Para algunos, es la emoción de volver a vibrar con El Beso, de Rodin; otros se conmueven con Sin pan y sin trabajo, de De la Cárcova, y con La vuelta del malón, pintada por Ángel Della Valle, y están también los devotos de los impresionistas que apuran el paso hasta Manet, Gauguin, Renoir, Van Gogh y Degas. Pero el recorrido debe ser en un solo sentido, comenzando hacia la izquierda, por las salas de arte europeo de los siglos XVI al XIX, para terminar en las de Arte Argentino del siglo XIX. La nueva sala de Arte Prehispánico no está abierta al público. La visita es únicamente por la planta baja y, en lo posible, debe durar menos de una hora.
Algunas novedades hay para los primeros que reserven turnos y se adecuen a las estrictas medidas sanitarias. Se puede disfrutar de una miniexposición de Cándido López, el virtuoso pintor de batallas de la Guerra de la Triple Alianza, porque se duplicaron sus obras exhibidas en la colección permanente, y ahora son una docena, incluyendo interesantes nocturnos. Son un hit del museo.
En el hall de entrada, recibe una nueva obra de León Ferrari. La civilización occidental y cristiana, el emblemático avión que estaba ahí cuando se cerraron las puertas del museo mayor hace siete meses, ya está en viaje a Madrid para la exposición con la que el artista será homenajeado en el Museo Reina Sofía (el homenaje local será en 2022). En su lugar, está Luna, 2008, una esfera de acero inoxidable de un metro de diámetro.
Una reapertura de menor a mayor
«La reapertura es escalonada, iremos de menor a mayor, con la precaución de ser dinámicos en las decisiones. El museo tiene un público fiel y esto es un reencuentro», señala el director del MNBA, Andrés Duprat. «Estamos contentos. En este contexto los museos pueden ser lugares que dan alivio y esperanza, y bien tratados son seguros».
El Pabellón de muestras temporarias está cerrado, pero ya se sabe cuál será la primera de las exposiciones suspendidas que por fin verá la luz, posiblemente en marzo: El canon accidental, una selección realizada por la investigadora Georgina Gluzman sobre la producción de las mujeres en la historia de arte nacional y sus omisiones. Muchas piezas llevan 80 años durmiendo en depósitos, por lo que estos meses de demora no le han hecho mella.
El Bellas Artes se suma a los museos de la Ciudad que ya están funcionando, como el Moderno, que recibió a sus primeros visitantes, y este fin de semana pueden visitarse también el Museo Larreta y el Fernández Blanco.
Por el programa Museos Abiertos al Cielo, abren sus jardines el Museo Histórico Nacional y el Museo Nacional de Arte Decorativo, con una programación musical organizada en colaboración con el Centro Cultural Kirchner y la Dirección Nacional de Museos.
El proyecto de corredor verde del MNBA va viento en popa y ya se está trabajando para crear el paseo de esculturas que unirá al museo con el auditorio de la Asociación de Amigos.»Es un rescate que estaba en el proyecto original. Tendrá iluminación, seguridad, bancos, plantas y toda una infraestructura. El museo estaba muy encerrado en sí mismo y por necesidad estamos empezando a conectar con el espacio circundante», dice Duprat. Es probable que se vean pronto ahí piezas que están en distintas partes de la ciudad, como El centauro herido, de Bourdelle, y el Segador, de Meunier.
Para reservar turnos de forma virtual, hay que completar el formulario que figura en la página web. Las reservas son individuales e intransferibles y cada visitante debe realizar la suya. Los horarios sí, son los habituales: martes a viernes, de 11 a 20, y sábados y domingos, de 10 a 20. La entrada es gratuita y la tienda, gestionada por la Asociación Amigos, permanece abierta. Pueden ingresar en el museo hasta 35 personas por hora. Tanto la circulación como la capacidad de cada sala está señalizada. La información es online mediante códigos QR. La nueva normalidad, que incluye tapabocas obligatorio.
Fuente: María Paula Zacharías, La Nación