—¿También les pasa que tienen varios sueños por noche? Antes de todo esto del coronavirus ‘gracias’ si me acordaba uno. Ahora es como Netflix. Me mando tres temporadas de sueños al hilo.
¿Tiene sueños ‘raros’, que no necesariamente son pesadillas?¿Protagoniza segundas, terceras partes y precuelas de historias que nunca vivió? Bueno, no ‘¡Llame ya!’. Porque la solución no va con envío bonificado a todo el país.
Nuestro patrón del sueño no se escapa a la nueva realidad intrapandemia de coronavirus. Su alteración es estrecha, comunitaria y comenzará a ser estudiada por expertos en el país.
El estudio clínico del sueño, por más que en Argentina sea llevado adelante por quienes tienen título en Neurología o Psiquiatría, no es una práctica médica esencial que haya podido escapar a las videollamadas. Por eso, desde que arrancó la cuarentena a nadie se le colocó electrodos en la cabeza para estudiar si se dan o no cambios químicos (o físicos) en el cerebro por la forma en que dormimos durante el confinamiento.
Las preocupaciones y el bombardeo de noticias negativas repercute en la manera de dormir.
Fueron las sesiones de terapia por videollamada las que absorbieron el problema de los sueños de los argentinos. Si no, todo se canalizó en grupos de WhatsApp con preguntas como la de arriba. Pero esto también pasará.
¿Por qué la pandemia de COVID-19 nos está afectando el sueño? No es sólo una cuestión orgánica. Tampoco enteramente psicológica. Si se deja de lado el insomnio, una de las afecciones que más se tratan, ¿qué sueña la gente en cuarentena? ¿Por qué se sueña más? El coronavirus también hace una curva en nuestra almohada.
«La gente atrasa la hora en la que se va a dormir porque, salvo que sea esencial o realice una actividad entre las exceptuadas, generalmente no tiene obligaciones de la mañana. Y cuando el ritmo circadiano se ve alterado, da diferentes manifestaciones: una es en la forma en que dormimos. Redujimos las consultas presenciales por el aislamiento pero el consultorio no estuvo cerrado. Las videollamadas no pararon y tenemos datos para investigar. Ahora estamos en la etapa de ‘tratar’ a las personas», dice a Clarín la neuróloga Silvia Leiva. Trabaja en la Unidad del Sueño del Instituto Fleni, que desde hace 30 años estudia gente mientras duerme. Pero nunca se durmió como ahora.
El despertar tarde, más aún en otoño, hace que se pierda la luz solar de la mañana, que es clave para que el cerebro se ambiente en que dentro de 12 horas llegará el momento de volver a dormir. El cansancio es otro factor que lo cambia todo. En transcurso del día, nuestro cuerpo se mantiene activo y a la noche siente la necesidad de descansar. Hacer menor esfuerzo físico al estar encerrados incide en la falta de estímulo para cerrar los ojos.
“Se está durmiendo desordenado. Si no se duerme nada durante una noche, al día siguiente no lo recuperás totalmente. Lo que vas a recuperar primero es el sueño profundo, que es el que más nos gusta, ése en el que tenés que hacer fuerza para despertarte. Pero eso va a ocurrir en una proporción muy pequeña. Nada más en un 20% de la noche y en la primera mitad. Entonces, si yo no duermo nada hoy probablemente mañana tenga sueño más profundo pero menos REM., no voy a soñar tanto. Y al tercer día, en cambio, cuando lo recupere del todo, va a haber un brote de sueño REM. y voy a soñar un montón” detalla.
La mayor parte de los sueños se produce en la segunda parte de la noche.
El REM es la etapa onírica. Se llama así porque en ese momento movemos rápido los ojos (Rapid Eye Movement) . “Es como que seguimos con los ojos nuestra imaginación y tenemos la anatomía muscular paralizada para no actuar eso que estamos soñando», lo explica mejor la neuróloga. Pero ¿por qué en cuarentena recordamos más sueños? Adivinen. Por el REM.
