De poco vale renovar un espacio cuando lo que lo rodea sigue dañado, mal mantenido, emparchado. Con esta idea en mente es que no sólo se pone en valor el Museo de la Ciudad sino también su entorno: calle y vereda a un mismo nivel, recambio de adoquines, baldosas nuevas. Ya se llamó a licitación para esta nueva obra, que demandará cinco meses.
El Museo de la Ciudad se distribuye en cuatro edificios en Alsina y Defensa, en el barrio de Monserrat. La intervención puertas adentro se está haciendo en tres de ellos. La idea es que la institución sea la puerta de entrada para conocer Buenos Aires.
Nuevas salas de exposición y un centro de bienvenida al turista serán algunos de los cambios incluidos en la obra, que forma parte del plan oficial de puesta en valor del Casco Histórico porteño. Ahora se le suma, también, la mejora del entorno.
La renovación del museo arrancó a principios de diciembre y es ejecutada por el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, con fondos del Programa Nacional de Inversiones Turísticas “50 Destinos” del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación.
A principios de diciembre arrancó la renovación del Museo de la Ciudad. Foto Emmanuel Fernández
Ese plan, que impulsa obras de infraestructura turística en las 24 provincias, se financia con 1.200 millones de pesos del Impuesto PAIS, el famoso 30% de recargo sobre la compra de divisas. La renovación del museo implica una inversión de 60 millones de pesos.
La puesta en valor del entorno, en tanto, demandará 39 millones de pesos. Abarcará la calle Defensa en el tramo comprendido entre Alsina y Moreno, y el frente de la plazoleta San Francisco, sobre Alsina. Implicará, por un lado, nivelar la calle a la altura de la vereda y colocar adoquines nuevos, una buena noticia tanto para conductores como para peatones, que desde hace años sufren las consecuencias de una superficie cada vez más irregular.
También se ensancharán y repararán las veredas sobre Defensa en ambas manos y se colocarán nuevas baldosas de 20 centímetros por 20. Otra preocupación es el drenaje de agua: por eso se instalarán nuevas rejillas sobre las aceras, a fin de mejorar el sistema de desagüe pluvial.
Con esta obra, el Gobierno porteño busca activar el área desde el punto de vista turístico, cultural y comercial. Pero, también, reforzar la conexión peatonal entre Plaza de Mayo y Parque Lezama, mejorar las condiciones para circular por el entorno del museo y así promover que la gente camine.
“Estas obras tienen como fin transformar la Ciudad y hacerla a escala humana, creando un corredor peatonal que conecte la Plaza de Mayo con el sur de la Ciudad y, que al mismo tiempo se genere un espacio de esparcimiento para los vecinos y vecinas”, explica Clara Muzzio, la ministra de Espacio Público e Higiene Urbana porteña.
En total, se intervendrán unos 1.800 metros cuadrados, se sumarán 300 metros cuadrados de vereda, se renovarán 10 farolas, se instalarán cuatro nuevas y se incorporarán 102 bolardos, esos dispositivos con forma de bala sobre la línea de cordón para delimitar zonas y así hacer más seguro el tránsito.
La calle Defensa al 200, donde está el Museo de la Ciudad. Foto Maxi Failla
Mientras tanto, el museo, que reabrirá el 9 de julio, sigue renovándose. Ocupa cuatro edificios: los Altos de la Farmacia de la Estrella (Defensa 412) y el local de esa farmacia (Alsina 402); la Casa de los Querubines (Defensa 219/223); la casa de los Altos de Elorriaga (Alsina y Defensa), y la casa de María Josefa Ezcurra (Alsina 455). La intervención se está efectuando en los tres primeros.
En los Altos de Elorriaga se trabaja en un centro de bienvenida al turista con mapas interactivos, cuadros digitales y un selfie point o punto para tomarse selfies, entre otros recursos. Se anuncia como el más innovador de la Argentina y el punto de partida para recorrer la Ciudad.
También se construirán una tienda cultural, un bar, una confitería y nuevas salas de exposición para manifestaciones sociales emergentes, arquitectura y urbanismo, y cultura material de los objetos. Incluso la terraza quedará habilitada para actividades, un espacio que suma más que nunca en pandemia.
Mientras tanto, en Altos de la Estrella se renuevan los toldos, y La Casa de los Querubines prepara espacios para muestras temporales y para exposiciones sobre el país. Nueva vida para un edificio que ya tiene más de medio siglo de historia.
Fuente: Clarín