En el contexto de la pandemia y tras la cancelación de 2020, hay tres apartados: la competencia Internacional, la competencia Argentina y la competencia Americana, que reemplazará a la Latinoamericana para incluir filmes provenientes de Estados Unidos, Canadá y Belice.
También en relación con la situación sanitaria, el Bafici se despliega entre la modalidad virtual que acompaña los espacios presenciales al aire libre y en salas de cine.
El ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro, sostuvo que el formato mixto propuesto es «un modo de ampliar el acceso a la cultura, de llegar a nuevos públicos y de trascender las fronteras» de la ciudad.
Además de tener su versión online, el evento que el año pasado debió ser cancelado a pocos días de su inicio por la llegada de la pandemia de Covid-19 también se desarrolla durante 12 días en 27 sedes, incluyendo salas de cine habilitadas y no convencionales y espacios al aire libre.
«Es una edición única por el contexto, analizamos diferentes variantes frente a la incertidumbre, que de alguna manera es la palabra clave de este ya largo año de coronavirus que estamos atravesando», dijo el funcionario.
En ese marco, explicó, se produjo «la necesidad de llevar adelante este festival, el de cine independiente más importante de América Latina, a como diera lugar», siempre con «la idea de poder encontrarnos de manera presencial, pero al mismo tiempo tomar los aprendizajes de la época».
«Por eso el Bafici se presenta de un modo híbrido y tiene una finalidad en particular este año, que tiene que ver con acompañar, estimular y de alguna manera ayudar a reactivar el sector, es el festival que estrena más películas de cine argentino del mundo, y en ese sentido entendemos nuestra responsabilidad», sostuvo Avogrado.
Por su parte, Javier Porta Fouz, director artístico del Bafici, destacó el trabajo del equipo que organiza el certamen y repasó las formas en que debieron «reconfigurar» el cronograma del festival para adaptarlo a las restricciones preventivas frente a los contagios y a los protocolos sanitarios.
«Terminamos tarde pero muy bien, lo pensamos con unas formas rarísimas, no sabíamos cómo iba a ser, pero esta idea nos permitió reformarlo aún más, si bien yo estoy convencido de que las estructuras de los festivales de cine de los últimos años no estaban acordes a su tiempo y estaban en crisis, porque el consumo de cine es distinto», aseveró.
Sobre la decisión de reunir largos y cortos en las mismas secciones, Porta Fouz señaló que fue tomada en base a la consideración de que en la actualidad «la duración ya no importa en el cine independiente», y recordó el ejemplo de «La flor», la película del argentino Mariano Llinás, de 14 horas de duración, que se llevó el galardón a la mejor película en la edición del 2018.
Además, remarcó «la cantidad de gente que quiso participar en esta edición», que fue récord en la historia del Bafici, y agradeció «profundamente al sector del cine argentino, porque el año pasado cuando el festival no ocurrió, el apoyo fue conmovedor».
«Hay un montón de películas que decidieron no estrenarse y estar con nosotros, con todo lo que eso implica, y ahora se ven en salas de cine y otros espacios y eso es un motivo de orgullo muy grande para nosotros», añadió.
En tanto, Porta Fouz se refirió al catálogo de producciones que forman parte de la grilla del festival, y recalcó que en esta ocasión cerca del 45 por ciento son películas tanto nacionales como internacionales que van a estrenar por primera vez en el mundo.
«Hoy en día, cuando las cosas están disponibles de forma online y todo aquello que está por fuera es difícil de encontrar, nos propusimos hacer un Bafici que no fuera un mero compilado de grandes éxitos de otros festivales, nosotros hacemos un festival realmente de novedades, con identidad propia», finalizó.
La apertura del Bafici tuvo lugar en el Multiplex Belgrano, con la proyección de «Teoría social numérica», un cortometraje estilo «found footage» (como si fuera material encontrado) de Colombia dirigido por Paola Michaels, que en siete minutos retrata el paso del tiempo a través de los recuerdos de una anciana que evoca cuando, de niña, establecía paralelismos entre los humanos y los números.
También pudo verse el largometraje «El Bandido», dirigido por el cordobés Luciano Juncos y protagonizado por Osvaldo Laport en el papel de un cantante de música popular de mediana edad que entra en crisis.
Por otro lado, el Baficito, segmento del festival dedicado a los más chicos, fue inaugurado en el jardín del Museo Larreta con «El universo de Clarita», del cineasta neuquino Tomás Lipgot, que narra la vida y las fantasías de una adolescente de 13 años en la ciudad santafesina de Rosario.
La clausura se realizará el 28 de marzo con la película «No va más», del cineasta y guionista argentino Rafael Filippelli («Secuestro y muerte»), centrada en una situación íntima en el encierro filmada antes del inicio de las medidas de aislamiento impuestas por la pandemia.
La cinta de Filippelli podrá verse a las 15 en la Sala Leopoldo Lugones y a las 18 en el cine Gaumont.