Los efectos colaterales de la pandemia de covid-19 se multiplican. Durante el fin de semana, a raíz de mensajes en las cuentas de sus redes sociales, varios libreros independientes expresaron su malestar porque el Grupo Planeta había abierto una tienda en Mercado Libre para vender en forma directa sus títulos. Aunque otras editoriales lo hacen desde hace tiempo, Planeta es el primero de los grandes grupos editoriales en la Argentina que toma esa decisión. Ese grupo engloba sellos como Tusquets, Emecé, Paidós, Seix Barral y Crítica, entre otros, con catálogos para diferentes lectores. La decisión del grupo, si bien es legal, sacudió el ecosistema del libro en la ciudad de Buenos Aires.
Responsables de librerías porteñas como Céspedes y Eterna Cadencia (que también es una editorial) dieron a entender que se había roto un código entre la editorial y las librerías. Días atrás, en un debate vía Zoom , el director editorial de Planeta, Ignacio Iraola, había destacado el rol de las librerías independientes como nexos con los lectores; los ejemplos que dio fueron, precisamente, los de Eterna Cadencia y Céspedes. El aislamiento social preventivo y obligatorio, que golpea con una magnitud desconocida la industria editorial, hace peligrar esa alianza. En España, el grupo Penguin Random House realiza ventas directas desde los primeros días de abril.
Desde fines de marzo, la Cámara Argentina del Libro (CAL) advirtió que la cadena de pagos del sector estaba rota . Pese a que en algunas ciudades el Gobierno habilitó la apertura de librerías durante mayo, autoridades de la CAL anticiparon que los números del mes pasado son «desalentadores». Por otro lado, fuentes de grupos editoriales hicieron saber que algunas grandes librerías adeudan hasta seis meses de facturación.
«Esta situación surgió ante el cierre de los shoppings, y para maniobrar el corto plazo de la demanda se sumó ese canal porque las grandes librerías lo tenían poco desarrollado -dice Santiago Satz, gerente de prensa de Planeta-. Sin embargo, se está priorizando el trabajo con los libreros independientes con un excelente nivel de respuesta». Al ser consultado sobre qué pasaría cuando las librerías de las grandes cadenas reabran, Satz indicó que esta era la foto de hoy. «En este momento, reaccionar en e-commerce es una cuestión de supervivencia y para estar cerca del lector». Aún es prematuro para medir resultados: la campaña comenzó el sábado pasado. «Nuestro fuerte es el punto de ventas, por eso no vamos a descuidar las librerías», agrega. Por ahora, el ganador indiscutido de la cuarentena es Mercado Libre, cuyo crecimiento se aceleró de manera significativa .
Para muchos libreros, la alianza de Planeta con Mercado Libre no es una simple modalidad sino una sociedad estrecha con muchas ventajas competitivas para ambos «gigantes». Temen, además, que este grupo editorial cierre cuentas de librerías chicas y retacee el envío de ejemplares para derivarlos a su nuevo punto de venta digital, que permite aumentar su margen de ganancia al ahorrarse el porcentaje que obtienen los libreros. Desde las provincias, encargados de librerías hicieron saber a sus colegas porteños que hacía tiempo que los grandes grupos habían dejado de enviar libros en consignación.
Cecilia Fanti, escritora y librera a cargo de Céspedes , señala que lo ocurrido es «algo que tarde o temprano iba a pasar». Según ella, con la cuarentena las editoriales perdieron al público «de paso» y la apertura de este canal de venta viene a reemplazarlo. «Así solucionan su gran problema a la hora de encarar la venta minorista: la logística. De otra manera no habrían podido hacerlo. Posiblemente en el futuro el panorama se vuelva más complejo, pero las librerías independientes somos mucho más que mera venta».
En un comunicado conjunto, varios libreros indicaron que alianzas entre plataformas de e-commerce y editoriales «conducen de forma directa al cierre de cientos de librerías en todo el mundo». Y en estado de alerta, lanzaron una campaña en redes sociales con los hashtags #LibreríasIndependientes , #LasLibreríasImportan y #Libreríasdebarrio , donde reciben el apoyo y las sugerencias de los lectores, que van desde el boicot a Planeta hasta la defensa de la bibliodiversidad.
«Avanzamos hacia un nuevo paradigma comercial en el que las librerías independientes podremos ocupar el lugar en el que somos fuertes e irreemplazables -sostiene Edio Bassi, de la librería Fedro, de San Telmo-. Somos actores culturales estrechamente vinculados a nuestro entorno. Si la sociedad las valora, las librerías seguirán estando, pero necesitamos un fuerte apoyo de los gobiernos para no sucumbir en el camino».
Fuente: La Nación