Tercer domingo de junio, llega el Día del Padre y esta vez, en plena pandemia, no hay asado o ravioles en familia posibles. Para estar cerca, manteniendo el aislamiento necesario, nada mejor que demostrar el cariño con un regalo. Algo chico, que se pueda enviar y sirva para pasar las horas de encierro: una gran respuesta a esa ecuación es un libro. Acá un seleccionado de diez opciones para ver cuál le hace mejor match a cinco tipos de progenitores presentes (aunque haya que mantener distancia).
Guillermo Martínez. Uno de los autores recomendados. Su última novela es Los crímenes de Alicia / Archivo Clarín
Papá futbolero, para el golazo de media cancha
1. El partido, de Andrés Burgo (Tusquets)
El del 22 de junio de 1986, en México, la selección argentina enfrentó a Inglaterra y ganó. Aunque una semana más tarde el equipo Bilardo ganó la final contra Alemania, aquella tarde mundialera fue la que tuvo más épica. Maradona metió dos goles históricos, el de la mano de dios y el que Víctor Hugo Morales narró al son de “barrilete cósmico”. En este libro de 2026 Andrés Burgo reconstruye -con la pericia de su oficio periodístico y el arte de su pluma literaria- aquel día y ese partido. El eco de la guerra de Malvinas, asistentes del Director Técnico tratando de conseguir camisetas hasta último momento y un retrato de época que muestra el lado B de la leyenda. Lagrimón orgulloso garantizado para papi.
2. ¡Qué jugadora! Un siglo de fútbol femenino en la Argentina, de Ayelén Pujol (Ariel)
Sin sueldo ni apoyo para sostener siquiera los entrenamientos. En esas condiciones, las jugadoras de la Selección argentina de fútbol femenino clasificaron para el Mundial 2019. A fuerza de trabajo y talento pusieron a la vista su rol en el deporte que –insisten aún varios- es de y para varones. La AFA finalmente dio el primer paso hacia su profesionalización. Betty García, Elba Selva o Macarena Sánchez son algunas de las ídolas que enfrentan obstáculos de toda índole para seguir entrenando y jugando con dignidad. La periodista deportiva Ayelén Pujol da cuenta de esta épica y reconstruye el siglo subterráneo de mujeres detrás del balón. Así el padre de la casa conocerá, por fin, la historia completa de su deporte favorito.
Papá melómano, para ponerle ritmo a su vida
Caetano Veloso. Su Autobiografía tambiénes una opción.
3. Verdad tropical, Caetano Veloso (Marea)
En esta autobiografía de 1997, Caetano Veloso da cuenta del tropicalismo y la contracultura de la segunda mitad del siglo XX. Con su prosa casi mágica repasa su intimidad y trayectoria, pero también los acontecimientos políticos y culturales de los que fue testigo. Es un clásico de culto. Esta nueva edición revisada –que se publicó recientemente- viene con un prólogo escrito especialmente por el músico para sus lectores en lengua castellana. “Invito al eventual lector a intentar gozar conmigo de las no imposibles delicias de esa osadía”, propone en el bonus, que incluye un repaso por las dos décadas que pasaron desde su publicación original. Justo para que un padre se ponga al día con el caballero de fina estampa.
4. La lengua universal. Fans de Los Rolling Stones alrededor del mundo, de Juan Cruz Revello (Gourmet Musical)
Los Stones son la banda más transversal de la historia. Finos, de barrio, glamorosos, recios. Por eso no hay modo de encasillar a sus fans. Edgardo, un integrante de la comunidad qom, pueblo originario del Chaco,que viajó para verlos tocar en Buenos Aires. Luis, cubano anticastrista, que jamás pudo ir a un show. Slavko, un esloveno que los escuchó por primera vez en 1964. Andreea, de Rumania, que ganó un concurso que el premio era conocer a la banda. Frankie, de Calcuta, que cree que puede ser el manager. Esas son apenas algunas de las historias que recopila Juan Cruz Revello en un relevamiento metódico de todo tipo de rollingas desparramados por los cinco continentes. Gran regalo para darle una satisfacción a un padre en su día.
