Fue un encuentro íntimo, lleno de anécdotas y con la melancolía de no poder estar todos juntos porque la pandemia impidió que viaje parte de su familia que vive en Buenos Aires y Santiago de Chile.
Joaquín Lavado Tejón, el creador de Mafalda, había vuelto a vivir a Luján de Cuyo, en el Gran Mendoza, tres años atrás. Fue una decisión familiar que estuviera en el tranquilo barrio Rincón de Araoz, con vista a la Cordillera de los Andes, después del fallecimiento de su mujer y compañera de toda la vida Alicia Colombo, en 2017.
Fue cremado en Las Heras y las cenizas entregadas a sus sobrinos. Por ahora, no está decidido el destino de sus restos, pero algo es seguro, permanecerán cerca de los de Alicia.
Julieta Colombo, su otra sobrina por parte de su esposa, continuará siendo la responsable de su obra y curadora. Los sobrinos anhelan que aquí, en Mendoza, pueda concretarse la idea de crear el Museo de Quino y sus personajes. Es una cuenta pendiente que tiene su provincia natal. El gobierno radical, a través de sus ministros, le ha dicho a la familia que quiere llevar adelante el proyecto. “A Quino le gustaba mucho el museo de Hergé, el creador de las aventuras de Tintín, en Bélgica”, comenta Diego Lavado, reconocido penalista y quien, junto a su mujer María Inés, vivieron casa de por medio y compartieron los últimos años de Quino.
Joaquín y Alicia vivieron en distintas ciudades. En 1975 se exiliaron en Milán, Italia, donde Quino ya era reconocido. Recién volvió de visita a la Argentina en 1981.
En 2001, se instaló en Madrid pero retornaba por varios meses al año a Buenos Aires. De a poco fue quedándose más hasta que Alicia falleció en 2017. Dos meses después, Quino volvió a Mendoza.
Fuente: Clarín