Con varios cambios de fondo en las reglas, la Academia de Hollywood decidió iniciar una nueva etapa para el Oscar más buscado y deseado fuera de los Estados Unidos. Hasta ahora, la novedad más importante había sido el cambio de nombre en el premio. A partir de la próxima ceremonia, la número 92 en la historia del Oscar, ya no se hablará más de la «mejor película extranjera» o la mejor película no hablada en inglés. El 9 de febrero de 2020 se entregará por primera vez el premio a la «mejor película internacional».
A esa modificación se sumó en las últimas horas otra novedad no menos relevante: la Academia decidió por primera vez habilitar para todos sus integrantes activos la posibilidad de elegir a los cinco nominados de esta categoría, facultad hasta ahora reservada a un comité especial de la entidad.
Los cambios se enmarcan en el nuevo rumbo general de política y estrategia impuesto por la Academia en los últimos años, que se caracteriza por la apertura y la diversidad en la convocatoria a nuevos miembros, en la integración de su staff y la ampliación de derechos. Al abrirse ahora la posibilidad del voto para los algo más de 9000 integrantes actuales de la entidad en el caso de las películas internacionales, la Academia comienza a tener en cuenta en este caso a todos sus miembros que viven y trabajan fuera de los Estados Unidos.
El primer paso de la elección de las películas nominadas permanece invariable. De las 93 películas presentadas este año por igual número de países (cifra récord en la historia) quedará primero un total de diez títulos seleccionados. Siete de ellos surgirán del veredicto de un comité especial designado por la Academia y las tres restantes por otro comité ejecutivo, pensado para «rescatar» y salvar las omisiones más evidentes de la otra nómina. Esas diez primeras finalistas serán anunciadas en los últimos días de diciembre.
El cambio llega después. Esas diez películas quedarán a disposición desde ese momento de todos los miembros de la Academia, que tendrán la posibilidad de verlas en proyecciones especiales por realizarse en Londres, Nueva York y Los Angeles, o bien, vía streaming, en la plataforma exclusiva de Internet de la entidad o una nueva aplicación. «El año pasado abrimos la posibilidad de ver en streaming las películas finalistas, pero a partir de este año tenemos las herramientas para hacerlo sin restricciones. Hay que tener en cuenta que en esta edición el plazo para votar se achicó en dos semanas. Para votar y elegir hay que tener vistas las diez películas. El streaming facilita mucho las cosas en esta oportunidad», dijeron Larry Karaszewski y Diane Weyermann, integrantes del Comité Internacional de la Academia.
De ese voto ahora extendido a toda la Academia surgirán los cinco nominados finales, que serán anunciados junto al resto de las categorías del Oscar el 13 de enero. Luego, con el mismo criterio, los miembros de la entidad podrán votar por el ganador a la mejor película internacional. El cambio de nombre había sido resuelto a fines de abril con el argumento de que la nueva denominación «representa mejor a la categoría y promueve una mirada positiva e inclusiva del cine como una experiencia universal». Para la Academia de Hollywood, un largometraje internacional es toda película producida fuera de los Estados Unidos y hablada de manera predominante en un idioma que no es el inglés.
Este año, de los 93 títulos que fueron habilitados por la Academia para competir por la estatuilla hay dos títulos que sobresalen nítidamente por sobre el resto y son los grandes favoritos para ganar: Parásitos (Corea del Sur) y Dolor y gloria (España). La Argentina está representada para el Oscar 2020 por La odisea de los giles, de Sebastián Borensztein.
Fuente: Marcelo Stiletano, La Nación