El Principito (Francia, 1943) deja un final abierto, una invitación al lector a reencontrarse alguna vez con el personaje. Y eso fue lo que imaginó Roemmers cuando escribió el libro que ya fue traducido en 32 idiomas y lleva vendidos más de tres millones de ejemplares en todo el mundo.
“El regreso del Joven Príncipe” cuenta la historia de una ruta en la Patagonia y dos desconocidos, aparentemente muy diferentes, que entablan un diálogo profundo y sorprendente. Los dos jóvenes van desnudando con simpleza los grandes interrogantes de la existencia. Por momentos ingenuo y hasta desopilante, cada canción y conversación entre los personajes deja un camino a la exploración personal del espectador.
Así, el viaje entre el joven Príncipe y su amigo se transforma en un auténtico recorrido que va de la inocencia a la madurez, en donde ser niño o adulto tal vez sean solo estados de la mente.
Roemmers, quien prologó el reciente libro de Diana Arias “Amores inmigrantes”, destacó frente al auditorio que cada ser humano debe procurar el autoconocimiento en su camino a la felicidad y en ese hallazgo contagiar e inspirar a otros.
Alejandro Roemmers junto a Diana Arias, en el Teatro Lola Membrives
Generosidad “El sentido de la existencia del hombre, los cuestionamientos y el amor al prójimo son los ejes de esta historia que a través de la música recrea el encuentro de un hombre con ese príncipe que manifiesta con sencillez los temas más profundos de la vida”, sugirió Arias luego de ver la obra. “Alejandro es un ser muy generoso y sensible a las propuestas culturales que dejan un mensaje de amor”, dijo la autora.
El teatro, que abrió sus puertas con el protocolo indicado en este tiempo de pandemia, volvió a ser el espacio mágico que conjuga la reflexión y el disfrute del público. En este caso, con esta obra musical para jóvenes y adolescentes adaptada por Artectura Compañía Teatral.
La propuesta que narra un viaje al interior de las personas es interpretada por Patricio Arellano, Simón Hempe, Lula Rosenthal, Tomás Benitez, Bautista Lena, Iñaki Aldao y Facundo Posincovich.
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Pilares que alimentan el alma
María Teresa Narvaez-Delmás
Visionario, multifacético, hombre de empresas y de vocación. Poeta-escritor desde los 8 años, forja un universo mágico de libertad mental como mensaje terapéutico al mal pandémico, un mundo alternativo afianzado en la Poesía, en la espiritualidad y el amor, capaz de transformar la incertidumbre del momento en energía universal.
Convoca a entender que todos dependen de todos, en ese paralelismo entre el hoy y el mañana y explica que la conciencia colectiva debiera ser capaz de desviar la idea de que el comercio marca la pauta. Dice que “…hay un día en que Dios arroja el dado, pareciera de modo displicente” y el camino se vuelve complejo. Pero agrega que no hay obstáculos insalvables porque “un problema es como una puerta de la cual no tienes la llave” y sugiere hallarla con voluntad puesta en el amor.
Roemmers admite este tiempo para permanecer, para fortalecer el carácter, para vivir con actitud resiliente, con buenos sentimientos, para “amar a cada uno, a todos y a cualquiera” porque rescata al amor como única verdad que da sentido a la vida. Este genio de la Poesía del Siglo XXI cree en la empatía, en la compasión, en la solidaridad porque son sus pilares de vida capaces de alimentar el alma y conmover al corazón. -Publicado en Diario.de.Cultura.com.ar.
Fuente: La Voz del Pueblo, Tres Arroyos.