Con los museos prácticamente cerrados, la pandemia trajo numerosas publicaciones sobre vanguardias, ensayos de fotografía, performances y tendencias.
¿De qué hablan los libros que piensan el arte hoy? En lo que va de la pandemia y su escasa actividad en museos, ferias y galerías, el arte ha tenido mucha presencia en las imprentas, con varias novedades editoriales. Ensayos que analizan las vanguardias o conceptos como el “aura”, investigaciones profundas sobre temas como la obra precolombina o el arte público del siglo XXI, historiografías del bioarte, la performance y la tecnología, relatos corales y varios capítulos sobre la fotografía. En un año largo que fue diferente en todo sentido, los libros tomaron un papel protagónico, aportando interesantes miradas a las bibliotecas.
El Di Tella
La gran novedad es el libro El Di Tella. Historia íntima de un fenómeno
cultural (Paidós), una investigación a la que Fernando García dedicó cuatro años de trabajo como un “arqueólogo pop”. “Fueron unas 75 entrevistas y jornadas eternas en el archivo de la Universidad Di Tella, desenterrando correspondencia, memos, notas internas, recortes de prensa, haciendo que la voz del Instituto cobrase vida”, cuenta. “Por un momento creí que no iba a poder escribirlo pues el rompecabezas era demencial. Así es como empecé con un cierto estilo de non fiction donde la investigación está transparentada y, como en el caso del Berni –Los ojos, un libro donde cuenta la vida del artista rosarino–, utilizando los testimonios orales como una voz colectiva propia. Es importante conocer una historia que es absolutamente particular: el cuento de una familia inmigrante que define el perfil de la burguesía industrial argentina y luego vuelca sus recursos para financiar las aventuras de una vanguardia que, como todas, era anti institucional ”, señal a el autor.
Desde la Universidad Di Tella llegó lo que podría ser como un epílogo. experiencias 2008-2018. programa de artistas recopila y reflexiona sobre la primera década de este proyecto educativo,en artículos que se preguntan por ideas, motivaciones y metodologías.
De vanguardias
“Si hubo un tiempo de vanguardia aquí, fue ese”, se lee en el nuevo libro de Martín Kohan, Vanguardia Permanente. Cuando el arte ataca (Paidós), a propósito de los 60. Su recorrido por la historia hace foco en la narrativa argentina para preguntarse qué significa la vanguardia en el arte y la literatura. “El asunto para mí era superar el posvanguardismo conservador que da a las vanguardias por neutralizadas o derrotadas, y así clausura la posibilidad de lo radicalmente nuevo –explica a
la nacion–; pero también el neovanguardismo laxo que pretende que se puede retomar a las vanguardias como si no hubiesen sido ya neutralizadas o derrotadas. La idea fue pensar el asunto desde el problema que plantea la existencia misma, hace ya un siglo, de vanguardias históricas, de vanguardias clásicas o de una tradición de vanguardia: qué formas de lo radicalmente nuevo pueden darse, cuando lo nuevo está en el pasado (en la historia), cuando ya es clasicidad, ya tiene su tradición”.
Quizá sea interesante poner al libro de Kohan en diálogo con Contra el canon (Siglo Veintiuno), de la investigadora Andrea Giunta, que propone pensar en vanguardias simultáneas y situadas, con influencias recíprocas y desarrollos paralelos, derribando nociones de centro y periferia. Invita a contradecir el canon o poner en duda el relato de la historia del arte escrito de manera vertical, universalizando lo que ocurrió en unos pocos centros. “La historia no se produce en un lugar y luego se replica en otro”, escribe.
En materia de ensayos, acaba de lanzarse el último de un pensador clave de arte latinoamericano, Ticio Escobar. En Aura latente. Estética/ética/política/técnica (Tinta Limón), hace una crítica de la estética occidental como fuente privilegiada de la teoría del arte, apoyándose en el concepto de aura. “Creo que el llamado arte contemporáneo es sobre todo un conjunto de posibilidades de ampliar desde la sensibilidad la experiencia del mundo –dice Escobar en diálogo con este diario–. El arte moviliza el aura de las cosas y los hechos buscando hacerlos excepcionales, capaces de conmover la mirada y perturbar el concepto, aun brevemente”. Es interesante, además, un capítulo con el rol del arte en pandemia: “El arte permite avistar salidas potenciales allí donde solo aparece un camino obturado por virus y desigualdades fatales”.
Capítulos de la historia
Otro lanzamiento reciente que traza un capítulo de la historia local es el de Abel Alexander, que se concentra en la fotografía antigua. Estos débiles papeles son más duros que los ladrillos –una frase suya que recogió el editor Francisco Medial para el título– integra la colección “Pretéritos imperfectos” de Artexarte. En veinticinco artículos, repasa los nombres y los hitos fundamentales de las primeras fotos tomadas en el país, con imágenes e investigaciones que resumen sus treinta años de trabajo como pionero de este campo. De la misma colección, en 2020 se editaron Urgente / Emergente. Por un futuro de los archivos fotográficos, de Denise Labraga y María José Burgos, y El fotoperiodismo en Argentina. De Siete Días Ilustrados (1965) a la agencia Sigla (1975), de Cora Gamarnik.
