El desarrollo infantil es un proceso de extraordinaria complejidad, y la compañía de los padres podrá facilitar que cada uno desarrolle su personalidad. A través de la lectura de cuentos, podemos fomentar el vínculo entre padres e hijos, enriquecer su lenguaje, desarrollar su inteligencia y ayudarlos a forjar su identidad.
Al nacer, el bebé es sumamente dependiente y necesita, por sobre todas las cosas, ser alimentado y construir un fuerte vínculo afectivo con sus padres. Esto se da, especialmente, con la figura de la madre, que es quien se suele encargar no solo de la nutrición, sino también del sostén afectivo que posibilitará el avance psicológico del chico. En esta primera etapa, que alcanza hasta los tres años -también llamada primera infancia-, es sumamente importante hablarle y cantarle. Es necesario que los adultos faciliten sus conductas autónomas y le marquen los límites.
«El sistema nervioso central se desarrolla de una manera significativa desde el nacimiento hasta los 36 meses, siendo fundamental para esto que los niños reciban las estimulaciones adecuadas según su edad», indicó la licenciada Haydee Giqueaux, especialista en psicopedagogía y asesora de contenidos de Había una Vez, Audio Cuentos Infantiles.
«Lo fundamental en esta etapa es el vínculo humano, porque constituye el alimento esencial para un adecuado desarrollo. En esta primera etapa de la vida son los juegos de ejercicios y exploración, a través de los cuales investiga el espacio circundante, prueba, se desplaza y así construye nociones espaciales, emocionales y cognitivas. Juegos táctiles, auditivos y de observación para ayudarlo a conocer el mundo y construir el lenguaje. Libros de objetos, animalitos para identificar y conocer, libros con sonidos u onomatopeyas y con texturas. La palabra auditiva es esencial en esta etapa», agrega Giqueaux. «Los audiocuentos tienen como premisa estimular la imaginación, ya que el niño está únicamente escuchando, por lo que sus imágenes mentales estarán en funcionamiento y su emocionalidad también», apuntó la psicóloga Julieta Río, especialista en terapia de niños y adolescentes.
Un mundo de historias, en los libros. Foto: Shutterstock.
La segunda etapa abarca desde los tres o cuatro años a los seis o siete años; es la etapa del pensamiento simbólico. En este tiempo, el niño impregna de significado todo lo que lo rodea: una silla, un juguete, sus padres, sus hermanos, una rama. Es una etapa muy significativa del desarrollo en donde se conforman las bases de muchos valores. Los juegos de construcción y también los cuentos clásicos, en cualquier formato, son aconsejados, porque atraviesan distintas etapas evolutivas y dan herramientas para atravesar conflictos. «Los cuentos sencillos con personajes bien marcados como los que aparecen en los cuentos clásicos de los hermanos Grimm son un buen estímulo y contribuyen en la formación de su personalidad. Los cuentos clásicos -como Los Tres Cerditos y Caperucita Roja- son un buen estímulo en esta etapa, pero también en las subsiguientes, ya que los niños le dan una interpretación diferente en cada edad. Así, los cuentos adquieren significado en función de lo que el niño necesita conocer o elaborar. En este punto es fundamental estar atentos a sus reacciones y a los pedidos de repetición de un mismo cuento porque tiene que ver con sus necesidades internas. Los adultos debemos acompañar y ayudar al niño a ‘actuar’ sus emocionalidad», indicó Giqueaux.
La tercera etapa, que abarca de los ocho a los doce años aproximadamente, es el momento del juego reglado, como el dominó. Los niños en esta etapa asumen todo tipo de roles, y les interesan los juegos físicos, como la mancha o las escondidas. Pero también comienzan a interesarse por los juegos de mesa. En cuanto a la lectura, son ideales los libros o cuentos de aventuras, como Peter Pan o Alicia en el País de las Maravillas, o los de detectives que ponen a prueba su pensamiento y capacidad de análisis. En esta etapa se pueden sumar libros para tratar temas complejos, ya que favorecen y facilitan el diálogo. «Es por eso que aconsejamos los libros que traten temas con información clara acerca de la sexualidad y género», analizaron las expertas.
«A la hora de elegir un cuento, lo fundamental es incentivar la imaginación a través de los relatos, que creen personajes y que puedan entretenerse», dice Rocío Blanco, líder de Había Una Vez, Audio Cuentos Infantiles, una iniciativa de cuentos que se pueden escuchar de manera gratuita en Spotify, Deezer, Amazon Music, Apple Music y Claro Música, así como a través de su app, su sitio web o Youtube, donde los cuentos no tienen animación, con el objetivo de que los niños no vean la pantalla y sólo se dispongan a escuchar. «Cada cuento que elegimos tiene un mensaje, una enseñanza y creemos que funcionan como herramientas para abordar por ejemplo temáticas sociales, identitarias, culturales, valores, etc. Tenemos cuentos clásicos que hemos adaptado y modernizado, todos con historias que nos permiten enseñar valores y tratar temas como la migración, la muerte, el miedo o la diversidad», agrega Rocío.
En todas las etapas de la niñez, es primordial contarles cuentos o ponerles música a los chicos, ya que esto estimula el desarrollo de su inteligencia, su pensamiento y su lenguaje. Además, se establece un vínculo afectivo con los libros y con los adultos que le leen o cuentan historias que perdurará a lo largo de su vida.
Fuente: Clarín