¿Qué esperábamos de la vida a los 7 años, y qué balance hacemos a los 63? De esto habla “63 Up”, la serie inglesa que siguió a un grupo de chicos británicos de distinto carácter y condición social, entrevistándolos cada siete años durante 54 años hasta que cumplieron los 63. Un año antes del “When I’m sixty-four” que cantaban los Beatles.
Ganadora del premio a Mejor Documental de la Academia de Prensa Internacional 2019, esta noche a las 22 se verá el primer capítulo por el canal Film & Arts.
La experiencia recuerda en parte los famosos documentales poéticos de Georges Rouquier siguiendo a sus primos del campo en “Farrebique” (1946) y “Biquefarre” (1983), y más aún el trabajo de la cineasta argentina Alejandra Grinschpun, que a lo largo de 10 años siguió con su cámara la despareja suerte de un grupo de chicos de un taller de Plaza Miserere. Alguno pudo formar familia y tener trabajo estable, otros llevaron una vida irregular hasta sentar cabeza, y otros, finalmente, conocieron la cárcel. El resultado se llama “Años de calle”, fue estrenada en 2014 y, como suele ocurrir, ha sido más valorado en Europa que en nuestro país.
En el caso de “63 Up”, cada capítulo resume la vida de los entrevistados (los chicos filmados en blanco y negro en 1964, los jóvenes en el color desteñido y con las modas de 1971 y 1978, etcétera) y los confronta con su visión de la vida. Cuando pequeños, soñaban con ser astronautas, misioneros en África, científicos, cantantes, la fantasía de todos es enorme, y también su entusiasmo. ¿Hicieron lo que soñaban? Hubo quien logró ser jockey, otro estudió en Oxford, otros encontraron caminos que resultaron mejores, o más concretos.
Ahora, en el presente de la serie, hacen el balance de lo pasado y miden fuerzas para lo que viene. En ese sentido, a través de las experiencias personales, la producción refleja medio siglo de cambios decisivos en la sociedad británica y el mundo entero. El valor sociológico de “63 Up” se hace notable, y ofrece además bastante material de reflexión y discusión. Por ejemplo, cuando alguien de buena posición, que llegó a recibirse de abogado en una universidad prestigiosa, considera que la gente de clase trabajadora tiene menos problemas de movilidad económica que los de clase alta, “porque entre la clase alta existe una mayor competencia por trabajos de élite”.
La opinión puede ser discutible y requeriría análisis estadísticos, pero lo que vemos en pantalla es que, por suerte, la mayoría pudo moverse bien, o al menos mantenerse, aunque ninguno haya llegado a la Luna.
Al respecto, hay una anécdota curiosa, que habla de la trascendencia de la serie en el público británico. Uno de los entrevistados, que llegó a taxista, va llevando en su coche nada menos que a Buzz Aldrin, el astronauta que pisó la luna inmediatamente detrás de Neil Armstrong. De pronto se arrimó un auto particular, y desde adentro le pidieron un autógrafo. ¿Al héroe del espacio? No. Se lo pidieron al taxista que salía en la televisión.
Detalle interesante: con varios premios y nominaciones, esta producción de Granada Television fue dirigida a lo largo de 54 años nada menos que por Michael Apted, el veterano realizador de “La hija del minero”, “El misterio de Agatha Christie”, “Gorilas en la niebla”, “Crónicas de Narnia” y la serie “Roma”, entre otros films. Ya casi octogenario y con más de 23 premios internacionales en su vitrina, Michael Apted declaró recientemente que éste sería su canto del cisne. “Me siento cómodo al retirarme de esta manera, aunque podría hacer otro capítulo si dentro de un tiempo seguimos todos en la superficie, y no bajo tierra”, bromeaba al presentar la serie meses atrás en el Festival de Telluride.
Fuente: Ámbito