Desde La Habana
El imponente Teatro-Cine Karl Marx de la ciudad que en 2019 está cumpliendo 500 años de existencia luce abarrotado de público cubano, que suele guardarse sus vacaciones para no perderse nada del Festival de Cine de La Habana. Es que este evento, una de las muestras de cine latinoamericano más importante del mundo, da cuenta también de la realidad y la historia de Cuba, no sólo por algunas de las películas que programa sino también por quienes la visitan año a año. Así quedó demostrado en el libro El pretexto de la memoria, de Iván Giroud. Director de la muestra entre 1994 y 2010, Giroud es desde 2013 su presidente. Sucedió en el cargo al gran intelectual Alfredo Guevara, que había fundado el festival y que falleció en abril de 2013.
La que comenzó es la 41º edición y desde siempre el cine argentino es protagonista. En el Karl Marx estuvieron Ricardo Darín y su hijo “El Chino” acompañando la película de apertura: La odisea de los giles, de Sebastián Borensztein. El film del hijo de Tato Bores fue el encargado de levantar el telón en La Habana, unos días después de haber sido nominado al Premio Goya de España. La proyección estuvo precedida por una gala a cargo del Ballet Nacional de Cuba, que por primera vez participa en la inauguración del evento.
“No hay cambios en los objetivos. Hay pequeñas modificaciones que están relacionadas con necesidades que el festival iba reclamando desde hace un tiempo. Pasados ya 40 festivales creíamos que era el momento de hacerlas”, dice Iván Giroud. “Redujimos un poco el programa. Teníamos el doble de las salas y ahora solamente tenemos diez salas en La Habana con la disponibilidad técnica para asumir los nuevos formatos. Y también la cantidad de días. Cuando creció, el festival ocurría en quince días. Eso lo hemos ido acortando también. Se fue acortando por un tema de presupuesto. Y es una tendencia que no sólo ha pasado en Cuba sino generalmente en todo el mundo. Un festival de quince días es prácticamente incosteable por la cantidad de recursos que tiene que movilizar”, explica el presidente de la muestra.
También destaca que siempre había más películas que las que él y su equipo de programación entendían que debía tener. Se hizo un diseño de programación más equilibrado. Pero los criterios de selección siempre son los mismos. Ellos son: “que estén representadas la mayor cantidad de tendencias, también que sea proporcional de acuerdo a la producción de cada país, la calidad y los temas”, sostiene Giroud. De 370 títulos programados el año pasado, para esta edición la cifra bajó a 300, aunque la cantidad de películas recibidas superó casi en 1000 a las de años anteriores.
Ficciones de aquí y de allá
La Sección Competitiva de Largometrajes de Ficción -que premia con las históricas esculturas Coral- está compuesta por 21 films de distintas geografías, de los cuales seis son de nacionalidad argentina o en coproducción. Todos han sido estrenados en Buenos Aires. Además del film de apertura, también figura Un rubio, de Marco Berger, quinto largometraje en el que el cineasta vuelve sin complejos sobre los tópicos y obsesiones de los que se compone su filmografía: retratar el momento en el que la atracción sexual entre dos hombres se convierte en algo más. También se exhibirá El cuento de las comadrejas, de Juan José Campanella, remake de Los muchachos de antes no usaban arsénico, del recordado José Martínez Suárez. La deuda, de Gustavo Fontán, y Los sonámbulos, de Paula Hernández –de reciente estreno en la Argentina- también serán de la partida en el Festival de La Habana. Completa la selección nacional de largos de ficción la coproducción argentino-uruguaya Así habló el cambista, donde Daniel Hendler –en una de sus mejores interpretaciones para la pantalla grande-, actuó por primera vez bajo las órdenes de su amigo y compatriota Federico Veiroj.
“Este año el cine argentino está a la altura de otros años. Hay películas muy variadas dentro de la selección y yo creo que mantiene el nivel”, dice Giroud. “Brasil, la Argentina y México son los países de mayor producción en la historia del cine latinoamericano. Y eso se sigue manifestando. No obstante, en los últimos años han emergido otros países que tienen menor cantidad de producción, pero lograron títulos notables. Y esa es también una característica del cine latinoamericano. Hay películas de mucha calidad. Y eso también hace un equilibrio porque a la larga hay un tema proporcional pero además hay un tema cualitativo. El cine argentino tiene una buena selección y está muy bien representado en el festival. De hecho, la Argentina es el país que más películas seleccionadas tiene en el programa”, completa Giroud.
