El 9 de julio 2009, se confirmaba cómo las fechas patrias iban perdiendo el significado que habían tenido y deberían tener: la vigencia del patriotismo.
La gripe A entonces había servido de argumento para suspender las mínimas conmemoraciones que se hacían en esos años en la Ciudad de Buenos Aires, ya que hasta el Regimiento de Patricios había tenido que suspender su participación en los modestos actos que se realizaban en la Avenida de Mayo.
Once años más tarde, la fecha patria se ve afectada por el coronavirus y las restricciones que impiden festejos ya sea en las calles o en ámbitos cerrados.
Pero una buena forma de recordar el patriotismo en función del 204 aniversario de la Declaración de la Independencia, es reactualizar el concepto de Patria en la poesía de Jorge Luis Borges.
Dice en un poema escrito hace 54 años: “Nadie es la patria pero todos lo somos”.
Pienso significa que ninguna persona, partido o sector puede arrogarse la representación de ella, ya que la forman todos quienes se sienten argentinos. La Patria tiene que ver con el arraigo, la tierra de los padres, ya sea por nacimiento o adaptación. Es algo que se vive, pero que a la vez se lleva dentro.
El mencionado poema de Borges se llama Oda escrita en 1966 e integra el volumen El otro. Se adelantó dos años al escribir en homenaje al Sesquicentenario de la Independencia.
En dos oportunidades comienza afirmando “Nadie es la Patria” y entre otros conceptos dice:
“Nadie es la patria. Ni siquiera el tiempo cargado de batallas, de espadas y de éxodos”.
Más adelante agrega:
”La patria, amigos, es un acto perpetuo como el perpetuo mundo”.
Pero tras hacer referencia a quienes declararon la Independencia en circunstancias por demás difíciles para la emancipación americana, finaliza diciendo:
“Somos el porvenir de esos varones, la justificación de aquellos muertos; nuestro deber es la gloriosa carga que a nuestra sombra legan estas sombras que debemos salvar. Nadie es la patria pero todos lo somos”.
Los argentinos suelen decir que no tienen identidad. Pero son los únicos que creen que no la tienen. Para los extranjeros, los argentinos son fácilmente identificables del resto de los nacidos en los demás países sudamericanos.
El sentimiento de Patria se incentiva en la familia, la escuela y desde las políticas del estado.
El debilitamiento de la conmemoración de fechas patrias, tiene un rol importante en la falta de percepción de los valores patrióticos, lo mismo que la ausencia de conocimiento de la historia.
La realidad es que los argentinos tenemos un patriotismo un tanto ciclotímico. Como en otras situaciones o fenómenos, pasamos de la euforia a la depresión.
Hay momentos en que nos podemos dejar llevar por una explosión patriótica, para después pensar que nuestro país es un fracaso y una constante frustración.
Se pasa de creer que somos los mejores a creernos los peores. Nos falta equilibrio para asumir nuestros defectos, para neutralizarlos o atenuarlos, y quizás también madurez.
Creo que los hábitos patrióticos comienzan por el servicio a los demás, la preocupación por la comunidad, el valor de la solidaridad y el interés por lo colectivo.
Pero también, el patriotismo debe ser alimentado por el cultivo de ciertas manifestaciones y el cuidado y transmisión de tradiciones.
El no patriotismo tiene que ver con el egoísmo social, con la subestimación de lo propio, la negación de la historia y la tradición.
Y Borges, que combinaba una particular simbiosis de la universalidad de su cultura con el amor por sus raíces, al recordar nuestra Independencia, nos dice que debemos ”Ser dignos del antiguo juramento que prestaron aquellos caballeros de ser lo que ignoraban, argentinos, de ser lo que serían por el hecho de haber jurado en esa vieja casa”.
Desde la perspectiva del presente, la negación a la evocación patriótica, es desperdiciar la oportunidad para que la sociedad argentina se reencuentre, reflexione sobre sí misma y mire hacia el futuro sin divisiones ni resentimientos, debiendo tener el patriotismo, la misma vigencia que en el pasado.
Pese a las restricciones que impone la pandemia, la conexión a través de los medios electrónicos genera un ámbito, en el cual muy bien pueden canalizarse las manifestaciones patrióticas en una fecha como la de hoy. Los medios de comunicación, también permiten la conmemoración de la Independencia llegando a todos los sectores sociales y regiones del país.
La Declaración de la Independencia fue votada por unanimidad en el Congreso de Tucumán.
En momentos que en Argentina la llamada “grieta” parece profundizarse, es un desperdicio -como sucedió el Bicentenario en Rosario de la muerte de Belgrano en Rosario- no convocar a la unidad nacional, algo que quizás el Presidente esté a tiempo de corregir.
* Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría
Fuente: Infobae