Papá pistero, para que no extrañe los autos durante la pandemia
King at the 2018. Sus títulos son ideales para los que prefieren el terror. / AP
5. Christine, de Stephen King
Clásico de clásicos de 1983 que además tiene una excelente versión cinematográfica del mismo año, dirigida por el mítico John Carpenter. O sea: no puede fallar. Christine es un Plymouth Fury rojo de 1958, con un gran motor V8 que ruge o ronronea y dos focos frontales que miran gélida o apasionadamente. El auto está poseído y deja un tendal de muertos en su pequeño de pueblo en Pensilvania, pero es una historia de amor, demencial, entre el coche y su dueño, el en principio tímido Arnie Cunningham. Una lectura que además invita a pensar seriamente si es necesario lavar tan seguido al padremovil.
6. Buick 8: un coche perverso, de Stephen King.
Otro auto poseído, y también en Pensilvania, del autor de Maine, sí. Porque Esteban sigue siento el Rey. Esta novela es 2002 y el protagonista es un Buick Roadmaster de 1954. Un extraño que lo conducía desaparece misteriosamente en 1979 y el auto queda juntando polvo en una comisaría porque aparentemente ya no funciona. Pero comienzan a pasar sucesos escalofriantes que se relacionan con el vehículo perverso y malicioso, incluso varias muertes, entre ellas la del policía Wilcox. Pasan más de 30 años y su hijo, que empieza a trabajar en la comisaría, decide investigar y vengar el asesinato de su padre. Feliz día, pa.
Papá sobreprotector, para que use sus técnicas investigativas lejos de sus hijos
7. Los crímenes de Alicia, de Guillermo Martínez.
Kristen Hill, una joven becaria, viaja a Oxford en 1994, enviada por La Hermandad Lewis Carroll, para buscar los diarios y cuadernos originales del autor de Alicia en el país de las maravillas. Al revisarlos, descubre que falta una página. Se desencadena, entonces, una serie de crímenes para, aparentemente, impedir que el secreto arrancado de ese cuaderno salga a la luz. El célebre profesor de Lógica Arthur Seldom y un joven estudiante de Matemáticas intentan develar quién está detrás de todo eso. En su última novela, el impecable Guillermo Martínez arma un policial de fórmula clásica y lo lleva adelante sin fisuras en un terreno tan criminal como literario. Ideal para que un padre siga pistas.
8. Catedrales, de Claudia Piñeiro.
Claudia Piñeiro y «Catedrales», para los amantes del género policial / Juano Tesone
Hace treinta años; en un terreno baldío de un barrio tranquilo; apareció descuartizado y quemado el cadáver de una adolescente. La investigación se cerró sin culpables y su familia -de clase media educada; formal y católica- silenciosamente se fue resquebrajando. En este policial negro, duro, atravesado de coyuntura que se publicó el marzo de este año, Claudia Piñeiro pone su ojo crítico en los prejuicios sociales, la clase alta, el poder y el fanatismo. Y el héroe es el padre de la víctima, que treinta años después del asesinato, hará lo imposible para que la verdad oculta salga a la luz.
Papá cocinero, para engordar su corazón de chef
9. Carniceros de oficio, de Eduardo Torres (Editorial CATAPULTA)
Un agudo trabajo fotográfico, periodístico y documental en el que el fotógrafo publicitario especializado en gastronomía Eduardo Torres retrata y narra el complejo oficio del carnicero. El resultado es un precioso libro objeto, repleto de imágenes preciosas que componen una suerte de ensay visual de alrededor de quince carnicerías de distintos barrios de Buenos Aires. Pero la cosa no queda solo en la contemplación, también trae fabulosas recetas carnívoras de grandes cocineros argentinos. Para que el rey de la parrilla dominguera amplié su corazón asador. Y disfrute junte a su prole.
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10. La movida del vegano, Paz Del Percio (Editorial Abre Cultura)
En Instagram es la Samurai de ensaladas y en su cuenta, en la que ya tiene casi 13 mil seguidores, comenzó hace unos años a compartir comidas fáciles y baratas. El objetivo era y es simple: que la alimentación sana sea deliciosa. Se autodescribe como “influencer del proletariado”, se hizo experta, comenzó a estudiar nutrición y en 2019 armó un libro que está repleto de humor (su título da una pista), fotos preciosas y una guía absolutamente realizable para que cualquiera (coma carne y/o consuma productos animales o no) aprenda recetas y actitudes de la cocina vegana para adaptarlas a sus propias necesidades. Así los padres de alimentación consciente serán también conscientes de que sus hijos irán a almorzar más seguido.
Fuente: Daniela Pasik, Clarín.