujer en las sociedades contemporáneas.
Desplazados afganos. El país vive un momento de temor y caos.
En ésta, la serie que la hizo famosa, propone reflexionar puntualmente sobre las condiciones que imponen los regímenes liderados por fanáticos y que tienden a borrar de escena a ciertos grupos.
La artista piensa que «en lugar de cubrir a las mujeres, deberían centrarse en los hombres, educarlos en cómo tratar y respetar a las mujeres, lo que creo que está más acorde con el Islam, al menos para mí”.
En relación al uso de los distintos tipos de velos que cubren el cuerpo y el rostro, la fotógrafa piensa que debe ser cada mujer quien decida si usarlo o no. Ha dicho en declaraciones a la prensa: «Tengo sentimientos encontrados al respecto. Cuando estoy en Yemen, me siento cómoda con él porque todo el mundo lo usa y en cierta manera me siento más segura de algunas miradas de los hombres. Es, de cierto modo, liberador. Pero para mí no tiene sentido cubrirse los ojos o llevar guantes».
Y también: «Otra cosa que me genera un problema es ver a las niñas con velo o incluso con el nicab. Aunque finalmente creo que cada mujer tiene derecho a elegir cómo desea presentarse al mundo, ya sea con hijab, nicab o con ninguno de ellos».
Fuente: Clarín