La cultura japonesa se caracteriza por mantener viva las tradiciones ancestrales, una de ellas es Hi Matsuri, la ceremonia en la que una hoguera es encendida para quemar las energías negativas y mutarlas por positivas y dar la bienvenida a lo próspero. El evento, nacido en la Antigüedad, llegó a Buenos Aires en 2001 al Jardín Japonés y es uno de los más esperados por el público que este año podrá participar con aforo.
“El Festival del Fuego responde a la tradición japonesa de quemar lo pasado para dejarlo atrás y así dejar paso a nuevo. Con el tiempo se fue adaptando, pero manteniendo la misma premisa ancestral”, cuenta Sergio Miyagi, de la Fundación Cultural Argentino Japonesa y del Complejo Cultural y Ambiental Jardín Japonés.
En Japón, esta ceremonia se realiza en honor al santuario Yuki, construido a comienzos del periodo Heian (794-1185) para una deidad que habitaba en el Palacio Imperial de Kioto. Cuenta la historia que cuando el santuario fue terminado, la deidad fue a visitarlo y para mostrarle el camino en medio de la oscuridad, sus guías encendieron decenas de antorchas a lo largo del recorrido.
“De esta manera, el dios y los espíritus que lo acompañaban pudieron llegar sanos y salvos al nuevo santuario situado en las montañas del norte de Kioto. Y de ahí surgió la celebración de este festival anual del fuego de Kurama”, cuenta Japonismo, revista especializada en la cultura japonesa.
Actualmente, el festival recuerda el origen de aquel santuario Yuki y ofrece a sus participantes buena fortuna y el beneplácito de las deidades.
“Quienes participan de esta celebración recibirán al ingresar al Jardín una tablilla de madera en la que podrán escribir los infortunios del año, todo aquello que quiera sacar de su vida. Lo depositará en un árbol de metal que se irá llenando y el maestro de ceremonia encenderá la llama del fuego que quemará todos esos pesares”, revela Miyagi.
Debido a la pandemia, este año, y por primera vez desde 2001, se realizarán tres quemas“para evitar la aglomeración del público y para que todos puedan participar”, aclaró Miyagi y pidió que quienes deseen participar lo hagan con el tapabocas y respetando la distancia social establecida.
“Para la cultura japonesa, el fuego es purificador, por eso se lleva lo negativo y lo trasmuta. Mientras la hoguera arde, las personas la miran, casi hipnotizadas, con el deseo de que aquello que pidieron irse, se vaya. Este año, muchos queremos que esta pandemia termine. Y ese será uno de los deseos a pedir desde nuestro lugar”.
Mientras eso suceda, el sonido de los tambores japoneses “Taiko” hará que el humo se eleve al cielo junto a las energías transmutadas.
“El humo se elevará al cielo, para que en ese momento, todo lo malo comience a irse. Así lo desearemos con fuerza. También vamos a desear que los buenos augurios se cumplan hasta el final del año”, explica el representante de la cultura japonesa en Argentina.
“Después de esta ceremonia tendremos el deseo de transitar el año más aliviados. Ese es el objetivo principal. La energía que generan las llamas ardiendo en una gran fogata es muy fuerte”, aseguró y pidió que quienes lleguen lo hagan con tiempo para poder ingresar y respetando los protocolos sanitarios vigentes.
La ceremonia se realiza del sábado 14 al lunes 16, y cada día hay tres turnos espaciados para que los visitantes puedan, además, pasear por el lugar. Es a las 13:30, 16:00 y a las 17:45 en el Jardín Japonés, Av. Casares y Av. Figueroa Alcorta.
El lugar se encuentra abierto todos los días de 10 a 18:45 y tiene cuatro horarios de acceso y permanencia de dos horas: 10:00 a 12:00; 12:15 a 14:15, 14:30 a 16:30 y de 16:45 a 18:45