Bien alejados de Capital, pero sin salir de los límites de la provincia de Buenos Aires, hay varios pueblos turísticos que invitan a disfrutar de su historia, sus tradiciones locales y fiestas populares -en pausa, acotadas o en versión virtual por la pandemia- y sus atractivos naturales o urbanos.
Aquí, 5 propuestas a más de 500 km de la Ciudad de Buenos Aires:
1. Pueblo Santa María (partido de Coronel Suárez)
Está a 14 kilómetros de la ciudad de Coronel Suárez y es una colonia de Alemanes del Volga -se instalaron aquí en 1887 y la llamaban Kamenka- que invita a compartir las tradiciones de sus habitantes a través de su historia, gastronomía y fiestas populares, como la Strudel Fest (se celebra en marzo desde 2016 y uno de los objetivos es elaborar un strudel gigante).
Este año, la sexta edición de la Strudel Fest será diferente por el coronavirus, pero no estará ausente. El fin de semana del 6 y 7 de marzo se festejará en el Club El Progreso con capacidad limitada a 100 personas por protocolo e inscripción previa, comidas típicas, show, venta de strudel, recorridos turísticos.
Entre los sitios más significativos del lugar, hay que mencionar la Casa del Fundador cuyo objetivo es preservar el patrimonio cultural de los alemanes del Volga. Abre siempre con los festejos populares, sea las Kerb (fiesta típica del santo patrono, que celebran los alemanes del Volga) o la ya mencionada Strudel Fest y también para visitas particulares, aunque se pide avisar con anticipación.
El templo Natividad de María Santísima es otro sitio significativo en la historia. Su construcción comenzó en 1897 y la gente del lugar siempre ha colaborado en su mantenimiento. El altar mayor es de madera, estilo romano, fue el resultado del trabajo de dos holandeses y en la parte superior tiene un vitral de Cristo Rey.
Strudel gigante en Santa María. Foto: Turismo de la provincia de Buenos Aires
Un dato curioso: la Plaza del Inmigrante se inauguró en septiembre de 1985, es decir, casi 100 años después de la fundación del pueblo. Se la conoce como plaza Juan Carlos Roth, quien impulsó la inauguración de este espacio.
Otro museo, más historia. El museo del Centro Cultural Héctor Maier Schwerdt tiene cuatro salas, aunque ahora permanece cerrado por la pandemia. En una de ellas se expone la obra a escala de Alejandro Streitenberger, como un acercamiento a la maquinaria usada para la actividad agrícola ganadera propia de los inmigrantes. En las otras, hay elementos que dan cuenta del rol de la mujer en la historia de la zona, la educación, arquitectura y religión de los descendientes de alemanes del Volga.
También hay una muestra a cielo abierto con maquinarias agrícolas antiguas, carros y otros elementos.
Cómo llegar. Está a 566 km de CABA. Tomar RN 3 hasta Azul y luego RP 226 a Olavarría. Desde allí RP 51 y RP 76 hasta el cruce con la RP 85 y continuar por esta última hasta el acceso al pueblo.
Dónde informarse. Dirección de Turismo de Coronel Suárez, [email protected]
2. Dufaur (partido de Saavedra)
Fundado a principios de 1900, el pueblo está ubicado a los pies de la parte más antigua del sistema serrano de Ventania.
Interesante conocer la historia de La Moderna, un viejo almacén de ramos generales de principios del siglo XX, que perteneció a la firma Jacinta Freidenberger de Schulman y muchos años más tarde fue recuperado por una familia del lugar.
Abrió al turismo en 2018 con una propuesta tentadora picada con productos regionales como quesos y galleta de campo y una visita guiada para viajar al pasado. Actualmente está cerrada, pero planea reabrir en marzo.
Dufaur. Foto: Turismo de la provincia de Buenos Aires
Además de pasar por la Capilla San Juan Bautista, es imperdible conocer el «rancho de barro», una construcción de adobe típica de siglos pasados en la llanura pampeana, hecha de paja y adobe en base a la técnica de chorizo con estructura de alambre. El lugar funcionó como posta de caballos. Declarado Patrimonio Histórico Cultural, aquí funciona la Comisión de Preservación del Rancho. Se puede visitar la parte de afuera y con una «visita guiada personificada» se conoce el interior.
