Será una de las victorias más resonantes de la historia del fútbol y recordada para toda la eternidad. Lo que Boca consiguió en la Copa Intercontinental del 2000 frente a los Galácticos del Real Madrid en Japón no había tenido precedentes por el peso propio del resultado deportivo y el contexto. El periodista Martín Souto, en vísperas del vigésimo aniversario de aquel inolvidable 28 de noviembre, publicó el libro “Boca del mundo: historia secreta de la final contra el Real Madrid”.
La incónica imagen de Palermo y Riquelme contra el Real Madrid que fue elegida para la tapa del libro
En 12 capítulos (número que identifica al hincha xeneize incluido el autor de la obra, que salió del clóset el año pasado al confesar su amor por los colores azul y oro) se descubren detalles nunca antes contados en boca de los principales protagonistas. La previa, el viaje a Asia, la convivencia, el partido y los festejos, con una icónica imagen en la portada que lanza el primer disparador por la relación de amor y odio entre Martín Palermo y Juan Román Riquelme, las dos grandes figuras de aquella noche.
“Se aman y se odian, como en todo amor verdadero. Pero en ese instante del festejo, se quieren. Y se nota. Y es esa la foto. Es la imagen perfecta”, son las palabras de un prólogo que describe la portada del libro y da cuenta de lo que fue la convivencia entre dos de los futbolistas más relevantes en la historia de la institución.
Abunda la minucia en los meses previos durante la conquista de la Copa Libertadores en la final frente al Palmeiras con un equipo inquebrantable adentro de la cancha pero dividido fuera de ella. Desde los asados después de los entrenamientos promovidos por el grupo compuesto por Riquelme, el Chelo Delgado y Cristian Traverso a los que no acudían Martín Palermo, el Pato Abbondanzieri y el Mellizo Guillermo Barros Schelotto, hasta la diferente relación del presidente Mauricio Macri, más paternal con estos últimos jugadores mencionados y más distante con los primeros.
El ex mandatario surge como otra figura importante en esta historia. El Rifle Pandolfi, uno de los refuerzos que arribó al Xeneize en el semestre previo al duelo con Real Madrid, comentó: “Los dirigentes pagaban, pero menos de la mitad que en Vélez, donde yo cobraba $12.000 de sueldo. En Boca cobraba $4.500 y me hacían ir a cobrar al banco el cheque. En Vélez yo cobraba más que Riquelme en Boca”.
A la mitad del escrito está, quizás, el jugo más dulce (o ácido, según con qué óptica se lo mire) que se exprimió a lo largo de toda la historia: la frase que Carlos Bianchi disparó en una emotiva charla previa a la final con todo el plantel. Con los ojos vidriosos de la impotencia al ver que había diferencias evidentes y roces internos entre los jugadores, la sentencia del Virrey fue:“Si algunos de ustedes no le llegan a dar la pelota a un compañero, yo personalmente me voy a encargar de que nunca más jueguen al fútbol en ningún lado”.
Souto cuenta por qué se decidió a escribir el ejemplar para la editorial Planeta: “Me pareció interesantísimo el tema y lo empecé a principios de año. Es un grupo de personajes que conozco sin haber sido parte de su intimidad. Y, el hecho de no tener amistades con ninguno, me dejó contarlo relajadamente y desde una posición que es entender que todos los grupos humanos tienen problemas como tuvo este. Y no creer que esto fue un escándalo sino que fue simplemente una anécdota”.
Fuente: Infobae.