En una de sus recorridas por ferias internacionales de comida, Gonzalo Segovia descubrió que la tendencia alimenticia estaba cambiando y que las plant- based food comenzaban a ganar terreno en todo el mundo. Entonces lo decidió. Se unió a tres socios para fundar Tomorrow Foods, una empresa que junto a un organismo público logró desarrollar el primer aislado proteico de arvejas de Latinoamérica, con el que estima facturar en su primer año de ventas entre 400.000 y 500.000 dólares.
«La proteína de arveja tiene un potencial de crecimiento exponencial en la industria de alimentos del mundo», dijo a LA NACION Segovia. Además, explicó que muchas empresas ya producen alimentos en base a vegetales, y que la proteína cárnica comenzó a reemplazarse, o al menos a complementarse, con alternativas que se basan en las proteínas vegetales, como en el famoso «polvo de arvejas».
Y no se trata sólo de un fenómeno extranjero. Desde septiembre, en la Argentina ya se comercializa la primera hamburguesa basada en vegetales, de la marca Frizata, que se sumó a la NotMayo, una mayonesa vegana que desembarcó a fines de agosto en el país de la mano de la compañía NotCo (tiene como inversor al magnate Jeff Bezos). En Estados Unidos son conocidos los casos de las hamburguesas veganas con tecnología aplicada que recrean el sabor de la carne de las empresas Impossible Foods y Beyond Meat.
Bajo la premisa de ser la primera proveedora de aislado proteico vegetal para la producción de los alimentos hechos a base de plantas del país, en mayo de 2018 nació Tomorrow Foods. El emprendimiento se fundó en la ciudad bonaerense de Pergamino de la mano de Segovia, César y Agustín Belloso (padre e hijo) y Guillermo Lentini.
El primer desafío que tuvieron como empresa fue lograr aislar la proteína eficientemente para hacer el famoso «polvo de arvejas». El equipo inició el trabajo solo, y hace unos meses se percataron de que les faltaban herramientas, por lo que realizaron un convenio con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial ( INTI) para realizar las investigaciones. Además, la compañía recibió ayuda de una aceleradora que vio el potencial del negocio.
El equipo de Tomorrow Foods y del INTI Crédito: Tomorrow Foods
Luego de un año y medio de investigaciones y 700.000 dólares invertidos, lograron el primer prototipo del aislado proteico de arveja. Segovia contó que ya hay varias compañías alimenticias que están interesadas en comprarlo. «Están esperando a que lo produzcamos a escala industrial, algo que estimamos que alcanzaremos en 60 o 90 días», señaló.
En paralelo, desde la empresa están trabajando en el desarrollo del aislado proteico del poroto mungo, del garbanzo, la lenteja y el arroz.
Por qué «agregado de valor en origen»
Si bien en un primer momento los socios habían pensado, además de desarrollar el aislado proteico, en producir alimentos, rápidamente vieron que el mayor potencial era agregar valor a la proteína vegetal y venderla a la industria alimenticia regional y global. Por eso quieren destacar el valor agregado que genera la producción de harina de arveja. «Hay firmas alimenticias íconos mundiales que están desarrollando alimentos con proteínas que nosotros producimos de manera muy eficiente en la Argentina», describió Segovia.
Según explicó el empresario, la Argentina exporta arveja a US$250 la tonelada e importa la proteína de esa legumbre a US$3400 por tonelada. «No puede ser que sigamos enviando la materia prima afuera para que agreguen valor allá y nos vendan de nuevo a nosotros», cuestionó el cofundador de la empresa. Desde esta perspectiva, aclaró: «Tenemos la materia prima, los recursos técnicos y profesionales para hacerlo. Ahí está el gran agregado de valor que podemos realizar y que lo estamos haciendo».
Para su producción actual, la compañía se integró con productores de la región y si crecen en escala tienen planeado realizar convenios con productores de siembra directa y sustentable. «Buscamos avanzar con productores seleccionados, porque queremos apalancarnos en la agricultura sustentable de la Argentina», indicó Segovia.
En la actualidad el emprendimiento tiene cinco trabajadores en el laboratorio que realizan los análisis y seis más que trabajan en el escalado industrial.
Fuente: Catalina Bontempo, La Nación