Cómo llegar. Está a 608 km de Capital. Por RN 205 hasta el empalme con RN 33 a la altura de Guaminí. Pasando por Pigüé, continuar 41 km hasta el acceso de Dufaur y luego a Colonia San Martin.
Dónde informarse. Oficina de Informes Turísticos, (02923) 476278; [email protected]
3. Indio Rico (partido de Coronel Pringles)
Con un importante patrimonio cultural, un museo ferroviario, edificios históricos y un almacén de ramos generales, Indio Rico también se destaca por su gastronomía típica, con platos a base de cordero, pastelería criolla y productos regionales, entre ellos quesos y miel.
Por eso cada febrero, aquí se suele realizar la Fiesta del Cordero al Disco, este año suspendida por el coronavirus.
Iglesia Nuestra Señora del Carmen, Indio Rico. Foto: Turismo de la provincia de Buenos Aires
Uno de los principales atractivos naturales es el río Quequén Salado, una zona con historia y escenario perfecto para actividades de aventura.
Un imperdible es el histórico Almacén de Marcelino López. Abrió a principios del siglo XIX y pese al cierre tras la muerte de su fundador, actualmente sus hijos -y como tradición familiar- abren las instalaciones respetando el horario comercial para los visitantes con ganas de viajar al pasado.
También cuenta historias la vieja estación del ferrocarril que surgió como motor de progreso y crecimiento. Hoy alberga la Biblioteca Popular y el Museo Ferroviario.
Construida en estilo arquitectónico románico-bizantino, la iglesia Nuestra Señora del Carmen es otro atractivo. Su construcción se inició en marzo de 1939 y un año más tarde se estaba celebrando la primera misa
Cómo llegar. A 559 km de Capital. Por RN 3 hasta Tres Arroyos. Continuar hasta el cruce con la RP 85, unos 47 km hasta el acceso a Indio Rico (12 km por camino asfaltado).
Dónde informarse. Área de Turismo de Coronel Pringles, tel.: (02923) 512046; [email protected]
4. Copetonas (partido de Tres Arroyos)
Es una localidad agrícola ganadera que nació en 1912, tras la llegada del Ferrocarril del Sud con el ramal Orense-Copetonas. Y desde hace 10 años trabaja activamente con el turismo rural. Se combina a la perfección con la oferta de sol y playa de Reta, en la costa de Tres Arroyos.
Son varias las explicaciones relacionadas con el nombre del lugar. La más difundida o aceptada es que se debe a la martineta “copetona”, un ave que abundaba en los años de fundación del pueblo, que se mimetizaba con el ambiente por su plumaje.
Iglesia de Copetonas. Foto: Turismo de la Provincia de Buenos Aires
Una de las fiestas más populares de Copetonas es la del Mate y la Torta Frita. Por la pandemia, la última edición fue la de 2019: en un pueblo de 1.000 habitantes, esta celebración que suele hacerse en el fin de semana largo de octubre, recibió a más de 20.000 personas y se vendieron 35.000 torta fritas.
En la vieja estación ferroviaria funciona el Museo de Copetonas. También se pueden recorrer la Capilla Nuestra Señora de la Merced y el el Club Copetonas Social y Deportivo, que llegó a contar con sala de cine.
Se suman los circuitos turísticos sobre la cultura danesa, las excursiones al río Quequén Salado y a la playa.
Museo de Copetaonas, en la vieja estación de tren,. Foto: Turismo de la Provincia de Buenos Aires
Imperdibles de la gastronomía: el bar Banco Viejo (cerveza artesanal, por ahora permanece cerrado por la pandemia), La Casa de los Abuelos (restaurante de comidas caseras atendido por sus dueños), la repostería de La Gorda (un clásico son sus alfajores) y el food truck de Orlando (junto a la Oficina de Información Turística, al ingreso).
En los alrededores hay antiguas estancias y cascos de campo, marcados por las costumbres e historias de la colectividad danesa. Estancia San Joaquín, por ejemplo, ofrece alojamiento. También vale la pena conocer el museo en la Estancia Blaavandshuk.
Justo en el límite con el partido de Coronel Dorrego, está el río Quequén Salado -famoso por tener la cascada más alta de la provincia, de 8 metros-, un escenario ideal para actividades de turismo aventura como trekking, tirolesa, kayak, mountain bike y alternativas para hacer campamento.
