En las últimas horas, Lucio Chiquito Caicedo conmovió a la comunidad internacional al demostrar que para cumplir con los proyectos nunca es tarde. En medio de la pandemia provocada por el coronavirus, este colombiano de 104 años entregó su tesis doctoral tres décadas después de haberla empezado.
Chiquito Caicedo nació en Cali, en medio de la Primera Guerra Mundial y, tras mudarse a Inglaterra en 1943, sufrió las consecuencias de la Segunda. A pesar de eso, logró graduarse de ingeniero civil en la Universidad de Manchester en 1947 y comenzó estudios en la rama de la hidráulica.
La investigación le llevó un largo tiempo, ya que no fue hasta cumplidos sus 73 años cuando presentó su proyecto de tesis en la misma universidad.
En 2020, frente a la imposibilidad de salir de su casa de Medellín cuando se estableció la cuarentena para prevenir el contagio de coronavirus, decidió cumplir con su mayor asignatura pendiente: darle un cierre a sus últimos 30 años de estudio.
El hombre basó su investigación en descifrar una fórmula matemática que permite calcular el caudal óptimo de un río para producir energía eléctrica. Este enigma no es nuevo, sino que tiene más de 200 años de antigüedad. Ahora, Lucio -según dice- logró resolverlo.
📻#AlAire990AM I 🎓A los 104 años, el ingeniero civil, Lucio Chiquito Caicedo, presentó su tesis Doctoral a la Universidad de Manchester. La discusión del tema y las aclaraciones tardaron 25 meses. Nació en Cali en 1916, pero vive hace más de ocho décadas en Medellín. pic.twitter.com/wQl3pdJn8H
— RCN Radio Medellín (@RCN990Medellin) September 25, 2020
Si bien ya concluyó su tesis, todavía no sabe qué respuesta recibirá por parte de las autoridades. «No se sabe cuándo tenga noticias de la tesis. La vez pasada se demoró 25 meses la discusión del tema y tuve que escribir como 170 correos electrónicos aclarando puntos de vista», confesó.
Chiquito Caicedo explicó que el secreto de su longevidad es sencillo: bañarse siempre con agua fría, comer mucha fruta y aprovechar las horas muertas para leer y estudiar lo que sea. «El tiempo viene y va, y el tiempo perdido jamás volverá», repite el hombre, quien ya piensa en su próximo objetivo: repasar la gramática alemana, idioma que aprendió hace 90 años.
Fuente: La Nación