Los elevadores de la «Dama de Hierro» volvieron a subir a los turistas 300 metros hasta su cima, marcando el final de su larga inactividad por la pandemia del covid-19.
Sin embargo, su capacidad diaria está limitada a 13.000 personas, la mitad del nivel normal, para respetar la distancia social, informó la agencia AFP.
Ahora, los visitantes deben mostrar una constancia de vacunación o prueba negativa de covid-19, acorde con los requerimientos del gobierno.
«Obviamente es una complicación operativa adicional, pero es manejable», comentó Jean-François Martins, jefe de la empresa operadora.
Las reservas anticipadas de billetes para el período vacacional de verano boreal evidenciaron los cambios en la industria turística de París debido a las restricciones de viaje.
Martins dijo que había una «casi total ausencia» de británicos con reservas de billetes, mientras 15% de los demandantes de tickets son de Estados Unidos y unos pocos de Asia.
Se prevé que la mitad de los visitantes serán franceses, mientras que italianos y españoles tienen una proporción más alta de lo habitual.
El prolongado cierre afectó las finanzas de la compañía operadora, Sete, que administra el monumento bajo contrato con las autoridades parisinas.
La entidad busca ayuda gubernamental adicional y una inyección de 60 millones de euros (72 millones de dólares) para mantenerse a flote, luego de que sus ingresos cayeron 75% a 25 millones de euros (30 millones de dólares).