La tumba del cantante, compositor y actor francés Johnny Hallyday en el territorio galo ultramarino de San Bartolomé, ubicado en el mar Caribe y al norte del archipiélago de Guadalupe, se ha convertido, a dos años de su deceso, en un lugar de peregrinaje que linda lo religioso, publicó hoy el diario parisino Le Figaro.
Muchos fanáticos europeos hicieron el viaje hasta el cementerio de Lorient, en la isla, vestidos de blanco o con remeras con la imagen del ídolo, a la espera del miércoles 11 de diciembre, cuando arribe su viuda Laetitia.
El rockero, que murió de cáncer en su país a los 74 años, el 5 de abril de 2017 años, descansa desde el 11 de diciembre de ese año en la pequeña isla caribeña que tanto amaba y donde construyó una villa en 2008.
La tumba está cubierta por caracolas y guijarros del lugar, a la manera de las creencias ancestrales del lugar, y la presencia de los peregrinos deja de lado la fuerte disputa por la herencia económica del rockero entre sus hijos mayores, David y Laura, con su última mujer