El teatro también puede disfrutarse desde casa
Si el teatro logró sobrevivir al descubrimiento arrasador del cine y la televisión, si además hasta se transformó y se reinventó de múltiples formas, incluso en épocas de series on demand y redes sociales es porque tiene una característica única, que lo diferencia de las artes audiovisuales, de la literatura y de la plástica: comparte espacio y tiempo a la vez.
Las obras de teatro, la danza y las performances, es decir, todo lo que incluye a las artes escénicas, son siempre en vivo y efímeras, únicas e irrepetibles. Hay que saber soportar el tiempo en un espectáculo que no nos gusta. Hay que aprender a sostener la mirada cuando un artista habla, llora o grita a metros de distancia de un espectador. Hay que aprender a convivir y asimilar las reacciones del público que tenemos al lado. Ir al teatro es un ritual que comienza desde que se ingresa a la sala y, muchas veces, termina días después, cuando nos caen las últimas fichas, ideas y sensaciones de lo que vimos.
Pero el ritual, esa experiencia siempre presente, es ahora algo prohibido. Como muchos artistas que en tiempos de coronavirus comenzaron a subir sus creaciones a las redes sociales, los teatristas no se quedaron atrás y en todo el mundo se inició una tendencia a ofrecer espectáculos de manera virtual, subir a internet clásicos y hasta presentar experiencias y performances en vivo, que posibiliten interacciones, a través de redes como Instagram, Zoom, Facebook y You Tube.
Claves para ver teatro por internet
Si bien es imposible de reemplazar la potencia del encuentro que implica el teatro, la necesidad de consumirlo, de verlo de alguna manera no tiene cuarentena posible. El director Claudio Tolcachir fue uno de los primeros en probar esta opción y subió en las redes de su teatro Timbre 4, dos clásicos de su producción: El viento en un violín fue visto por 50 mil personas y Emilia, por otras 43 mil. El Complejo Teatral de Buenos Aires presentó una versión filmada de Madre Coraje, el clásico de Brecht con la actuación deClaudia Lapacó y la dirección de José María Muscari que alcanzó 12.500 visualizaciones.
Mientras esperamos ansiosos la posibilidad de volver a ir al teatro, de encontrarnos con otros y vivir esa adrenalina de lo vivo, es importante tener en cuenta algunas cuestiones para los que se animan al teatro filmado. Las grandes aliadas del teatro son la metáfora y la metonimia. El teatro no puede y no quiere mostrarnos el campo, la guerra o la tormenta de manera idéntica. Para eso, al cine le sobran recursos para llevar la cámara a esas locaciones y recrearlas con su lente.
El teatro reemplaza esos impedimentos con figuras poéticas: un paraguas mojado para mostrar la lluvia, una puerta que retumba y un grito desaforado para aludir a una invasión. No hay que perder de vista todos los recursos estéticos tanto en el lenguaje como en la puesta en escena de los que se vale el teatro para construir cualquier universo posible y, sobre todo, para aludirlos: hacerlos sentir presentes a partir de ingeniosas herramientas, como la extraescena, es decir, situaciones que se mencionan pero no se ven y que son un disparo directo a la imaginación del espectador. El teatro no nos muestra nada tal cual es, pero presenta algo con una pluralidad de sentido. Después, cada cual completa esa imagen o esa palabra con su propia subjetividad y emociones.
Otro concepto importante que vale la pena recordar en el teatro filmado es que en las obras la cámara no dirige el punto de vista. El público tiene toda la escena y elige dónde ver y cómo hacerlo, cuánto tiempo dedicarle a un personaje, o si prefiere detenerse en la luz, la escenografía y hasta mirar para el costado. Y, por último, las actuaciones siempre están pensadas para el público en vivo. Algunos momentos pueden parecer exagerados, extremos, poco sutiles: no hay que olvidarse de que esos artistas están proyectando la voz y actuando para un público que debe poder verlos desde la última fila. El teatro no permite el plano detalle de un ojo vidrioso. En todo caso, es el espectador el que debe ir en la búsqueda de esa emoción que el artista vive y que se termina de completar cuando es recibida por el público.
Entre las propuestas que se fueron subiendo al mundo virtual, acá algunas recomendaciones temáticas:
Teatro contemporáneo, estrenos y experiencias en vivo
Para este fin de semana, Timbre 4 tiene armada una programación teatral online que incluye obras en vivo y hasta estrenos. El viernes 27 a las 18 h se realizará la transmisión en vivo en IG de La guerra de las galaxias, una obra escrita y dirigida por Federico Lehmann. A las 20, será el turno de La Respiración, de Alfredo Sanzol y con dirección de Lautaro Perotti. Esta obra es un viaje interior a la vida de una mujer de 40 años que tiene una hija y a quien su marido deja por otra mujer. Sumergida en el dolor, recurre a su madre, amantes y amigos para entender y descubrir todas las formas del amor.
Para el sábado 28, Timbre 4 tiene programado un estreno. Se trata de UNA, una obra escrita y dirigida por Giampaolo Samá y con la actuación de Miriam Odorico. Este espectáculo se transmitirá en vivo y está basado en la novela de Pirandello. UNA es una voz que cuenta, el vaivén de un pensamiento. A las 20 h, llega el turno de un clásico del teatro argentino: El Bululú, con Osqui Guzmán, quien hizo una antología del histórico bululú, un comediante que andaba, solo, por los pueblos, representando a los personajes de una comedia, entremeses, poemas y canciones.
