El artista, de 75 años, fue una figura clave en los albores del rock nacional en los 60 y fundó la seminal Almendra junto con Luis Alberto Spinetta, Edelmiro Molinari y Emilio del Guercio.
Luego fue baterista de Aquelarre y Tantor, colaboró con Litto Nebbia en Nebbia’s Band, fue el percusionista de Peteco Carabajal y Jacinto Piedra en Santiagueños para el disco “Transmisión Huaucke”, tocó con Víctor Heredia, con Pedro y Pablo y, más cerca en el tiempo, nuevamente con Spinetta en su última etapa solista.
También formó su propia banda, La Barraca, en 1989 y, más cerca en el tiempo, participó de PosPorteño, junto al bajista y cantante Dhani Ferrón y Alejandro del Prado y de Juaguar, también con Ferrón además de con Lito Epumer y Julián Gancberg.
Entre esa persistencia como instrumentista sensible, García también desplegó una fuerte labor en la gestión cultural, tarea que le valió ser nombrado director nacional de Artes bajo la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, en 2014.
García se formó como acordeonista, instrumento al que volvió públicamente en 1997 cuando Spinetta lo convenció para que lo acompañara en Miami para su Unplugged en la MTV compartiendo “La miel en tu ventana”.
“Quiero presentar a alguien que es como un padre musical y que siempre me va a guiar, porque es una persona derecha como pocas, a quien amo. Rodolfo García: batero de Almendra”, dijo y lo definió.
Años después, según puede leerse en “Martropía: conversaciones con Spinetta”, libro del periodista Juan Carlos Diez, hay más apuntes del “Flaco” acerca de su amigo y compañero en el capítulo titulado “The Larkings” (nombre del grupo del entonces adolescente García).
“Yo no tenía discos y me iba a la casa de Rodolfo a escuchar música. Desde la vereda ya sabía si estaba porque siempre ponía el equipo fuerte. Sonaba música o lo escuchaba practicar con el acordeón o, eventualmente, si tenía, la batería. Rodolfo es extraordinario. Tenía un look Oasis, se vestía bien de entrecasa. Yo creo que Núñez y Belgrano existen porque él vivía ahí, porque el quía era la usina que alimentaba al barrio con la discoteca que tenía. Y encima ya era un baterista impresionante”, se apunta allí sobre lo que Luis Alberto pensaba acerca de Rodolfo.
Ese lazo entre ambos quedó evidenciado cuando entonaba emocionado “Muchacha ojos de papel”, por ejemplo con Las Bandas Eternas de Spinetta en diciembre de 2009, en un tremendo tributo en el estadio de Vélez y en otros homenajes al compinche fallecido en febrero de 2012 pero al que acompañó en su última placa, “Los Amigo”.
El accidente cerebrovascular que atacó al artista en su casa del barrio porteño de casa de Villa Ortúzar quiso ser mantenido en secreto por su familia, pero una vez que la noticia trascendió públicamente, muchos colegas se hicieron eco de la triste novedad a través de las redes sociales.
En Twitter, Valentino Spinetta expresó: “Toda la fuerza y el amor del universo para Rodolfo García y su familia”, Palo Pandolfo puso: “Gracias Rodolfo García por tanto arte. A tu espíritu que aún está cerca todo el Amor y que Dios te sostenga en su palma” y Leo García aportó: “Fuerza Rodolfo García. Tus amigos, colegas y admiradores rezamos por vos por gran persona y necesidad total en lo personal de agradecimiento”.
Desde la batería, Andrea Álvarez lo definió como “amigo querido, referente, hermosa persona, hermoso ser. No sé qué decir, solamente el dolor que siento” y su colega Leo De Cecco, de Attaque 77, sumó: “Mucha fuerza para Rodolfo García!!! Mucha luz y energía!! Un grande de verdad”.
El armonicista y cantante Franco Luciani escribió: “Un tipo de un corazón enorme y una sonrisa de luz. Un tipo que laburó con amor y dedicación x el arte. Un pedazo de nuestra historia” y el juglar Ariel Prat sostuvo: “Fuerza querido tremendo compañero y maestro Rodolfo García…Toda nuestra energía carajo…”.
Activo, vital y emprendedor, García seguía agitando en torno a la música y más allá de ella, por ejemplo compartiendo “Mundo disperso” con Pedro Saborido y Daniel Míguez, una travesura radial que comenzó en la AM 750 y que este año podía escucharse en Radio Nacional los domingos de 12 a 13.30.