Una buena escapada suele combinar diversos atractivos. Un lugar cercano con actividades para pasar un par de días, la posibilidad de acercarse a la cultura local o alguna historia o personaje imperdible.
Los sabores locales también suelen estar en la lista de «lo que hay que hacer» al conocer un destino. Es más: muchos lugares atraen a los visitantes con fiestas populares que organizan con el eje puesto en un producto típico.
Aquí, tres propuestas de panificados artesanales en pueblos turísticos de la provincia de Buenos Aires.
Pan de campo y picarones en Villa Logüercio
A orillas de la laguna de Lobos, a 120 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. Su costanera invita a disfrutar de una caminata, mientras que mucha gente se acerca para practicar pesca deportiva y diversas actividades náuticas.
Pero muchos llegan hasta esta localidad atraídos por la fama de la panadería artesanal Quimey Quipan. Su pan de campo y sus tradicionales “picarones” son los imperdibles.
Yolanda y los productos que vende la panadería artesanal Quimey Quipán. Foto: Turismo Provincia Buenos Aires
Yolanda Iris Martínez vive en esta localidad desde hace 17 años y hace 12 arrancó con su proyecto.
“No utilizamos conservantes para la elaboración de nuestra especialidad que es el pan de campo, ni para nuestra receta exclusiva conocida como picarones, una masa dulce a la que le incorporamos zapallo”, explicó Yolanda. Los picarones cuestan $ 180 el cuarto y el pan de campo $ 180 cada uno.
“Amamos mucho lo que hacemos, nos gusta nuestro lugar y trabajamos cada día en comunidad”, agregó.
Actividades náuticas en Villa Logüercio.
Pasteles criollos en Gouin
Los pasteles criollos son un postre dulce y dicen que en Gouin, un pueblo turístico del partido de Carmen de Areco, es posible saborear una de las mejores versiones de esta delicia.
Son tan famosos que impulsaron la Fiesta Nacional del Pastel que, desde 1995, se celebra todos los años en diciembre. Por la pandemia, este 2020 se festejó en formato virtual a través de diversas plataformas y redes sociales.
Los pasteles pueden ser de batata, membrillo o dulce de leche y la receta se transmite de generación en generación.
Hilda Oliva es pastelera desde muy chica y aprendió la receta familiar mucho antes de que hubiera una fiesta.
Hilda Oliva prepara sus famosos pasteles criollos en Gouin. Foto: Turismo Provincia Buenos Aires
“Mi particularidad es el pastel relleno de dulce de membrillo con cuatro puntas y masa bien hojaldrada. Los vendo en mi casa o en la despensa Don Tomás”, cuenta Hilda, que hace tres años ganó el primer premio durante la fiesta anual. Dice que la docena de pasteles cuesta $ 300.
Quienes se acerquen a Gouin, a 150 km de Capital, también podrán disfrutar de otros atractivos como la estación de tren, la plaza San Martín, la Capilla San Agustín y dos antiguas pulperías.
El restaurante La Estación funciona en la histórica Estación de Tren de Gouin, del ramal General Belgrano. El lugar conserva la arquitectura histórica, el diseño de sus espacios y piezas que recuerdan la historia del lugar y de quienes pasaron por allí. El menú se centra en la comida casera, asado, pastas y postres tradicionales.
Otra opción es el Bar Don Tomás, un lugar histórico que conserva el estilo de las pulperías. En su menú no faltan los pastelitos de Gouin.
Galleta de campo en Oliden
Oliden es una localidad rural del partido de Brandsen, ubicada en el kilómetro 76 de la ruta 36.
Panadería La Olidense, provincia de Buenos Aires. Foto: Turismo Provincia Buenos Aires
Todos los años en noviembre es escenario de la Fiesta de la Galleta de Campo, aunque esta última edición se suspendió por la pandemia. Es un homenaje a los primeros panaderos rurales que fabricaban el pan con horno a leña.
Durante la celebración se pueden degustar asados de vaca y cordero, embutidos, miel, quesos y dulces regionales y disfrutar de espectáculos folclóricos y muestras de artesanos locales.
La familia Arteta, fundadora de “La Olidense”, es la impulsora de esta fiesta que busca continuar con la tradición. Su producto estrella es justamente la galleta de campo.
Galleta de campo, Oliden. Foto: Turismo Provincia Buenos Aires
“Cuanto más tiempo pasa, se pone más “abizcochada” y más rica”, dicen siempre los panaderos.
La panadería conserva intacta su fachada de ladrillos a la vista en una tradicional esquina del pueblo y es también uno de sus principales hitos turísticos.
El kilo de galleta de campo cuesta $ 120. Pero además, la panadería cuenta con algunas mesitas y bancos para quienes quieran comer pizzas, sándwiches de fiambres y también de miga o cualquiera de los productos que venden en en el lugar.
Una parada en Oliden. Foto: Turismo de la Provincia de Buenos Aires
Fuente: Clarín