Uno de los desafíos que enfrenta el mercado de la telefonía móvil es superar el estancamiento creativo que paraliza a la industria. Desde la vitrina de cualquier casa de electrodomésticos, hoy todos los equipos parecen variaciones a escala de un molde primordial. Sin embargo, algunos fabricantes y universidades están intentando extender las fronteras tecnológicas más allá de los límites establecidos. La suma de estos esfuerzos permite proyectar como será el smartphone del futuro.
Los expertos sostienen que, visto en perspectiva, en los próximos 5 años los teléfonos quizá no sean tan diferentes a como son hoy en día. Sin embargo, se avecinan cambios importantes que pueden alterar su aspecto y uso. Desde la pantalla flexible, el avance de la inteligencia artificial (IA), la introducción de nuevos materiales, hasta conceptos más vanguardistas como implantar el chip en el propio cuerpo o móviles cuánticos.
Y si bien se produjeron avances en la miniaturización del hardware, los teléfonos inteligentes, al menos en su fachada exterior, evolucionan mansamente. El gran paradigma móvil ocurrió 12 años atrás, cuando Steve Jobs presentó el iPhone, el primer sistema táctil que era un reproductor de música y ofrecía acceso a Internet. Si uno compara los modelos actuales con aquel móvil de 2007, los cambios son puramente cosméticos. Pero todo cambia.
Maleable
Las pantallas plegables ya están próximas a la realidad. Samsung, Huawei y Royole Corporation exhibieron su versión más elemental. Esta primera generación, considerada un prototipo, no son dispositivos maleables que se doblan o retuercen, sino que funcionan como una hoja extensible. Sin embargo, la dificultad para fabricarlas obligó a un posible cambio de orientación.
Mientras se refina la tecnología, la idea que cobra impulso es que en lugar de plegables podrían ser enrollables. Un equipo de investigadores de la Universidad de Queen en Ontario, Canadá, creó MagicScroll, un pergamino táctil y enrollable compuesto por una pantalla touch flexible de 7.5″ con resolución a 2K. El mecanismo consta de dos ruedas giratorias en cada extremo que permiten desplazarse.
Teléfonos traslúcidos, una de las posibilidades que pueden traer las nuevas tecnologías..
El sentido de esta innovación es, ampliar o encoger a voluntad el tamaño de la pantalla. Si uno quiere leer un diario, puede convertirlo en una tableta y cuando no se lo necesita más, lo enrosca en el bolsillo.
Asesor digital
El avance de la IA en los teléfonos está asociado a los asistentes digitales. El objetivo a corto plazo es adelantarse al usuario en sus decisiones. Un ejemplo cotidiano de este avance lo ofrece Google Maps, que sin que nadie le haya indicado el horario, notifica sobre el caudal de tránsito que espera para ir o volver del trabajo. Pero esto es apenas el principio.
El grafeno es un material resistente y altamente conductor, pero también muy delgado: solo un átomo de espesor.
Los teléfonos Huawei, que vienen con un chip exclusivo de IA, están intentando detectar las emociones del usuario a través del reconocimiento facial y el tono de voz. Si el software percibe algún signo de tristeza, intentará escoger música que mejore el estado anímico y filtrará cualquier información negativa.
A mediano plazo, la intención es que uno pueda conversar con estos asistentes como si fuera un yo digital. Así, se le podrán pedir sugerencia sobre el vestuario apropiado para salir a la calle, consejos sobre un conflicto personal y ayuda para tomar una decisión. La voz metalizada comienza a ser remplazada por una modulación humana con cambios de entonación.
La posibilidad de insertar un teléfono en miniatura bajo la piel, una de las opciones de los celulares del futuro.
Elementos
El verdadero cambio de paradigma no se produce por una innovación tecnológica, sino cuando se introducen nuevos materiales a la cadena de producción. En este sentido, el grafeno es el material que está llamado a cambiar esta era. Sus propiedades electrónicas lo vuelven ideal para crear componentes más rápidos y más confiables para los teléfonos, ya que es fuerte y altamente conductor, pero también, al tener un sólo átomo de espesor, es muy delgado.
Una de sus aplicaciones posibles es en la batería, ya que podría mejorar la capacidad, eficiencia, estabilidad, lograr un mayor almacenamiento de energía y un mejor rendimiento. Samsung registró una patente basada en grafeno que permitía crear baterías capaces de almacenar un 45% más de carga en el mismo espacio que una de litio actual y que podría completar la carga 5 veces más rápido que las actuales.
Otro beneficio para las baterías es que serían muchísimo más seguras. Las de litio utilizan un electrolito líquido que, en contacto con el aire, entran en combustión y hacen que la batería arda y explote. En este caso, el electrolito que se usa es de grafeno, que no arde al contactar con el aire.
Blindaje
En el mundo, al menos unas treinta empresas están avocadas a lograr el primer procesador cuántico, tecnología que promete revolucionar la informática por su capacidad de cálculo extraordinaria. Esto sería posible gracias a un nuevo método de codificar la información que permitirá que esos datos viajen de forma mucho más rápida y segura.
Científicos rusos están probado el teléfono cuántico, capaz de transferir archivos de audio protegidos por criptografía cuántica, una tecnología que garantiza la confidencialidad absoluta. No tanto por el blindaje de protocolos y algoritmos, sino por las propias leyes de la física. ¿Como se logra? La información es transportada por fotones individuales que cambian ante cualquier intento de interceptación de señal.
Incluso, la expansión del 5G podría acelerar la posibilidad de un smartphone cuántico. Como el nuevo equipo requerirá cálculos de alta complejidad, las redes móviles y su bajo tiempo de respuesta ofrecen la posibilidad de procesar toda la información en la nube, para que no se ejecute en el propio teléfono.
En el cuerpo
No hace falta viajar en el tiempo para imaginar que, tarde o temprano, el cuerpo podría convertirse en un receptor móvil. A medida que el hardware se miniaturiza la posibilidad de un implante biológico permanente aumenta.
Actualmente ya hay personas deciden implantar un chip en su mano para guardar información confidencial o abrir puertas o cerraduras que utilizan esta tecnología. El inconveniente es que todavía se precisa una aplicación del teléfono para que funcione como intermediario. Pero se supone que en el futuro eso ya no será necesario.
Un grupo de biotecnólogos dio con una fórmula que permite utilizar componentes biológicos para ensamblar un procesador central flexible, que acepta diferentes tipos de programación.
Para construir esta unidad central de procesamiento (CPU) el equipo dirigido por Martin Fussenegger, profesor de Biotecnología y Bioingeniería en el Departamento de Ciencia e Ingeniería de Biosistemas en ETH Zurich en Basilea, recurrió al sistema CRISPR-Cas9 para trabajar con tantas entradas como se desee en forma de moléculas de ARN. Su próximo objetivo es integrar una estructura de computadora multinúcleo en una célula. «Esto tendría incluso más poder de cómputo que la estructura de doble núcleo actual», sostiene. Aunque usted no lo crea.
Fuente: Clarín