El proyecto es llevado adelante por la Agencia Nacional de Nuevas Tecnologías, Energía y Desarrollo Económico Sostenible (Enea) de Italia y por la Institución de Museos de Bolonia.
«La iniciativa busca responder cuestiones como ¿en qué consiste el goce ante una obra? o ¿Cuáles son las variables personales y de contexto que afectan a este disfrute?, lo que no puede ser contestado de modo tradicional», puntualizó Roberto Grandi, presidente de la Institución de Museos de Bolonia, en declaraciones recogidas por la prensa internacional.
Esa entidad tiene un patrimonio histórico, artístico y cultural articulado y complejo con 13 sedes de exposición y un conjunto monumental en la isla veneciana de la Certosa, lo que la hace el contexto ideal de experimentación y aplicación sobre el terreno para la creación de repositorios de información heterogéneos y personalizados en adquisición de datos, conservación y documentación, informó la agencia de noticias Ansa.
El proyecto comenzó a implementarse en las Colecciones Municipales de Arte del Palacio de Accursio y los primeros dispositivos se dispusieron en el itinerario de la exposición en julio de 2020 en 20 obras, que funcionaron a modo de laboratorio de campo, para investigar la dinámica de la contemplación de las obras.
El innovador desarrollo puede medir el disfrute de una obra de arte por medio de la información obtenida mediante el registro y el monitoreo de algunos indicadores, sin involucrar directamente a los visitantes.
La medición es posible con el uso de una aplicación de big data, capaz de recabar información mediante la exploración de gran cantidad de datos diferentes.
El sistema consiste en una serie de dispositivos de adquisición de datos disponibles en el mercado a bajo costo, equipados con una cámara que recoge la información y la envían a un servidor central que almacena y procesa, a través de una aplicación web dedicada al análisis interactivo multidimensional.
«A través de una cámara colocada cerca de la obra, el sistema detecta automáticamente los rostros que miran en dirección a la propia obra, adquiriendo datos relacionados con el comportamiento de los observadores como el camino recorrido para acercarse a ella, el número de personas que la han observado, el tiempo y la distancia de observación, el sexo, el grupo de edad y el estado de ánimo de los visitantes», explicaron expertos de Enea.
Los resultados ayudarán a comprender mejor el comportamiento de los visitantes, algo que los museos pueden usar para mejorar y optimizar las exposiciones y los recorridos, y a los investigadores les va a permitir profundizar en la dinámica de la percepción.
El sistema «ShareArt» también puede utilizarse para aumentar la seguridad en los museos en la fase de emergencia sanitaria, porque detecta el uso correcto de barbijos y la distancia, activando en tiempo real una señal visual para recordar el cumplimiento de las disposiciones, señala el Enea.
La entidad lleva unos 20 años desarrollando acciones para la transmisión, protección y promoción del patrimonio artístico italiano.
La colaboración entre este organismo público italiano y el sistema de museos en el ámbito de la investigación y desarrollo del big data es de gran interés para posicionar al «Tecnopolo di Bologna» como centro de relevancia internacional del sector big data e inteligencia artificial.