Fuegos artificiales en La Boca: así fue la presentación del artista chino Cai Guo-Quiang en enero de 2015. Ahora, es censurado en Miami.
La instalación de la feria de arte contemporáneo Art Basel en Miami en el año 2002 le dio un vuelco de sofisticación decisivo al cambio que experimentó la ciudad. De la mano del arte contemporáneo florecieron negocios de moda, diseño y emprendimientos inmobiliarios que transformaron el paisaje urbano y dejaron rápidamente atrás la pintoresca imagen de refugio de jubilados buscando el calor de la Florida.
La onda expansiva de este fenómeno excedió a Miami Beach y alcanzó a otros distritos de la Florida. A punto tal que la afinidad con el arte contemporáneo y la disposición a apoyar su desarrollo como política pública se transformó en argumento de campaña de los políticos en carrera por un puesto electivo.
Es lo que ocurrió con Vince Lago, recientemente electo como intendente de Coral Gables. Su ferviente compromiso en ese sentido fue uno de los aspectos salientes en sus declaraciones previas a la elección que lo consagró en abril.
Sólo que, una vez en funciones, arremetió con la selección curatorial de la edición 2022 de “Illuminate Coral Gables”, uno de los mayores eventos de arte público de Florida que tiene varias ediciones en su haber.
Lago salió a objetar la participación de la artista cubana Sandra Ramos y el chino Cai Guo-Qian, a quien muchos recordarán por su muestra de 2014 en la Fundación Proa.
El argumento del intendente, de origen cubano y extracción política republicana, fue que ambos artistas mantenían simpatías por los regímenes comunistas de sus respectivos países, tal como lo habían expresado en recientes entrevistas públicas.
“Continuaré sosteniendo a las artes pero no a expensas de la democracia y la libertad”, declaró después de la reunión en la que propuso la exclusión de los dos artistas.
A su pedido la comisión que debía aprobar los fondos para la edición 2022 puso como condición que se los excluyera a ambos que, por otro lado, ya habían participado en ediciones anteriores.
En los meses previos a su elección como intendente, Lago se hizo conocido por actitudes, que muchos consideraron macartistas, al acusar con dudosos argumentos a su oponente, la demócrata Pat Keon, de “filo socialista” próxima al régimen de Nicolás Maduro.
La decisión de condicionar los fondos para la realización del evento a la salida de estos dos artistas fue considerada un acto de censura que provocó una conmoción en la estructura interna de “Illuminate Coral Gables”.
El curador en jefe Lance Fung, quien había sido máximo responsable en ediciones anteriores, renunció. En tanto que a los pocos días la dirección del evento debió anunciar que “la edición 2022 se posponía atento a circunstancias fuera de nuestro control”.
En declaraciones a la publicación Artnet News, el director ejecutivo de la Compañía de Lance Fung, que colaboraba en el diseño y producción del evento, confirmó que Fung renunció por la censura ejercida sobre su trabajo curatorial.
Pero las cosas no quedaron ahí.
Desconocen sus trayectorias artísticas
Está claro que ni Lago ni los miembros del comité que propusieron la exclusión de estos artistas conocían demasiado sus obras ni sus trayectorias.
Cai Guo-Qian es uno de los artistas más reconocidos del arte público internacional. En Argentina se lo recuerda por el impactante espectáculo de fuegos artificiales que realizó en 2015 en La Boca junto a Proa.
El show de fuegos artificiales el 24 de enero de 2015 en La Boca. Diseñado por el artista chino Cai Guo Qiang. Foto REUTERS/Enrique Marcarian
En 2008 fue director de efectos visuales y especiales para las ceremonias de apertura y clausura de las Olimpíadas de Beijing. El mismo año en que el museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York le dedicó una muestra retrospectiva.
En ella se podía advertir una mirada crítica respecto de la historia china y en especial de la Revolución Cultural en cuyo relato había intervenido su propio padre escultor.
Al mismo tiempo Sandra Ramos, que es una de las figuras destacadas del arte cubano de las últimas décadas, actualmente residente en Miami, salió al ruedo con un potente reclamo.
«Yo solo quiero una disculpa», dijo al denunciar el acto de censura. Sin embargo, ante el disidente Diario de Cuba, se preocupó por aclarar que “no le quiero quitar ni un momento a lo que es más importante, que son las protestas en Cuba. Es la primera vez que sufro algo de esta naturaleza desde que vivo en Estados Unidos. En este país no es algo permitido que un funcionario público intervenga en una situación de este tipo».
Y agregó: «Mi obra sobre Cuba es bastante clara en el sentido del anhelo de libertad para el pueblo de la Isla y de condena a la situación que padece”.
La artista cubana Sandra Ramos, censurada en Coral Gables. Foto de su Facebook
Con todo, en su muro de Facebook, redobló su posición.
«Usted, alcalde Lago, mancilla mi reputación sin reparos, como un pequeño cacique regional totalitario que decide a su antojo, sin conocimiento ni investigación previa, sobre los artistas que habrán de exhibir o no en su comarca.Esta forma de actuar tan prepotente y unilateral la conocemos bien de cerca los cubanos que crecimos en la Isla.Es el típico accionar de cualquier comisario provincial del PCC y sinceramente nunca pensé volver a tener que lidiar con estas actitudes hasta que lamentablemente me sorprende nuevamente aquí en Miami».
Fuente: Clarín