Brasil estará representado por Bacurau, de Kleber Mendonça Filho –el realizador de Aquarius, con Sonia Braga- y Juliano Dornelles. El film aborda la historia de Teresa, quien regresa a una villa matriarcal ubicada en un Brasil del futuro, para encargarse de los funerales de su abuela. Tras su llegada, comienza a observar una serie de eventos que están afectando a los residentes. Araña, la última película del chileno Andrés Wood, –director de Violeta se fue a los cielos, sobre Violeta Parra-, presenta la historia de un exmiembro de un grupo paramilitar chileno de ideología fascista y nacionalista. Tras conseguir lo que pretendían, el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, el movimiento se disolvió y dejaron bien instalado el régimen militar de Augusto Pinochet con su cadena de desaparecidos, asesinatos y sistemáticas violaciones de los derechos humanos.
Cuba rinde homenaje a Julián del Casal, poeta cubano del siglo XIX, en Buscando a Casal, de Jorge Luis Sánchez. En la ficción, el poeta se atreve a enfrentar al más alto poder de la Isla, publicando un irónico artículo acerca del Capitán General. Desde México llegará Esto no es Berlín, de Hari Sama. El protagonista de esta historia es Carlos, un joven que no encaja en ningún lugar: ni en su familia ni con los amigos en la escuela. Pero todo cambia cuando es invitado a un mítico club nocturno donde descubre el mundo underground.
Ficciones verdaderas
El cine argentino estará representado por tres producciones locales en la Competencia de Largometrajes Documentales, de un total de 21 películas. Una de ellas, aun no estrenada comercialmente en la Argentina, es Ficción privada, de Andrés Di Tella. El crítico de PáginaI12 Diego Brodersen señaló durante la presentación del documental en el Festival de San Sebastián: “La familia y los recuerdos familiares también recorren las venas del último largometraje de Andrés Di Tella, documental con elementos de reconstrucción ficcional dedicado al padre del director, Torcuato Di Tella”. Otro film nacional seleccionado es La vida en común, de Ezequiel Yanco, que cruzó el documental y la ficción a partir de sus investigaciones sobre los pueblos ranqueles, poniendo su atención en los niños de la comunidad. Que sea ley, de Juan Solanas, completa la tríada. El film del hijo de Pino registra el movimiento de mujeres en las calles de Buenos Aires durante las movilizaciones por el derecho al aborto y sigue todo lo sucedido hasta la votación en la Cámara de Senadores en agosto de 2018.
Brasil presentará el documental Soldados da borracha (Soldados del caucho), de Wolney Oliveira. Relata la historia del grupo de recolectores de caucho que durante la Segunda Guerra Mundial fue a la región amazónica a trabajar como soldados aliados para extraer látex para la industria armamentista de los Estados Unidos. La mitad de ellos murieron antes de que pudieran regresar a sus hogares, y la otra mitad todavía lucha por el reconocimiento. El guardián de la memoria, de la mexicana Marcela Arteaga, pone el foco en Carlos Spector, abogado de migración en Texas, que lucha por obtener asilo político para mexicanos que huyen de la violencia desatada por la “guerra contra el narco”. Zurita, de la chilena Alejandra Carmona Cannobbio, es la historia de un poeta que se aferró al arte para sanar las heridas que sufrió durante el golpe militar en Chile. Retrato de un artista siempre adolescente, del cubano Manuel Herrera, parte de la vida del cineasta Julio García Espinosa, importante figura de la cultura cubana, para establecer una reflexión sobre el surgimiento y desarrollo de la nueva cinematografía de la isla, sus éxitos, luchas, contradicciones y enfrentamientos con el pensamiento dogmático.
