En tiempos de pandemia el staycation volvió a ponerse de moda en el verano boreal y es tendencia en Europa y Estados Unidos. Este vocablo, que surgió hace cerca de 15 años y se difundió entre los angloparlantes con rapidez durante la crisis económica del 2008, simplemente combina stay + vacation (vacaciones que se pasan en casa). Pero no para trabajar, seguir ordenando placares o pintar un cuarto. La consigna del staycation, obligado por el coronavirus (aunque por nuestras latitudes es bastante habitual no viajar por las sucesivas crisis económicas), es convertirse en turista en la propia ciudad o región. Aprovechar para descubrir lo que durante el año laboral con las obligaciones cotidianas no se tiene tiempo o lo que suele estar siempre atiborrado de turistas.
Este se convirtió en el mejor momento para visitar, sin hordas de orientales sacando fotos y filas eternas, los museos y otros atractivos de las grandes ciudades. También para aprovechar la oportunidad de alojarse en hoteles de lujo de la ciudad en la que se vive. Casi todos los establecimientos ofrecen promociones especiales con mucho descuento para residentes, ante la falta de turistas extranjeros. El staycation contempla también las escapadas cercanas y hasta los viajes nacionales. Claramente, no es quedarse en casa encerrado, sino salir, disfrutar y también viajar, pero fronteras adentro. Y así es precisamente como se viven las vacaciones en el hemisferio norte, donde se priorizó quedarse cerca de casa.
Boom nacional en Reino Unido
El diario británico The Guardian publicó varias notas durante las últimas semanas que hacen referencia a esta práctica extendida entre los ingleses, que prefirieron quedarse en su tierra, aunque tienen las fronteras abiertas para viajar a Europa continental y otras temporadas solían preferir las vacaciones bajo el cálido sol del Mediterráneo. El año pasado 18 millones de británicos viajaron a España de vacaciones, por ejemplo. Pero desde que el Reino Unido impone hacer 14 días de cuarentena a los que visiten España, Portugal y otros países por considerarlos de riesgo, los británicos rápidamente cambiaron los planes y desistieron también de otros destinos europeos.
The Guardian asegura que en Reino Unido se está viviendo un boom de vacaciones nacionales y que la elección por las salidas de campamento es tendencia, por la necesidad de estar al aire libre después del encierro y también seguramente por temor a cancelaciones de vuelos. En los comercios dedicados al camping, se agotan las carpas, bolsas de dormir, los colchones inflables y kits para cocinar. Por ejemplo, la venta de garrafas para cocina aumentó un 300 % en relación con el año último y las conservadoras, un 180%, según consigna el periódico. También se triplicaron las reservas de parcelas en sitios de camping, que operan con capacidad reducida para mantener la distancia social.
Pasear por París
Los franceses también se quedan en su tierra y París es uno de los destinos elegidos. En el Jules Verne, el famoso restaurante gastronómico de la Torre Eiffel, las reservas estuvieron completas durante todo julio, con mayoría de clientes franceses. Lo mismo sucede en los Bateaux Mouches, los barcos que recorren el río Sena, en donde se escucha, más que antes, hablar francés.
«La clientela francesa es claramente la más numerosa. Tenemos muchas familias en los cruceros de la tarde, gracias a que es gratis para los niños de menos de 12 años desde este verano», dice un portavoz de la empresa Sodexo, que gestiona los cruceros a la agencia AFP. Compensa a los turistas de Estados Unidos y América Latina, «dos clientes importantes que están ausentes este año», añade. Vanguélis Panayotis, presidente de la firma especializada en hotelería y turismo MKG Consulting señala que para los franceses, este verano es la oportunidad de su vida para aprovechar al máximo París y sus hoteles, restaurantes, tiendas, parques de atracciones y museos desertados por los turistas extranjeros.
En España también prefirieron las salidas cercanas y los ingresos a las playas próximas a Barcelona, por ejemplo, colapsaron.
Para disfrutar un día de playa en la Costa Brava, las familias deben llegar tempranísimo, incluso antes que amanezca y esperar a que a las 9 una controladora de la Cruz Roja habilite el ingreso limitado para garantizar distancia, de visitantes.
«Vinimos hace unos días, a las nueve ya estábamos aquí, pero no pudimos entrar porque ya estaba llena», explica Flor Minchola, residente en Barcelona, en la fila de ingreso a Aiguablava, en Begur, al diario catalán La Vanguardia.
Las ventas y los alquileres de casas rodantes se dispararon en España con la nueva normalidad y la búsqueda de unas vacaciones seguras. El diario ABC informa que según datos de la Asociación de la Industria y Comercio del Caravaning (Aseicar), las matriculaciones de este tipo de vehículos crecieron en junio casi un 50% con respecto al año pasado. En ese período se registraron 1.135 nuevas autocaravanas y 390 campers (furgonetas remozadas para ser habitables).
Los alemanes, acostumbrados a invadir las playas de España, Italia, Grecia y Portugal, cada verano, esta temporada decidieron masivamente mirar puertas adentro y redescubrir las montañas de Baviera, la Selva Negra y la costa del Mar del Norte y el Báltico, que están en auge, y hasta obligaron a cerrar playas para imponer orden, según publica The Economist.
Fronteras cerradas y cuarentena para norteamericanos
En Estados Unidos se inclinaron por el staycation casi obligados. La mayoría de los países del mundo todavía tienes las fronteras cerradas a los norteamericanos, como las naciones que integran la Unión Europea, otros les exigen hacen 14 días de cuarentena y algunas el test PCR, por lo que ir al exterior, salvo casos excepcionales, quedó descartado.
Incluso también son complicados los viajes interestatales, porque cada estado tuene sus propias restricciones y muchos exigen hacer cuarentenas, según de donde provengan. Por ejemplo, el estado de Nueva York exige 14 días de aislamiento a los visitantes que provengan de otros 33 estados considerados de riesgo.
Así las cosas, las vacaciones quedaron limitados a zonas cercanas a sus viviendas, priorizando los viajes en autos, motorhomes y a destinos de naturaleza y playa. Una de las tendencias del verano norteamericano es que las familias organizaron viajes grupales, con otras familias amigas para compartir el aislamiento juntos y evitar riesgos de contagios. Una reciente nota de The Washington Post da cuenta de estos nuevos viajes encapsulados, donde es necesario dejar de lado las salidas intergeneracionales o las grandes reuniones familiares durante el verano: «Debido a la pandemia, las familias viajan con sus grupos, las mismas personas con las que eligieron aislarse durante los últimos meses.» Una nota del diario Usa Today coincide: «Las vacaciones de verano son muy diferentes este año, ya que muchos estadounidenses evitan volar y alojarse en hoteles. Si bien muchas personas están cancelando los planes de viaje por completo, hay una fiebre por el alquiler de motorhomes, que se reservan en cantidades sin precedentes para viajes cercanos.»
Qué pasará durante las vacaciones de verano del hemisferio sur es todavía una incógnita, aunque seguramente el staycation sea protagonista por estas tierras también, y se prefieran los viajes más cercanos, si finalmente se autorizan.
Fuente: Andrea Ventura, La Nación