Respecto del arte latino americano y sus orígenes es esta joya: Materia americana. El cuerpo de las imágenes hispanoamericanas( siglos XVI a mediados del XIX), de Gabriel a Siracusano y Agustina Rodríguez Romero (Eduntref). Compila investigaciones de destacados historiadores del arte, químicos, físicos, conservadores y museólogos sobre la dimensión material del arte colonial americano. “Pensamos en reunir los resultados de las investigaciones más importantes en el mundo. La parte material de las obras había quedado soslayada en la historiografía. La idea es pensar con todos, en red”, señaló Siracusano en la presentación virtual. Con el apoyo de la Getty Foundation, ya mereció dos premios: el Arvey Foundation Book Award y el Eleanor Tufts Award.
Articulistas
Tres libros podrían emparentarse en el género “artículos independientes sobre artistas diversos”. El más reciente es El robo es visión, de Bob Nickas (Ripio, 2021), que agrupa textos de un crítico y curador neoyorquino clave en la escena desde los 80. Lo que es revelación (Iván Rosado, 2020) son escritos de Germaine Derbecq, figura en un campo artístico local entre 1950 y 1970, como crítica, galerista y curadora. Comandó la galería Lirolay, espacio central para las vanguardias de los 60 y escribió en el periódico francés Le Quotidien y luego la publicación Artinf. Dedica textos a Norah Borges, Butler, Tomás Maldonado, Alberto Greco, Martín Blaszko y otros.
El tercero de este tipo es Anch’ io sono pittore! (Malsalva), del poeta Arturo Carrera, que reúne ensayos, entrevistas, poemas y su propia historia de amor al arte. Cuenta que quizá la muerte prematura de su madre, una pintora naïve, y el encuentro con sus pinturas y utensilios despertaron en él el deseo de ser pintor. Narra sus andanzas con César Aira en su Pringles natal como pintores abstractos, ilustradores mutuos de sus poemas. Y cómo esa fascinación por todo lo que oliera a trementina después se transformó en amistad con los pintores de los que escribe: Schvartz, Marcaccio, Stupía, Prior, Siquier, Aguirrezabala, Cambre, Kuitca.
Nuevas artes
Tres autoras se dedicaron a investigar los pliegues más recientes del arte. Mercedes Ezquiaga publicó el ensayo Será del arte el futuro. Cuando la creación expande sus fronteras (Panorámica, 2020), historias sobre el avance de la tecnología en el arte, como la del grupo Ouchhh, que junto con una astrofísica de la NASA manda mensajes al espacio, o la del coleccionista japonés Yusaku Maezawa, que planea llevar a un grupo de artistas a la Luna en 2023 (el libro, claro, es digital). También sobre el tema es el libro de Jazmín Adler, En busca del eslabón perdido: arte y tecnología en la Argentina (editorial Miño y Dávila, Cceba y Eduntref).
La investigadora Lucía Stubrin explora otra arista poco frecuentada en Bioarte. Poéticas de lo viviente (Eudeba/unl): desde la epistemología, la estética, la historia de la biología y la filosofía aborda tanto las condiciones de producción de este género como las consecuencias de su práctica: de la oveja clon Dolly al conejo Alba fluorescente de Eduardo Kac, las fotografías de microorganismos de Luciana Paoletti y las esferas de Joaquín Fargas. En Activismos tecnopolíticos. Constelaciones de performance (Eterna cadencia) Marcela Fuertes, investigadora de la performance, analiza casos de acción política colectiva, desde la crisis del 2001 al Ni una menos.
Ensayos
Entre las novedades del género, El paisaje expandido: ensayos sobre el arte público de Buenos Aires en el siglo XXI, de Ayelén Vázquez (Ediciones Artexarte), se pregunta cómo el arte público en la ciudad propuso nuevas formas de relacionar arte y política, y de vincularse con la ciudadanía.
La Fundación Foro del Sur (Untref/bienalsur) publicó tres títulos que abordan ejes conceptuales del arte como el cuerpo, la raza y el territorio, lejos de las clasificaciones convencionales: Fuera de lugar. El territorio del arte como espacio de excepción, de Benedetta Casini; La vida activa. Un ensayo sobre cuerpo y pensamiento en el arte argentino, de Florencia Qualina, y Poner blanco sobre negro. Exclusiones raciales del centro en expansión, de Leandro Martínez Depietri. Abordan obras de Oscar Masotta, Víctor Grippo, Horacio Zabala, Luciana Lamothe y Marta Minujín, entre otros.
Fuente: La Nación