Marilyn Hartman desconcertó a la seguridad aeroportuaria de los Estados Unidos durante casi 20 años. En un contexto post 9/11 donde se extremaron las medidas de embarque y aduanas, ella voló por todo el mundo y nunca tuvo un pasaje. Así, se convirtió en la polizona serial más sorprendente de Norteamérica.
A Hartman le dicen “The Serial Stowaway” (polizona serial), pero a ella, que tiene 69 años, no le afecta. “No me importa en absoluto si alguien me llama loca, quiero decir que la historia es una locura”, dijo a la cadena CBS.
A través de una serie de fuentes, solicitudes de registros públicos y entrevistas con Hartman, los investigadores compilaron un informe sobre sus viajes gratuitos. Unos 30 vuelos en total a ciudades estadounidenses como Jacksonville, Seattle, Phoenix, Filadelfia, Atlanta, Minneapolis y San Francisco. Pero ella no es simplemente un polizón de cabotaje. Ha tomado, por ejemplo, un vuelo a Londres, por un valor de más de tres mil dólares, sin pagar un centavo.
Todo comenzó en 2002, dice Hartman. “La primera vez que pude pasar, volé a Copenhague” y “la segunda vez volé a París”. Recién en 2014 apareció en el radar de las fuerzas del orden. El 14 de agosto de ese año, Hartman viajó desde San José a Los Ángeles sin pasaje, pero la descubrieron y un juez le advirtió que no lo volviera a hacer. En 2015, en Jacksonville, un tribunal sostuvo: “Los psicólogos forenses han determinado que Hartman es incompetente para proceder”; es decir, inimputable.
Según los documentos de las fuerzas del orden, en enero de ese año, Hartman estaba en la “lista de intrusos” y ya era conocida como una “polizona serial”. ¿Cómo tomó tantos vuelos durante tanto tiempo sin pasaje? “Lo que tengo que decirte es que siempre me dejaron pasar”, reveló al periodista Bradford Edwards de la CBS, con quien dialogó varias veces. “Quiero decir, pude pasar por la línea de seguridad sin una tarjeta de embarque”.
Su último gran éxito fue en enero de 2018, un año antes de ser arrestada. Hartman “eludió el proceso de seguridad y la verificación de documentos” y tomó un vuelo de 3428 dólares a Londres en un avión de British Airways.
“Los superé, esto es lo que resulta tan loco, al seguir a alguien que llevaba un bolso azul”, dijo. “Y lo siguiente que supe es que había entrado en la línea de la TSA (Transportation Security Administration) y me dejaron pasar, creyendo que estaba con el tipo del bolso azul”.
“Que ella pueda repetir eso una y otra vez, es simplemente alucinante”, dijo el experto en seguridad de la aviación Jeff Price. “La genialidad de su modo de operación está en su simplicidad”, agregó y advirtió: “Los planes poco sofisticados suelen ser los más exitosos”.
Price, que alguna vez fue subdirector de seguridad en el Aeropuerto Internacional de Denver y profesor de la Universidad Estatal Metropolitana de Denver, es también el autor de Seguridad de la aviación práctica: predicción y prevención de amenazas futuras, considerado el libro de texto líder en seguridad de la aviación.
“Literalmente deberían tener un plan de estudios diseñado en torno a cómo ella puede pasar por la seguridad y eso debería enseñarse a todos los oficiales de seguridad del transporte”, expresó Price.
¿Por qué tomó todos esos vuelos Marilyn Hartman? “Cuando tomé el avión, no estaba feliz. No pensaba ‘Oh, voy aquí o allá’. En realidad, estaba en un estado mental deprimido“, dijo a CBS.
La mujer fue diagnosticada con trastorno bipolar, pero no fue un episodio maníaco lo que activó sus andanzas, sino todo lo contrario. En una conversación telefónica desde la cárcel, el periodista le preguntó a Hartman si sentía una necesidad de lucha o huida para subirse a todos esos vuelos. “Eso es literalmente lo que pasó”, dijo. “Soy bipolar. Y esto es algo que he rechazado durante años”.
Hartman le escribió una serie de cartas a Edwards desde la cárcel contándole su vida desde la infancia. Nació en 1951 en el Jackson Park Hospital. “Había tanta violencia y enfermedades mentales en mi casa”, recordó.
En octubre de 2019, cuando la TSA la detuvo por última vez en O’Hare tratando de abordar un vuelo nuevamente, ya estaba en libertad condicional por el vuelo de 2018 a Londres. “Tengo una jueza muy dura en este caso”, dijo. “Está enojada conmigo por la situación en la que me encontró”.
Los detalles de un acuerdo de culpabilidad anunciado a principios de marzo iban a eliminar el cargo de robo y otorgarían a Hartman 18 meses de libertad condicional, con asesoramiento para su salud mental. Pero la jueza, de apellido Chiampas, se negó en la audiencia: “No le daré una tercera libertad condicional”.
Actualmente, Hartman está fuera de la cárcel gracias a la supervisión electrónica y a un suministro de medicamentos diarios. Nunca dio una entrevista “hasta que tuvo la certeza de que no volvería a tomar un vuelo ilegal”, aseguró. Y agregó una reflexión final: “Quiero aprovechar esta oportunidad para disculparme con las personas que he lastimado”.
El acuerdo de culpabilidad de Hartman probablemente se definirá a principios de abril, cuando todas las partes estén de vuelta en la corte.
Fuente: La Nación