Entrada a Sala de Máquinas, cuyos gestos ahora idearon el ciclo Ciudad Escena, intervenciones sensibles en el espacio público, que tiene como uno de sus antecedentes la serie de acciones que se realizaron en las puertas de algunos teatros porteños el año pasado.
Sala de Máquinas es un teatro ubicado en plena zona de Tribunales (Lavalle 1145). Bernardo Vitta, uno de sus gestores, conoció al lugar cuando estaba buscando dónde ensayar un propuesta escénica. En el sótano de un edificio en donde tienen sus oficinas varios estudios de abogados había funcionado una editorial judicial que hace cosa de una década estaba abandonada. Con el paso del tiempo, terminó transformándolo, junto a otro creadores, en una sala teatral con capacidad máxima de 50 espectadores que abrió sus puertas en 2016. Sala de teatro independiente claro, no en la zona de Almagro o Villa Crespo. En pleno centro porteño.
“Nuestra ubicación es rara. Estamos entre el circuito público y el comercial aunque nuestros espectadores en estos años estuvieron siempre ligados al circuito alternativo. Intentamos llegar a la gente que transita por la zona pero nos resultó complejo”, reconoce Vitta. A lo largo de estos años en Sala de Máquinas, que en un sótano de unos 140 metros cuadrados cuenta con un patio con plantas, se fueron programando propuestas de corte transdisciplinarias, montajes que vincularon a lo teatral con la danza y diversos trabajos de neto corte experimental en ese edificio en el que descansan edictos judiciales, juicios y demandas.
La maquinaria de la sala se detuvo con la llegada de la pandemia, pero no la reflexión. Vitta, junto a Florencia Siaba, Mateo De Urquiza, Pilar Mato, Noelia Morales, Florencia Bergallo, Khalil Elías Esteban, Lorenzo Reynoso y Juan Pablo Sierra (los otros integrantes de la cooperativa) empezaron a debatir sobre qué hacer en estos tiempos tan complejos. “Fue ponernos a pensar hacia dónde orientar el espacio, imaginar qué otras articulaciones se pueden tener mas allá de programar obras de teatro. Así surgió Ciudad Escena: Intervenciones sensibles en el espacio público. Fue un intento de sentar un posición, de pensarnos con otros saberes, como una forma de salir del confinamiento de la escena independiente que, a veces, se habla muy a sí misma. Por eso la idea es transcender esos límites”, apunta el creador.
La movida, gestada con los ahorros del colectivo, abarca conferencias performáticas, conversatorios, intervenciones artísticas y espacios de celebración que “buscan liberar la escena en la ciudad”, como dicen ellos mismos. No nace de la nada. En tiempos de confinamiento y modos “protocolarizados” ya tuvo sus antecedentes. Primero fueron las acciones que hizo en la calle la Revista Mu a la que luego se sumó la agrupación Escena, una de las entidades que nuclea a las salas alternativas de la ciudad. En esa deriva se hicieron distintas versiones de Poéticas del cuidado para un arte futuro, microacciones performáticas que se realizaron en las puertas y fachadas de algunas de las salas de Escena.Aquella vez Sala de Máquinas también formó parte de esas acciones que no se anunciaban al público para evitar contagios.
Esta vez será distinto. Todas las actividades de Ciudad Escena, que se inician el viernes por la tarde y que culminan el domingo a la noche, figuran detalladas en la página Alternativa. Por cuestiones de protocolo, el público debe reservar su entrada. El pago es a voluntad del participante. El barrio, lo reconoce el investigador, gestor y performer, ya no es el mismo en tiempos de distanciamiento social. “Es algo triste caminar por la zona de Plaza Lavalle como por la Diogonal Norte”, cuenta en dialogo con LA NACION. Esas dos locaciones serán los lugares en donde performers, directores de teatro, coreógrafos entrarán en diálogo con investigadores académicos a lo largo de los tres días
De los conservatorios participarán Horacio Banega, Analía Couceyro, Sergio Boris, Victoria Roland, Bárbara Hang, Agustina Muñoz y Rafael Spregelburd, entre otros. De las intervenciones forman parte de la movida la Compañía de Funciones Patrióticas, La mujer mutante y Hacernos anónimxs. La propuesta incluye intervenciones musicales, a cargo de Carla Di Grazia y KichiHomeless; un recorrido perfo/musical para al cual hay que llevar el celular cargado, una intervención turística que comenzará en San Telmo y que terminará en la zona, un recorrido que imagina otros futuros urbanos que durante tres días intentarán copar el paisaje de Plaza Lavalle y Diagonal Norte, el barrio en donde se instala esta maquinaria escénica en un edificio en donde duermen expedientes, demandas y cartas documentos.
Fuente: Alejandro Cruz, La Nación