En el paraje Puente Viejo, que es la antigua conexión entre Copetonas (Tres Arroyos) y Oriente (Coronel Dorrego), y donde antiguamente funcionaba una Usina Hidroeléctrica y una Fábrica de cal, ahora la Cooperativa Río Mulpunleufu (WhatsApp +54 9 2983 55 4858) tiene su base de operaciones de turismo aventura, con actividades. Por ejemplo, tirolesa ($ 500 por persona, para mayores de 3 años), alquiler de kayak para dos ($ 650 la media hora). También hay un parador con servicio de gastronomía y puentes colgantes ($ 400 por persona).
Actividades de turismo aventura en Copetonas. Foto: Turismo de la provincia de Buenos Aires
Cómo llegar. Está a 640 km de Capital. Por Autopista Ricchieri, luego Autopista Ezeiza – Cañuelas. Desde allí RN 3 hasta Tres Arroyos. En el cruce del kilómetro 531 con la RP 72 se realiza el desvío hacia Copetonas a 20 km de asfalto. Otra alternativa es acceder por la Autopista 25 de mayo, continuar por la Autopista Buenos Aires – La Plata, tomar la salida hacia Mar del Plata para luego seguir por la RN. 2. En la altura de Cnel. Vidal girar a la derecha para acceder a la RP. 55 para luego continuar por la RP 227. Seguir por RN. 228, en la rotonda tomar la tercera salida hacia la RP 72.
Dónde informarse. Dirección de Turismo de Tres Arroyos, (02983) 439247; [email protected]
5. Saldungaray (partido de Tornquist)
En la comarca de Sierra de la Ventana, este pueblo se destaca por varias cosas. Por un lado, cuenta con numerosas obras de estilo Art Decó realizadas por el arquitecto Francisco Salamone, quien construyó 70 obras públicas en 30 pueblos de la provincia de Buenos Aires durante la década del 30.
Aquí se pueden ver el portal del cementerio -una de las manifestaciones de estilo art-decó más importantes de Salamone-, el matadero municipal, el mercado municipal, la plaza y la delegación municipal. Además hay un centro de interpretación de las obras de este artista.
Portal del Cementerio Saldungaray, del arquitecto Francisco Salamone.
El viejo mercado comunitario data de 1938 y fue remodelado en 2018 para acoger la elaboración y venta de productos regionales y artesanales (pan casero, escabeches, grisines y encurtidos) realizados por familias de Saldungaray y Sierra de la Ventana. Una de las especialidades son las panificaciones de origen noruego elaboradas con vino Ventania del viñedo local “Bodega Saldungaray”, y otra, los alfajores de yerba mate, preparados especialmente para el “Museo del Mate” de Sierra de la Ventana.
Justamente, la bodega Saldungaray es otra visita interesante. Está a 700 metros de la estación del ferrocarril y tiene 20 hectáreas cultivadas con las variedades malbec, merlot, tempranillo, cabernet sauvignon, cabernet franc, pinot noir, chardonnay y sauvignon blanc. Elaboran vinos artesanales de alta gama y también dulces y productos de cosmética natural. Se pueden hacer visitas guiadas (en vacaciones abren todos los días) y, aunque ahora están suspendidas por protocolos de coronavirus, suelen ofrecer catas dirigidas.
Bodega Saldungaray. Foto: Turismo de la provincia de Buenos Aires
Ya que estamos con cuestiones gastronómicas, a 3 km de Saldungaray por camino de tierra está Quesería Campo Udi: permite conocer los procesos para la elaboración del queso desde el momento del ordeñe hasta lograr las seis variedades del producto terminada (sardo, de postre, pategrás, fontina, cuartirolo y saborizados). No hay visitas guiadas, pero se puede visitar el establecimiento con entrada libre y gratuita, observar el ordeñe y visitar la sala de ventas para comprar algunos productos.
Entre los imperdibles históricos, se puede visitar el Fortín Pavón, que nació como La Posta El Sauce en 1833. Fue declarado Lugar Histórico Nacional en 1980 y reconstruido en 1997.
Cómo llegar. Está a 576 km de Capital. Por Autopista Ricchieri, luego Autopista Ezeiza – Cañuelas. Desde allí RN 3 hasta Azul y RP 226 hasta Olavarría. Desde aquí, dos opciones: RP 76 o RP 51.
Dónde informarse. Oficina de Informes de Saldungaray, (0291) 154607675; [email protected].
Fuente: Clarín