“Llega a un horario determinado. Son cuatro a cinco ciclos que uno tiene de estructura del sueño: superficial, profundo y REM. En el primer momento, no te acordás de nada, no registrás nada, pero el REM hace que te hagas la película. Pasa en la segunda mitad de la noche. Ahí uno tiene despertares más fáciles (en el sentido de que se necesita un estímulo menor para despertarse) y tiene mucho que ver con la consolidación de la memoria. Creemos que tenemos ‘tres sueños por noche’, porque logramos recordarlo», sostiene. En realidad, aunque suene agotador blanquearlo durante el confinamiento, soñamos mucho más que eso.
«El sueño REM también está muy relacionado con la parte emocional. Por eso hay más REM en pandemia», anticipa Leiva. “Ahora estamos con la preocupación de la salud, la preocupación de la economía. Se nos superponen preocupaciones y eso claro que nos quita el sueño», agrega Mirta Averbuch, jefa de la Unidad de Medicina del Sueño del Hospital Universitario Fundación Favaloro.
Van varios párrafos de una nota sobre sueños y aún no se habló del inconsciente. Esperalo.
«Las hipótesis de Freud del inconsciente sobre los sueños no tienen ninguna validez científica seria contemporánea. Tampoco hay mucha evidencia de que se sueñe más en cuarentena. Lo que cambió es el patrón del sueño», dice a Clarín el terapeuta cognitivo conductual Eduardo Keegan, que también es doctor en Psicología y profesor de Psicoterapias de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.
«Llama la atención la cantidad de gente que comenta tener sueños vívidos o recordar mejor los sueños. Las búsquedas en Google sobre el tema han aumentado significativamente. Aunque la psicología y la neurociencia de los sueños es aún un terreno con bastantes interrogantes -dice- hay una serie de razones que podrían explicar esto».
Una razón «simple y probable» es que mucha gente hoy puede quedarse un rato en la cama al despertarse y pensar un poco en lo soñado, en lugar de salir disparada hacia la rutina para llegar al trabajo. «Esto seguramente favorece la evocación del sueño», sostiene Keegan.
Otro factor, más relevante, para Keggan es «el nivel de incertidumbre y amenaza» en el que estamos.
«Nuestra mente evolucionó para ayudar a nuestra supervivencia y, por ende, se interesa particularmente por procesar toda amenaza potencial que enfrentamos. Es esperable que mucha gente experimente más pesadillas y se queje de que su sueño es menos reparador. El ánimo decaído y la depresión pueden, también, dar lugar a sueños poblados de contenido negativo. Si se tiene presente que una de cada seis personas desarrollará o tiene ya un trastorno de ansiedad, y que los síntomas depresivos son muy comunes, no debería sorprendernos que las alteraciones del sueño sean frecuentes en un contexto como el que tenemos en este momento».
¿Qué se sueña en cuarentena? “Lo que más sueña la gente son cuestiones de muerte. O qué la pasa muy mal. Vernos todos de golpe en la calle con barbijo en los sueños empezó a aparecer. Estamos en aislamiento y hablando todo el día de cifras de muertos”, dice la psicóloga Marisa Russomando.
¿Se pueden «acomodar» los sueños con la forma de dormir? Es posible.
“Lo primero es que haya rutina para dormir, así como para comer y acostarnos, que lo ideal sería entre las 23 y las 24. Como ‘tener sueño’ no lo podemos condicionar, sí podemos despertarnos todos los días entre las 8 y las 9 de la mañana. Si eso es contante, vamos a tener sueño a la noche”, cierra Averbuch. Desde la psicología, Russomando propone gestionar el dormir y los sueños al dedicar «un momento del día para pasarla bien con lo que más guste, aislados de la pandemia”.
¿Cuál de los dos Netflix vas a ver hoy? Elige tu propia aventura.
Fuente: Clarín