Así se informó oficialmente desde las redes oficiales de Pilsen, grupo que lideraba desde los primeros años de los `90, en medio de distintos problemas internos que afectaban a Los Violadores, y que finalmente determinaron su separación definitiva.
«Con profundo dolor lamentamos comunicar el fallecimiento de nuestro querido líder, Enrique Chalar. Pil nos dejó físicamente esta tarde de manera repentina en su casa de Lima, Perú, a raíz de un paro cardiorrespiratorio, a los 62 años», comienza el comunicado publicado pocos minutos después de esta medianoche.
«Nos deja un guerrero, un pionero del punk y underground latinoamericano, letrista iluminado, portavoz de toda una generación, peleador e incansable capitán de mil batallas. No hay palabras que alcancen para expresar nuestro pesar. Acompañamos especialmente a su mujer y a su hijo en este momento y abrazamos a todos sus seguidores que tanto significaron siempre para Pil».
«Pil Chalar 1959 – 2021 a la eternidad», añade el texto.
Nacido bajo el nombre de Enrique Chalar, en el barrio porteño de Villa Urquiza, la adolescencia en medio de la feroz dictadura militar y un famoso artículo publicado en la revista «El Expreso Imaginario», que informaba por primera vez sobre la existencia del movimiento punk que revolucionaba Londres, hicieron cambiar sus gustos musicales, hasta el momento dominados por el rock clásico.
Así fue que comenzó a tomar contacto con otros jóvenes de su edad que tenían conocimiento de este fenómeno e intentaban implementarlo en nuestro país, en medio de un adverso contexto político que le daba aún mayor sentido a su nacimiento.
De esa manera conoció a Pedro Braun, conocido como Hari-B, quien había llegado hacía poco de un viaje a Londres con una gran cantidad de discos de bandas punk como los Sex Pistols, The Clash, The Damned y Generation X, entre otras.
De a poco se fueron sumando el baterista Sergio Gramática y el guitarrista Gustavo Fossá, conocido como Stuka, para conformar la primera alineación de Los Violadores, nombre adoptado por su actitud desafiante ante la ley.
Sin embargo, la censura imperante en esa época hizo que en muchos de los afiches de sus shows aparecieran bajo el nombre de Los Voladores.
El uso de una remera con una inscripción del grupo Public Image Limited (PIL), proyecto del vocalista John Lydon tras la disolución de Sex Pistols, le dieron a Enrique Chalar su apodo definitivo con el que se haría conocer.
Los Violadores tomaron estado público a partir de una batahola ocurrida en un show del grupo en la Universidad de Belgrano, en julio de 1981, que terminó con todas las instalaciones destrozadas, y el grupo y parte del público detenidos por largas horas, donde sufrieron diversas torturas.
A partir de allí, su actitud desafiante expresada a través de su imagen y de canciones como «Represión» hizo que fuera reconocido en el ambiente del rock argentino, que no dejaba de sentirse amenazado por esa aparición.
Los cruces mediáticos con las grandes figuras del momento se acrecentaron cuando, junto a Virus, fueron las únicas bandas que se negaron a participar del Festival de la Solidaridad, organizado en plena Guerra de Malvinas.
Bajo la producción del baterista de Riff, Michel Peyronel, el grupo grabó su primer disco, que contenía el mencionado clásico «Represión», al que le siguió «Y ahora qué pasa, eh?», de 1985, que, con su hit «Uno, dos, ultraviolento», lo catapultó definitivamente a la fama.
A pesar de que el grupo continuó su marcha a lo largo de toda la década, diversos problemas internos hicieron que comenzara a sufrir peleas en su seno y cambios de integrantes que esmerilaron su impulso inicial.
Pil Trafa, como se lo conocía en esos años, fue el único integrante que permaneció hasta el final, pero a la vez creó Pilsen, un nuevo proyecto que lo mantuvo activo.
En 1999, Pil se volvería a unir a Stuka para un disco a dúo, pero nuevamente surgieron diferencias en la sociedad que había marcado el pulso de Los Violadores.
En los años siguientes, la carrera de Pil osciló entre los regresos de Pilsen, su recorrido como solista, con memorables discos como «Último hombre», de 2015, en el que nombró al grupo que lo acompañó como «Los Violadores de la Ley»; y un recordado regreso de Los Violadores, con un impactante show en el Luna Park en 2016.
Sin embargo, otra vez los problemas internos impidieron que este regreso se prolongara en el tiempo.
«Se fue el compañero de la vida, el partenaire de las mejores y más gloriosas batallas», resumió en Facebook su excompañero Stuka.