Pasaron 74 años desde que una bomba atómica cayó sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. El ataque perpetrado el 6 de agosto de 1945 provocó la muerte de 80 mil personas, arrasó 12 kilómetros cuadrados y destruyó cerca del 70% de los edificios de la ciudad. Según un relevamiento hecho en 2018, aún permanecían de pie 85 edificios que habían sido construidos previo al ataque en un radio de 5 kilómetros de donde había caído la bomba.
Dos de esas construcciones sin embargo están en riesgo de ser demolidos: un estudio determinó que estaban en riesgo de colapsar en caso de un terremoto fuerte, un evento con el que Japón debe convivir. Sin embargo, los sobrevivientes del ataque se oponen a la demolición, y piden que sean convertidos en mojones urbanos que sirvan para recordar la tragedia y promover la abolición de las armas nucleares.
Los dos edificios, que fueron construidos en 1913, están actualmente deshabitados y no cumplen función alguna. Originalmente fueron concebidos como fábricas de ropa militar, para luego convertirse en un centro de habitaciones para estudiante. Tras el ataque de la bomba atómica, fue usado como un hospital de emergencia. Hay un tercer edificio en el lugar que no se demolerá: será reparado y reforzado para subsistir cualquier tipo de evento sísmico.
La demolición está planificada para 2022.
Hay que decir que la razón por la cual tantos edificios sobrevivieron un ataque tan brutal se debió a que las construcciones de la isla se hacían con hormigón armado, justamente por el riesgo sísmico.
El edificio conocido como la Cúpula Gendaku en el Parque Conmemorativo de la Paz es la ruina más conocida del ataque a Hiroshima. Desde 1996 figura en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO (German Garcia Adrasti).
Iwao Nakanishi, un sobreviviente del ataque que actualmente tiene 89 años, lidera un grupo local que que hace campaña para que los edificios sean preservados. «Considerando el significado histórico que tiene narrarle la tragedia a generaciones siguientes, no podemos aceptar de ninguna forma la demolición», le explicó al diario local Mainichin según reprodujo el sitio de la BBC. «Nos oponemos fuertemente», completó.
La ruina más célebre que quedó en Hiroshima luego del ataque nuclear es el edificio conocido como la Cúpula Gendaku en el Parque Conmemorativo de la Paz, el sitio construido en homenaje a las víctimas de la bomba. Diseñado por el arquitecto checo Jan Letzel para la Exposición Comercial de la Prefectura de Hiroshima, fue completado en 1915. De los edificios sobrevivientes al ataque, es el que estaba más próximo al punto de explosión: a 150 metros en sentido horizontal, y a 600 en sentido vertical.
Fue preservado tal cual estaba tras el ataque, y se convirtió en la pieza central del parque conmemorativo, que fue diseñado por el arquitecto japonés Kenzo Tange e inaugurado en 1954. Dentro del parque, que fue hecho dentro de un espacio que quedó vacío tras el ataque, se encuentran también otros monumentos, como la Estatua de los Niños de la Bomba Atómica (dedicado a la memoria de los niños que murieron en el ataque) y el Monte Conmemorativo de la Bomba Atómica, que contiene las cenizas de las 70 mil víctimas que no pudieron ser identificadas, entre otros.
Una imagen de una Hiroshima devastada días después de la caída de la bomba atómica, en 1945. / AFP
La bomba atómica sobre Hiroshima fue parte de la ofensiva final de Estados Unidos para lograr que Japón se rindiera en la Segunda Guerra Mundial. Alemania había capitulado en mayo de 1945, y Harry Truman, el presidente de EE.UU. en ese momento, especulaba con que una bomba atómica forzaría la rendición de Tokio sin tener que arriesgar una invasión de tropas estadounidenses.
Luego de que el ataque contra Hiroshima no lograra el objetivo buscado, EE.UU. lanzó una segunda bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Nagasaki el 9 de agosto de 1945. La rendición de Japón se produjo seis días después, poniéndole fin así a la Segunda Guerra Mundial.
Fuente: Clarín