El espacio es tan reducido que sólo una persona puede asomarse a una pequeña cavidad recién descubierta en el Foro Romano. Se trata de una sala con un sarcófago de 1,40 metros de longitud que ha generado un fuerte interés para los arqueólogos, porque se encuentra muy cerca del lugar donde la historia sitúa la muerte de Rómulo, uno de los legendarios fundadores de Roma. Por eso la expectativa era máxima: podría haberse tratado de una tumba perdida de quien se dice que fue el primer rey de Roma, la ciudad que siglos más tarde se convertiría en uno de los mayores imperios conocidos.
Pero no lo es. Según ha desvelado este viernes la directora del Parque Arqueológico del Coliseo, Alfonsina Russo, el sarcófago hallado en el Foro Romano no se corresponde con la tumba de un personaje mitológico que seguramente nunca llegó a existir. En cambio, se trataría de un monumento funerario dedicado a él realizado en el siglo VI a.C., una época posterior al momento en los escritos identifican la fundación de Roma en siglo XVIII a.C..
El hallazgo está ubicado a pocos metros del que fuera el Comitium, un espacio público para la celebración de asambleas a cielo abierto en la Antigua Roma. El Lapis Niger, un antiguo santuario en el Foro Romano, es donde se constituyen los últimos restos que quedan en pie del Comitium, y según los escritores antiguos era este sitio donde Rómulo habría muerto. También lo identifican con el lugar de sepultura de otros dos personajes emblemáticos, Faustolo, padre adoptivo de Rómulo y Remo y Osto Ostilio, abuelo del rey latino Tullio Ostilio, todas figuras fuertemente relacionadas con los orígenes de Roma.
El cenotafio se encuentra en el lugar donde los escritores antiguos decían que murió el primer rey de Roma.
La ubicación, por lo tanto, hace muy verosímil que el sarcófago pueda tratarse de lo que los antiguos romanos consideraban la Tumba de Rómulo, una tumba simbólica que no era el lugar de sepultura ya que, según algunos autores antiguos, como Plutarco, los senadores habrían asesinado a Rómulo y desmembrado su cuerpo, mientras que otras tradiciones narran su ascensión al cielo.
La Leyenda de Rómulo y Remo
Las tradiciones romanas adornaron el surgimiento de la ciudad de Roma con diversas leyendas que fueron recogidas principalmente por el historiador romano Tito Livio. En este caso, se contaba que Marte, el dios de la guerra, engendró en Rea Silvia a los mellizos Rómulo y Remo. Cuando éstos nacieron y para salvarlos fueron arrojados al Tíber dentro de una canasta que encalló en la zona de las siete colinas situada cerca de la desembocadura del Tíber, en el mar.
Una loba, llamada Luperca, se acercó a beber y les recogió y amamantó en su guarida del Monte Palatino hasta que, finalmente, les encontró y rescató un pastor cuya mujer los crió. Ya adultos, los mellizos repusieron a Numitor en el trono de Alba Longa y fundaron, como colonia de ésta, una ciudad en la ribera derecha del Tíber, en el lugar donde habían sido amamantados por la loba, para ser sus Reyes.
Se dice que la loba que amamantó a Rómulo y Remo fue su madre adoptiva humana. El término loba, en latín lupa, también era utilizado, en sentido despectivo, para las prostitutas de la época.
Se dice que la loba que amamantó a Rómulo y Remo fue su madre adoptiva humana. El término loba, en latín lupa, también era utilizado, en sentido despectivo, para las prostitutas de la época.
La leyenda también nos cuenta como Rómulo mató a Remo. Cerca de la desembocadura del río Tíber había siete colinas: los montes Aventino, Celio, Capitolio, Esquilino, Palatino, Quirinal y Viminal. Rómulo y Remo discutieron sobre el lugar en el que fundar la ciudad y decidieron consultar el vuelo de las aves, a la manera etrusca. Rómulo vio doce buitres volando sobre el Palatino y Remo sólo divisó seis en otra de las colinas. Entonces Rómulo, para delimitar la nueva ciudad, trazó un recuadro con un arado en lo alto del monte Palatino y juró que mataría a quien osase traspasarlo. Remo le desobedeció y cruzó con desprecio la línea, por lo que su hermano le mató y quedó como el único y primer Rey de Roma. Este hecho habría ocurrido en el año 754 a. C., según la versión de la historia oficial de la Roma antigua.
La historia del hallazgo de la tumba
El “extraordinario descubrimiento” del sarcófago, anunciado hace unos días por el Parque Arqueológico del Coliseo, es obra de Patrizia Fortini, quien estaba reestudiando la documentación de las excavaciones de Giacomo Boni, un gran arqueólogo de finales del siglo XIX. En 1898 fue el primero en llevar a cabo un proyecto sistemático de excavaciones en el Foro Romano, y encontró al año siguiente, a pocos metros del Lapis Niger y de el Comitium, lo que describió como una caja o una bañera de 1,40 metros de longitud. Pero no le dio más importancia, de modo que se perdió la memoria de lo que hoy se identifica como un sarcófago. También su exacta ubicación.
El sarcófago hallado recientemente en el Foro Romano sería un monumento para celebrar la memoria de uno de los mitológicos héroes que fundaron Roma / AFP
De hecho, era hasta posible que lo que Boni encontró hubiese sido destruido cuando en los años 30 del siglo XX Alfonso Bartoli construyó una monumental escalinata de acceso. Fortini, 120 años más tarde, intuyó revisando los textos de Boni la importancia del descubrimiento, tratándose de un lugar fuertemente simbólico para la vida política de Roma. En noviembre del 2019 empezaron las excavaciones arqueológicas, desmontaron la escalera de Bartoli y encontraron intacta la cavidad que había descrito Boni hace más de un siglo.
“Roma es así. El Foro Romano se conoce, pero está tan repleto de memorias que cada vez que tratamos los monumentos encontramos algo nuevo. También porque el conocimiento avanza con las nuevas tecnologías”, ha valorado la arqueóloga Fortini. “La arqueología es una ciencia en evolución y no se frenará nunca”.
El sarcófago ha vuelto a poner sobre la mesa los orígenes mitológicos de la fundación de Roma. La leyenda cuenta que Rómulo y Remo, dos gemelos abandonados y amamantados por una loba, se embarcaron en una lucha fraticida de la que surgió la ciudad de las siete colinas en el 753 a.C. Leyenda o no, la directora Russo recuerda que “todos los mitos tienen un fundamento”. “Algo de verdad hay. Nosotros conocemos la cronología de la ciudad de Roma que les sitúa en el siglo VIII a.C. Este monumento es sucesivo y quería celebrar la memoria del fundador”, reitera.
A partir del próximo mes el Parque Arqueológico proseguirá sus excavaciones y promete poner a disposición de los investigadores todos los nuevos datos que vayan emergiendo.
Fuentes: La Vanguardia y medios