Desde chico el niño Charles Darwin tenía una obsesión: coleccionaba distintas cosas, desde caracoles, hasta sellos postales, estampillas, monedas, piedras y cualquier cosa que podía catalogar y exhibir.
Hijo del doctor Robert Darwin, primero fue enviado a la Universidad de Edimburgo a seguir los pasos de su padre y estudiar medicina, pero halló que las clases eran tediosas y sufría en las prácticas de cirugía. Frustrado por ello, el doctor Robert lo ingresó en el Colegio de Cambridge para que estudiara letras y luego ordenarse como pastor anglicano.
Pero la condición de inquieto descubridor y entusiasta coleccionista lo llevó a clasificar escarabajos, una moda de aquellos años (1927-1928), que se convirtió en lo que lo acercó al profesor de Botánica John Stevens Henslow.
Tresaños más tarde lo invitaría con solo 22 años a realizar a bordo del HMS Beagle por toda América del Sur como naturista sin retribución económica a fin de recolector de materiales naturales, durante un largo viaje de a realizar a bordo del HMS Beagle, visitando Brasil, Argentina, Chile y luego Australia, distintas islas del océano Índico y Sudáfrica.
El viaje del Beagle duró casi cinco años, zarpando de la bahía de Plymouth el 27 de diciembre de 1831 y arribando a Falmouth el 2 de octubre de 1836. Mientras el Beagle realizaba su misión científica para medir las corrientes oceánicas y cartografiaba la costa sudamericana, Darwin pasaba la mayor parte de su tiempo dedicado a investigaciones geológicas en tierra firme y la recopilación de diversos ejemplares que enviaba a Cambridge, donde sus colegas y profesores analizaban las asombrosas muestras geológicas y de fósiles que Darwin descubría a partir de sus nociones de geología, entomologia y disección de invertebrados marinos, estudiados en su época de estudiante de medicina.
Particulamente, en Punta Alta y en los barrancos de la costa de Monte Hermoso, cerca de Bahía Blanca, Darwin realizó un gran hallazgo de una nueva especie, que la ciencia desconocía anteriormente: descubrió los fósiles de enormes de Megaterios, antiguos mamíferos extintos junto a restos modernos de bivalvos, extintos más recientemente de manera natural.
Según su diario de viaje y posteriores publicaciones estos hallazgos, ocurridos el 24 de septiembre de 1832, constituyeron la primera evidencia fósil sobre la mutabilidad de las especies, lo que dio comienzo a la elaboración de su célebre Teoría de Evolución de las Especies, el libro considerado uno de los trabajos precursores de la literatura científica y el fundamento de la teoría de la biología evolutiva.
“Darwin pasó 18 meses recorriendo Argentina y las investigaciones y descubrimiento que hizo aquí, en su mayoría en las colinas y acantilados de Punta Alta fueron fundamentales para elaborar y defender su obra maestra, la teoría evolutiva de las especies”, explicó a Infobae Adrian Lister, profesor de Zoología en la Universidad de Cambridge (Reino Unido), y actual líder en Investigación en el Museo de Historia Natural de Londres.
Pip Brewer, paleontóloga de vertebrados y curadora Senior de Mamíferos Fósiles del Museo de Historia Natural de Londres agregó a Infobae durante una visita de ambos expertos a Buenos Aires, que entre 1833 y 1835, el joven naturalista Charles Darwin recorrió nuestro país como parte de su viaje alrededor del mundo. En su recorrido, Darwin registró las características de la fauna y flora, los fósiles y las distintas especies vivas y extintas, así como también distintos aspectos geológicos de nuestro territorio.
“Si bien los hallazgos de mamíferos fósiles han sido muy importantes nuestra preocupación es que la gente no se da cuenta lo fundamentales que han sido para Darwin y su teoría esbozada. Por eso queremos ser mensajeros de este gran hombre que hizo historia en este país”, agregó Brewer, docente y editora asociada del Journal of Systematic Palaeontology y editora de The Geological Curator.
Una investigación que realizó Darwin en las afueras de la ciudad de Paraná terminó en el hallazgo de dientes fosilizados de caballos de cientos de años atrás. Eso significó derribar el mito de que los caballos “habían llegado con los españoles”, y comprobó que estos animales vivieron en estado salvaje previamente.
“Cómo él no podía recolectar todo al mismo tiempo, a medida que zarpaban barcos hacia Inglaterra, enviaba las muestras halladas. Hoy casi todas sus muestras están exhibidas en el Museo de Historia Natural de Londres, lo cual para nosotros es un orgullo ya que trabajamos donde están las muestras”, precisó Lister.
Y agregó: “En la época que coleccionaba fósiles en Sudamérica, particularmente los fósiles de mamíferos, las personas contemporáneas a Darwin no toman dimensión de la importancia de dichos hallazgos y envíos. Y eso es la otra parte de nuestro objetivo de trabajo: reivindicar y destacar sus investigaciones. No sólo encontraba especímenes científicos nuevos, sino que advertía la importancia de reconocer que estos mamíferos extintos tenían parientes entre los animales vivos de hoy en la misma región de los hallazgos”.
