Un musical de tango, con orquesta en vivo, cuatro bailarines, dos cantantes, cuatro actrices y un actor, enfocado en las figuras femeninas de la canción de Buenos Aires se presenta en este momento y hasta fin de mes en el escenario del Gala Hispanic Theatre, de Washington DC. Con dirección de Hugo Medrano, el argentino que desde hace 45 años está a cargo de la sala Grupo de Artistas Latinoamericanos (Gala), Ella es tango reúne a varios artistas argentinos que trabajan por el mundo y, además, tiene el inesperado debut de la escritora Patricia Suárez, la autora del texto, como actriz.
“Ella es tango es parte de una trilogía de espectáculos musicales: primero fue Puro tango, que tuvo mucho éxito; después, Puro tango 2, que fue un fiasco porque se me fue la mano con la parte musical y aquí, los norteamericanos reconocen y gustan del tango por la danza, no por el contenido y riqueza musical del cancionero. Con Ella es tango hice una muestra de la clásica revista musical porteña, ese burbujeante y legendario elixir musical, mezcla de canciones del ayer y el hoy, sketches cómicos que chismorrean las quejas y vicisitudes de la mujer, mucho baile, tango, milongas, valses; luces, colores y vestuario”, dice Medrano quien fue armando este espectáculo durante el encierro y con la incertidumbre generada por la pandemia. Al fin, en mayo, logró traer a la capital estadounidense a artistas argentinos desde Buenos Aires, Nueva York, Las Vegas y Miami: el pianista y compositor Ariel Pirotti para la dirección musical; el fundador y director de la Orquesta Sinfónica Panamericana, Sergio Busjle, para los arreglos musicales; el bandoneonista mendocino Rodolfo Zanetti; los coreógrafos Alejandro Barrientos y Rosalía Gasso, que trabajan mucho en eventos organizados por la Embajada Argentina en Washington; los bailarines Marcos Pereira y Florencia Borgnia, finalistas de varios mundiales de tango; las cantantes Mariana Quinteros y Patricia Torres, ambas residentes en Miami; y una pareja de argentinos, que viven en Buenos Aires, el actor y director Claudio Aprile y su mujer, Patricia Suárez.
Intercalados entre los momentos musicales, cantados y orquestales, y las coreografías, hay cinco sketches actorales, breves historias que representan distintas etapas del tango y de las más famosas cancionistas: Azucena Maizani, Libertad Lamarque y, entre otras, Tita Merello. Todos los papeles masculinos están en manos de Aprile quien, también, es el asistente de dirección: “Es la primera vez que trabajo en el exterior y no sabía cómo podía entenderse un espectáculo así, con una impronta tan local. Pero sí, sucede, el público tanto latino como anglosajón aplaude muchísimo. Tal vez hay más efusividad en los momentos musicales que en los de actuación, porque es un código accesible a todos. Y sobre todo, cuando tocan a Astor Piazzolla, por ser el más universal”.
Director de la Orquesta de Tango de la Universidad Nacional de las Artes y ganador de varios premios, como el Gardel en 2016, para Ariel Pirotti, “la elección de las piezas musicales en esta obra se entrelaza profundamente con su espíritu, con tangos de la Guardia Vieja, Troilo, Piazzolla y hasta un tango instrumental mío llamado ‘Noche de reencuentro’. La música es un actor más que se relaciona con lo escénico, lo poético y la danza”, dice el pianista al frente de la orquesta que lo acompaña en el escenario formada por violín, bajo y bandoneón.
Nunca había actuado. Pero el director le insistió para que interpretara nada menos que a Tita Merello. “Mi experiencia reside en asistir a ensayos, recibir consultas de actrices y actores y escribir, que es ponerse en la piel de tus personajes. Llegué a Washington con la letra sabida. Trabajé mucho con Claudio y después con Hugo, muchas horas, probamos mucho vestuario. Hasta que un día, en un ensayo, la siento a Tita: sé que suena un poco místico pero me pasó eso, la sentí en la garganta y me dije que iba a poder hacerlo. Cuando me mudé de Rosario a Buenos Aires, viví en San Telmo, a la vuelta del corralón donde ella se había criado. Es una gran emoción hacer esto, no lo había imaginado”, dice la autora de la trilogía Las polacas y una actriz más en Ella es el tango, junto con las otras tres intérpretes que trabajan en los Estados Unidos: Cecilia Esquivel, Lorena Sabogal y Krystal Pou, argentina, peruana y dominicana, a quienes Aprile sugirió ver películas antológicas como Madreselva y Tango (con Libertad Lamarque y Azucena Maizani), leer reportajes de la época y todo lo que permitiera acercarlas a la cultura rioplatense.
Todavía con restricciones de aforo y protocolos sanitarios, las funciones son de miércoles a domingos, a 45 dólares la entrada, con subtítulos en inglés. Los días miércoles, posfunción, hay milonga para quien quiera quedarse a practicar. “En Washington hay una comunidad bastante extensa de gustadores del tango porque es una ciudad con muchos organismos internacionales. Un 40 por ciento de los norteamericanos son amantes de la cultura hispanoamericana y, en este caso, del tango. Por otro lado, la embajada argentina desde años ha venido haciendo una gran difusión de este género, trae artistas y organiza su festival anual”, dice Medrano, casado con Rebecca Read, cofundadora del teatro en 1976.
Ella es tango no se verá en Buenos Aires. No habrá giras ni tampoco funciones por streaming debido a que las restricciones por el Covid 19 pronto serán levantadas. Sin embargo, Patricia Suárez quisiera traer a su Tita a tierra conocida: “Espero poder rearmarlo y hacerlo en Buenos Aires o en Mar del Plata, donde sea amable el público”, imagina feliz y esperanzada en esta nueva etapa.
Fuente: La Nación