Por último, el domingo 29 a las 18 h se presenta otra bella producción de esta sala: Para mí sos hermosa, de y con Paula Ransenberg. Un unipersonal de un gran despliegue estético sobre el mundo del circo, el amor y la búsqueda de la identidad. A las 20, está programado un encuentro en vivo con La omisión de la familia Coleman, el elenco, el director y todos los integrantes del equipo podrán charlar con la gente que los sigue desde hace 15 años. Si bien todas estas propuestas son con entrada libre y gratuita, estará online la posibilidad de colaborar económicamente, como si fueran espectáculos a la gorra. Los espectadores encontrarán un botón que dice comprar entradas que permitirá realizar un aporte voluntario. El 50% de lo recaudado será para la compañía y el otro 50% para teatro.
En la web de Teatro El Extranjero, los espectáculos permanecen online sólo en el horario programado, siempre a las 19. Desde el viernes hasta el domingo se presentarán, Tur (paisaje escénico 1), de Saeed Pezeshki; Mil Federicos, de Mariana Mazover; Shopping and fucking, de Mark Ravenhill, dirigida por Mariano Stolkiner; y Absurdo criollo, de Marcos Arano (también director) y Gabriel Graves. Pero hay obras programadas todos los días.
Teatro público y clásicos argentinos
El Cervantes compartirá este viernes a las 18 Tadeys, una obra escrita y dirigida porAnalía Couceyro y Albertina Carri que está basada en la novela póstuma de Osvaldo Lamborghini. La novedad de este espectáculo es que marcó debut de Diego Capusotto en el Teatro Nacional Cervantes y ahora, se podrá ver su actuación desde las pantallas de cada casa.
En cuanto a los espectáculos del Complejo Teatral de Buenos Aires, el Ministerio de Cultura porteño abrió el sitio Cultura en casa que, entre otras propuestas, sube vía streaming algunas obras del Teatro San Martín y también episodios del programaEscenarios de Buenos Aires, que incluye entrevistas, escenas, montajes técnicos y ensayos de muchas de sus producciones.
La directora Maruja Bustamante compartió dos de sus obras que fueron producidas y estrenadas en espacios públicos. Una de ellas es El fin, que en 2019 ocupó el espacio del Centro Cultural Rojas y se refiere al fin de varias cuestiones, como el amor, una etapa de la vida y hasta del mundo. Esta obra forma parte de la campaña “El Rojas se acerca a las casas”, que incluye la visualización de las últimas obras que han pasado por el ciclo Óperas Primas y de producciones elegidas en el Premio a la Nueva Dramaturgia Germán Rozenmacher. El Rojas también habilitó la posibilidad de hacer algunos de sus mentados cursos y talleres de manera online. Otra de las obras de Bustamante que también se puede ver en internet es Discépolo: las casas, capítulo del ciclo “Invocaciones” del Centro Cultural San Martín, en el cual realiza un sainete contemporáneo sobre los nuevos inmigrantes de esta época.
También están disponibles en línea grandes clásicos del teatro independiente argentino. Entre ellos, se encuentran algunas producciones de Ricardo Bartís que a partir del aislamiento obligatorio decidió subir a las redes. Desde las obras más antiguas y emblemáticas, como De mal en peor (2005-2007) y La pesca (2008-2009), pero hay que tener en cuenta que las condiciones de filmación no son las mejores. Más cercano en el tiempo, La máquina idiota (2013-2015) ofrece una versión en mejor calidad.
Otra obra emblemática del off porteño es Un hueco, un espectáculo que se hacía en el vestuario del club Estrella de Maldonado y en el que sólo entraban 18 personas. La filmación tiene una muy buena calidad y es una posibilidad de ver en escena a artistas referentes del circuito alternativo y experimental como Juan Pablo Gómez, Patricio Aramburu, Nahuel Cano y Alejandro Hener.
Por último, el director Alejandro Tantanian subió a internet Los mansos (2005-2008), una de sus obras más queridas y emblemáticas.
Los clásicos del teatro español
Esta propuesta llega directo desde España. La teatroteca es un sitio creado por el el Centro de Documentación Teatral y cuenta con más de 21.000 monografías (obras de teatro, teoría, técnica teatral), 750 colecciones de revistas (españolas y extranjeras), libretos inéditos, 9.700 grabaciones audiovisuales y recursos electrónicos. Desde febrero de 2020, esta plataforma hizo públicas para todo el mundo 1500 obras. Lo mejor de esta página, es la posibilidad de ver versiones españolas de clásicos del siglo de Oro español, como Calderón y Lope de Vega,
Mientras más artistas se suman y se adaptan a estos tiempos de pandemia, aquí hay varias opciones para controlar la ansiedad hasta que se pueda volver a las salas y, como dijo el director Pablo Messiez: “La peste nos lo roba para que recordemos que se trata de algo más que de palabras bonitas. Que es -que debe ser- presente e indomable”.
Fuente: Infobae