“Mientras recorría y mapeaba durante 18 meses la costa argentina, estaba preocupado por que los cargamentos viajen apropiadamente y lleguen bien a destino. A veces, mientras el barco estaba en la orilla, él pasaba semanas y hasta meses en la costa recolectando muestras con la ayuda de gauchos locales de cada pueblo, ciudad o asentamiento. Estaba realmente fascinado por todo lo que estaba encontrando”, acotó Brewer.
Cuando el Beagle regresó el 2 de octubre de 1836 a Londres, Darwin se había convertido en una celebridad en los círculos científicos, gracias a los comentarios del profesor Henslow que había promovido la reputación de su anterior discípulo entre naturalistas.
Orgulloso de Charles, su padre promovió mediantes distintas inversiones a su hijo para ser un caballero científico sustentado por sus propios ingresos, y lo animó a hacer una gira por las instituciones de Londres para asistir a recepciones en su honor y buscar de ese modo expertos zoólogos y paleontólogos para describir las colecciones.
Influenciado por otros intelectuales como: Charles Lyell, Thomas Henry Huxley, Joseph Dalton Hooker y Thomas Malthus, Darwin comenzó a escribir el libro más importante de su vida: On the Origin of Species by Means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life —El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida—. Recién en su sexta edición de 1872, el título fue cambiado a uno más corto The Origin of Species —El origen de las especies—.
«Lo increíble de todo es que antes de regresar a Londres, Darwin ya estaba convencido de lo que años más tarde sería su teoría publicada. “Ya en el viaje de regreso, en 1836, Darwin escribe la frase: ‘Lo que he visto, mina la estabilidad de las especies’”, contó Lister.
Y agregó: Cuando descubrió la caparazón de un gliptodonte lo asemejó al un gran armadillo o mulita. Siempre relacionaba las especies que encontraba con una especie que viviera en el mismo lugar, aunque separada por miles o millones de años. Podemos pensar que eso es una cosa obvia. Pero pensamos así por haber leído y conocer su Teoría de la Evolución».
El libro de Darwin rompió los moldes científicos de la época, al enarbolar que las especies evolucionan durante el transcurso de las generaciones mediante un proceso conocido como “selección natural”, en contra de todos los postulados hasta ese momento, algunos muy vinculados a la Iglesia, que señalaban que las especies eran parte inmutable de una jerarquía diseñada y que los seres humanos eran únicos, sin relación con otros animales.
Pero Darwin presentó grandes cantidades de pruebas irrefutables de que la diversidad de la vida surgió de la descendencia común a través de un patrón ramificado de evolución, profundizando la idea de que todos los organismos están relacionados entre sí y que las similitudes muestran que todos deben descender de un antepasado común.
“Según esta idea, en la naturaleza existen ciertos individuos que están dotados de mejores condiciones para sobrevivir en determinado ambiente, lo que se manifiesta en una mayor posibilidad de dejar descendencia. Con el tiempo y a través de las generaciones, esas características se manifestarán en más y más individuos, hasta afectar a toda la población. Así lentamente, las poblaciones de organismos se alejarán de su conformación inicial hasta convertirse en una nueva especie”, explican desde el Área Educativa y difusión Científica del Museo de La Plata, dependiente de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata.
“Todos sus diarios y cartas escritas son un legado impresionante. Con decirte que escribió 1000 páginas sobre notas geológicas de sus hallazgos. Todo esa información está hoy en la librería de la Universidad de Cambridge. Pero también está digitalizado y al alcance de todo el mundo en Internet. Es increíble leerlo, con múltiples notas y dibujos de lo que hallaba, cuándo, en qué circunstancia, con quién, y qué pensaba que era o de dónde había evolucionado. Por ahora está en inglés, pero proyectamos traducir esas notas al español en 2020”, adelantó Brewer a Infobae.
“Todo lo que iba descubriendo era nuevo para la ciencia, como los 4 nuevos mamíferos, donde el Megaterio se destaca por encima de todos. Hoy son considerados en el museo como objetos preciados. Son fósiles pertenecientes un animal que antes para la ciencia no existía. Los paleontólogos en Londres que abrían los cargamentos enviados por Darwin quedaban incrédulos y asombrados por los fósiles y muestras”, remarcó Lister.
En 1871 el genial científico publicó “El origen del hombre”, donde defendía la teoría de la evolución del hombre desde un animal similar al mono, lo que provocó gran controversia en la sociedad de la época. Según destacan desde el Museo de La Plata, las obras completas de Charles Darwin están disponibles en la web, un ambicioso proyecto que desarrolló la Universidad de Cambridge (Inglaterra).
Esta biblioteca virtual incluye unas 50.000 páginas de texto, 40.000 imágenes de publicaciones originales y archivos de audio que pueden bajarse en MP3. La publicación está destinada a profesores y académicos, sin embargo, el sitio de acceso gratuito puede ser visitado por cualquier persona interesada en acceder a estos materiales.
La traducción al castellano del Diario del viaje de un naturalista está disponible en http://www.elaleph.com/libros.cfm?item=418&style=biblioteca
Fuente: Infobae