Señoras y señores, muy buenas noches, desde el Felt Forum del Madison Square Garden en la ciudad de Nueva York asistimos al primer recital que vía satélite brindando un cantante en el mundo. ¡Aquí está el ídolo de América: Sandro!”
Con esas palabras, alrededor de las diez de la noche, Cacho Fontana presentó a Roberto Sánchez , el chico de Valentín Alsina, frente a la mirada de más de 5000 espectadores en el estadio estadio neoyorquino, aquel 11 de abril de 1970.
Tras separarse de Los De Fuego, Sandro había tenido que tomar un vuelo a nivel personal . Tal es así que llegó a presentarse en el Festival Internacional de Viña del Mar, y comenzó a girar por diferentes escenarios de América. Sin embargo, la presentación en el Madison Square Garden representa mucho más para él de lo que imaginaba.
El recital se vivió en directo por Canal 9 para toda la Argentina. No era uno más: fue la primera transmisión que se realizó vía satélite de un show musical en vivo y en el mundo entero. Y era orgullo nacional.
A pesar del estado gripal que tenía y el cansancio tras el exhaustivo rodaje de la película «Muchacho», dirigido por Leo Fleider, Sandro viajó a Estados Unidos para representar al país. “Fumó en exceso, sufrió un poco antes de su debut. Antes del comienzo del primer recital se paseó de una parte a otra del camarín ”, resaltan las crónicas de la época.
De la mano de la orquesta de Jorge López Ruiz, el hombre de Valentín Alsina subió al escenario. La ovación resonó en todos los rincones del estadio , que elevó rápidamente la temperatura de la noche, la cual se extendería casi dos horas.
“Tengo” fue el clásico elegido para abrir el espectáculo y le siguieron: «Se te nota» y «Te quiero tanto amada mía». Toda esa euforia se repitió al día siguiente, cuando tuvo lugar la segunda presentación del músico en ese estadio.
«Quiero agradecer enormemente a todos ustedes que han estado aquí esta noche, quiero mandar un gran saludo para Argentina, Colombia, Chile, Venezuela, Puerto Rico y todos los países que nos están viendo. Un gran abrazo para todos, muchas gracias», dijo en el final del show.
Lo cierto es que, a lo largo de las dos noches, el estadio se rindió a sus pies. Aun así, él tenía su mente en la tierra: «No creo ser un ídolo, cuando pasen 30 años quizás lo analicemos. Ahora solo soy un cantante de moda, el público es el que decide», le dijo a la prensa, tras ser consultado por su éxito.
Al día siguiente, a las 9:30 de la mañana, Sandro volvió a la Argentina, con el aeropuerto de Ezeiza colmado de fans. Llegó al hall central e improvisó una conferencia de prensa para todos los presentes.
¿Qué representa el show de Sandro en ese lugar? En esa época, los artistas latinos no pisaban fuerte en el norte, por lo cual la elección fue de gran relevancia. Además, es considerado uno de los pabellones deportivos más importantes del mundo, centrado en boxeo o diferentes eventos.
Luego de la presentación, le siguió Palito Ortega ese mismo año, y también Carlos Monzón en 1975. Fue por eso que la presencia latinoamericana comenzó a crecer: “El 98% era público latino. Nueva York por aquellos años era como entrar en Roma. Mucho puertorriqueño, colombiano, panameño, guatemalteco, mexicano … ”, recordó Ortega.
Se lo conoce como Sandro de América en relación con el título de uno de sus discos. Sin embargo, esa noche realmente se consagró con esas palabras: ya no era solo argentino, ya no tenía fronteras. Era de toda América.