Noches de gala
Entre las funciones especiales de gala se destaca Marighella, del brasileño Wagner Moura. El film aborda los últimos cinco años de vida del ex diputado, escritor, político y guerrillero Carlos Marighella, uno de los principales organizadores de la lucha armada contra la dictadura brasileña, desde 1964 hasta su violenta muerte en una emboscada en 1969. El chileno Pablo Larraín estrenará en Cuba Ema: después de que un traumático incidente desestabilice su vida familiar y su matrimonio, Ema, una bailarina de reguetón, se embarca en una odisea de liberación personal en este drama incendiario sobre el arte, el deseo y la familia moderna.
Uno de los momentos más emocionantes para el público cubano ocurrirá muy probablemente durante la presentación de Wasp Network (La red Avispa), del prestigioso realizador francés Olivier Assayas, protagonizada por el mexicano Gael García Bernal, el argentino Leonardo Sbaraglia y la española Penélope Cruz. ¿Por qué la proyección de este film será particular? Se ambienta en La Habana principios de los ’90 y aborda parte de la historia “Los cinco”. Así se los nombra a cinco cubanos que son considerados héroes en su país. La historia fue así: René González, piloto cubano, robó un avión y huyó de Cuba, dejando atrás a su amada esposa e hija. Comenzó una nueva vida en Miami. Otros desertores cubanos pronto lo siguieron e iniciaron una red de espionaje. Su misión era infiltrarse en organizaciones violentas responsables de ataques terroristas en la isla. Gran Bretaña, en tanto, ofrecerá una película hecha “con la mano de Dios”: Diego Maradona, de Asif Kapadia. El film, que puede verse por DirecTV, parte del 5 de julio de 1984, cuando Maradona aterrizó en Nápoles, y muestra cómo durante siete años, se adaptó perfectamente a la ciudad y por primera vez en la historia logró conducir al Nápoli a la cima.
Otras argentinas
Entre los films latinoamericanos hay uno que resalta por el momento particular que está viviendo el continente sudamericano. Se trata de Latinoamérica, territorio en disputa, dirigido por los argentinos Esteban Alfredo Cuevas y Nicolás Trotta, con producción del Grupo Octubre, y apoyo de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo, entre otras entidades públicas y privadas. El film implicó 38.696 kilómetros recorridos, siete países visitados, dos años de rodaje, cuarenta entrevistas a los máximos referentes políticos, sociales y culturales de la región para contar la historia de un continente en disputa: Latinoamérica. Hablan Evo Morales, Pepe Mujica, Rafael Correa, Fernando Lugo, Dilma Rousseff, Lula da Silva y otros destacados dirigentes. En tanto, en la sección En Sociedad, se exhibirá Un futuro posible, de Carolina Scaglione. Su cámara se sitúa en la Cuenca media del río Reconquista. Jóvenes de barrios linderos al basural asisten a una escuela secundaria técnica creada por una universidad nacional. Allí son abrazados por educadores comprometidos con un proyecto pedagógico.
Homenajes especiales y esenciales
Este año se cumplen seis décadas de la creación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y se conmemora el centenario del nacimiento del prestigioso documentalista cubano Santiago Alvarez. El festival realizará los homenajes correspondientes. “El ICAIC fue la institución que permitió el surgimiento de todo el cine cubano. Y en los 60 años hay muy buenas etapas y otras no tan buenas. El festival es también hijo del ICAIC. Sin él, no hubiera surgido tampoco”, explica Giroud. También comenta que la historia del ICAIC está marcando los últimos 60 años “de un tipo de cine, de un tipo de mirada, de un sentido latinoamericano”. La obra de los grandes cineastas cubanos marcó sobre todo la primera década, “que no ha podido ser superada, y tiene los grandes clásicos del cine cubano y todo el despegue”, entiende el presidente del Festival. “Si bien serán dos eventos, todo estará entrelazado porque Santiago Alvarez no se explica sin el ICAIC y el ICAIC tampoco es lo que es sin Santiago”, concluye Giroud.
Además, se entrega el Coral de Honor al cineasta cubano Manuel Pérez Paredes, Premio Nacional de Cine, y a la argentina Lita Stantic, una de las productoras emblemáticas del Nuevo Cine Argentino de los años ’90.
Fuente: Página12.