“La vida es un pequeño sonido entre dos grandes silencios”.
Este será un artículo diferente de los que realizo habitualmente, porque me referiré a grandes compositores de música clásica, que fallecieron prematuramente.
Fueron seres humanos que no emprendieron cien caminos. Emprendieron solamente el propio.
Y sus muertes tempranas hacen pensar que al telón de la vida, no pueden levantarlo los aplausos.
Porque la existencia es sólo una chispa luchando contra su finitud.
Decía hace un minuto que murieron muy jóvenes, excepcionales compositores, que no llegaron a cumplir 40 años.
Y comienzo con Franz Schubert, austríaco, nacido cerca de Viena, la capital de ese país.
Vivió sólo 31 años hasta que fue vencido por una enfermedad venérea.
Y en tan breve lapso pudo escribir numerosas óperas. Y agrego, que a los 18 años ya había compuesto cinco de ellas.
Y recordamos entre sus óperas famosas a su “Rosamunda”. También creó el “Ave María”, su inmortal “Serenata”, sus “Momentos Musicales”.
Y ahora me referiré a otro compositor genial también austríaco como Schubert y que vivió solamente 35 años.
Se llamó Wolfgang Amadeus Mozart y a los 31 años creó una de sus dos óperas más famosas: “Don Giovanni”. No llegó a cumplir los 36 años.
Y dos meses antes de morir salió de su espíritu –mejor diría de su talento- la ópera “La Flauta Mágica”.
De Mozart podría decirse que “Todos los compositores crean. Pero sólo algunos como él, también vibran”
Otro destacado músico -francés en este caso- vivió sólo 37 años y creó una las 6 ó 7 óperas más conocidas universalmente.
En esa breve lista se colocarían –esto es sólo una apreciación personal –“La Traviata”, “Pagliacci”, “La Boheme”, “El Barbero de Sevilla”, “Rigoletto”. –Y la de este hombre al que estoy aludiendo, con su ópera “Carmen”.
Y agrego la de George Bizet, que un cáncer de garganta y un infarto posterior le quitaron la vida.
38 años vivió Félix Mendelsohn que a los 17 años pudo crear “La Marcha Nupcial”.
Esta fue inicialmente una de las 12 partes de una comedia musical que él había escrito y que se llamó “Sueño de una Noche de Verano” basada en un libro de Shakespeare.
Mendelsohn fue también un gran pianista.
Su prematuro fallecimiento se debió a un derrame cerebral.
Y he dejado para el final de esta nota, por supuesto que muy incompleta, a un compositor polaco, que es quizá el único creador de música clásica que suele llegar también a aquellos que no aman ese tipo de música. Se llamó Federico Chopin y nació 3 meses antes de nuestra Revolución de Mayo.
Una tuberculosis lo abatió tendiendo sólo 39 años.
Creó solamente música para piano, pero logró una mezcla inigualable de poesía, belleza y fantasía.
Fue también uno de los más grandes pianistas de su tiempo junto con Franz Liszt.
Y quién no recuerda de Chopin sus once polonesas, sus nocturnos, sus mazurcas, sus valses brillantes.
Pensando en la temprana muerte de estos gigantes del arte se adivina todo lo que quedó sin crearse en el terreno musical.
Desde ya que al mencionar estos 5 grandes del arte, he dejado sin nombrar a otros monstruos de la música clásica que tampoco llegaron a cumplir 40 años como Vincenzo Bellini el autor de óperas como “La Sonambula”, “Norma” o “I Puritani”. O a Karl Maria Von Weber el creador de “Invitación al Vals”, bellísima por cierto; a Pergolessi y a tantos otros. Ellos, dirìa que fueron ciudadanos del mundo, porque pudieron emocionar a hombres de todas las latitudes.
Todos los mencionados hoy y muchos más, diría que alcanzaron la eternidad, porque precisamente esa eternidad sólo pertenece a los grandes creadores.
Y un aforismo final para todos ellos:
“El homenaje a muertos ilustres no puede resucitarlos. Pero puede iluminarlos…”
(*) El autor, José Narosky es un escribano y escritor argentino, reconocido por sus célebres aforismos. Escribió más de 17 mil, de los cuales sólo publicó 3 mil.
Fuente: Infobae