Los escritores fueron libreros por un día: qué recomendaron

Para armar la biblioteca Llegaron con sus preferencias y asesoraron a los lectores.

Charlar frente a frente con autoras y autores relevantes en un mismo lugar no ocurre todos los días. Por eso, la idea de Cúspide ha tenido su efecto deseado. Es que la librería festejó su 56° aniversario con una  propuesta: conectó al público con los escritores y editores, quienes se “vistieron” de vendedores de libros y recomendaron las publicaciones de otros autores.


“Libreros por un día” fue un inusitado encuentro literario entre el público con los autores contemporáneos, muchos de ellos, exitosos y consagrados. Más de 4.000 personas se acercaron a la librería de Vicente López 2050, en el barrio de Recoleta, para conversar durante siete horas sobre libros y literatura, cara a cara con 85 libreros y editores, entre las 14 y las 21. Y en ese intercambio cultural, se llevaron las obras que los autores recomendaron.

De esta manera, la cadena reunió a escritores de la talla de Eduardo Sacheri, Samuel Stamateas, Sergio Olguín​, Federico Jeanmaire, Gabriela Margall, Agustina Bazterrica, Tamara Tenenbaum, Luciana Peker, Inés Garland, Ignacio Zuleta, Tomás Balmaceda, el dibujante Miguel Rep, y hasta el astrólogo e influencer Astromostra entre otros, para sugerir que se lleven los libros de terceros. Es decir, los libros que ellos también leen.

La idea era encontrarse con los escritores según la temática y el horario. Por ejemplo, un autor estaba ubicado el sector novela romántica, otro en política, una escritora en autoayuda o novela literaria, entre otras temáticas. “La diversidad de autores tiene que ver con la diversidad de géneros y los más de 40.000 títulos que tenemos en la librería”, cuenta Mara Tomaino, jefa de marketing de Cúspide.

Federico Jeanmaire, de librero en Cúspide / Cúspide

Federico Jeanmaire, de librero en Cúspide / Cúspide

El diálogo directo y fluido entre el autor y lector ha significado una experiencia enriquecedora. Así lo cuenta Eduardo Sacheri, uno de los autores más aclamados por el público, que por primera vez trabajó como vendedor de libros.

“Me gustó mucho hacerlo, no lo había hecho nunca. Me pareció una movida muy linda porque en el fondo, lo que tenemos en común los escritores con los lectores es que nos gusta leer. Escribimos porque nos gusta leer, no por otro motivo, y aquí se dio un lindo terreno para charlar”, cuenta el autor de Lo mucho que te amé, una de las novelas más vendidas del año.

Cada autor o librero tenía su estrategia a la hora de recomendar libros. Primero, el público encara al autor por su libro y luego pregunta por otros títulos. Y en este caso, el creador de La noche de la usina (Premio Alfaguara 2016) y la consagrada La pregunta de sus ojos (en cine, El secreto de sus ojos) trató de conocer el perfil del lector antes de recomendar un libro.

“Lo que intenté fue preguntarles qué les gustaba. Es como regalar música. Necesitás saber qué es lo que le gusta a cada uno para regalar en consecuencia. Soy más de la idea de buscar, dentro de lo que te guste, algo nuevo pero que me parezca emparentado. Creo que no hay cosas tan desalentadoras como que te digan “leete este libro” y que ese libro no sea para vos. A veces pasa. Creo que se fueron contentos, ahora tienen que leer, comenta entre risas.

Por eso, Sacheri recomendó leer a los argentinos contemporáneos como Claudia Piñeiro, Sergio Olguín, Guillermo Martínez​, Pablo De Santis, Marcelo Birmajer, Virginia Higa y Mariana Sanders. También destacó los trabajos de Laura Restrepo y Arturo Pérez Reverte como autores extranjeros.

Florencia Etcheves quedó fascinada con su primera incursión como librera. “Me encanta esta experiencia. Es uno de los berretines que tenemos los escritores: ser libreros y recomendar libros”.

La escritora y periodista de policiales también coincide con la idea de Sacheri: “los escritores somos lectores, empezamos a leer antes de escribir y vivimos recomendando libros, y hacerlo en un lugar como este rodeado de libros es un placer. También es una linda oportunidad para encontrarte con colegas que uno los lee pero a veces no los ve, y también con los lectores que se acercan”, enfatiza.

La autora de novelas como La virgen de tus ojos , La hija del campeónCornelia y Errantes se define como una “muy buena librera de policiales”. Entre sus sugerencias se destacan toda la factoría de Stephen King, Somos Belén (de Ana Correa) y los textos de Margaret Atwood, en literatura feminista.

Desde el público

El público era muy variado y cambiaba según el horario. Lo mismo ocurría con los escritores que oficiaron de libreros. Había hombres y mujeres de todas las edades conversando con sus autores favoritos en busca de alguna sugerencia. Los autores nacionales son los elegidos. Muchos llevaron su libro para que sea firmado por su escritor favorito. Tampoco faltaron las fotos y selfies con los autores preferidos. Pero ellas marcaron el camino al momento de comprar novelas recomendadas por los especialistas, textos de autoayuda y, sobre todo, libros de género.

Isabel tiene un taller de escritura y se acercó a la librería por la propuesta de Cúspide. “Vine por Agustina Bazterrica​ e Inés Fernández Moreno. Me encanta que los autores que uno admira te recomienden un libro”, señala. Al final, se llevó “El artista más grande del mundo” (Juan José Becerra) y “El nervio óptico” (María Gainza), una de las más recomendadas.

Bárbara Morea se acercó por el mismo motivo: le fascinan los libros de historia y Gabriela Margall era la excusa perfecta para charlar mano a mano con ella, quien le “vendió” su libro La dama de los espejos y Breves amores eternos (Pedro Mairal). Vino acompañada por su esposo, Javier González Fraga, titular del Banco Nación, quien se dejó llevar por la recomendación de novelas negras y policiales.

Kike Ferrari y Leo Oyola recomendaron libros en Cúspide. /Cúspide

Kike Ferrari y Leo Oyola recomendaron libros en Cúspide. /Cúspide

“Me encanta ser librera, creo que estoy en mi salsa”, reconoce Luciana Peker y agrega: “Cúspide fomentó mucho una sección especializada de feminismo y de autoras argentinas latinoamericanas”.

La autora de Putita golosa y La revolución de las hijas se pronunció a favor de la lectura de obras nacionales como Yo te creo hermana (Mariana Carvajal), Las Malas (Camila Sosa Villada) y los libros de Rita Segato y Liliana Hendel, también vinculados al feminismo.

“Frente a la crisis del libro, hoy la salida es el contacto con los lectores y lectoras. Por eso, el libro hoy es cuerpo a cuerpo”, subraya Peker.

Juan Francisco Baroffio llevó diecisiete ejemplares a Cúspide para que sean firmados y después regalarlos en su cuenta de Instagram @QueremosLibros. Además, reveló que el autor-vendedor Leonardo Oyola lo ayudó a recorrer los stands para a comprar libros de literatura argentina, de los Estados Unidos y de Europa y eso no es todo: también se llevó el último de Sacheri Como si existiese el perdón, el policial de Mariana Pravasio. Ahora, tiene 3.069 libros en su biblioteca.

“La gente aprovecha la oportunidad de llevarse el libro del autor que te lo recomienda, que es el que te gusta. Es un gran pretexto”, explica Axel De Lisa, Responsable de Contenidos de la cadena.

Hay más recomendaciones: Horacio Convertini sugiere el policial No dejes que mi sangre se derrame (Juan Carrá), mientras que Nicolás Artusi propone leer Claus y Lucas, tres novelas en una, de Agota Kristof.

“El espíritu de Cúspide es encontrarse con toda la cadena: autores, editores, clientes y vendedores”, resume Tomaino. “Libreros por un día”: jugar a ser vendedor y conectarse con los lectores sin perder la esencia como escritor.

Fuente: Clarín