Hacía mucho frío en Caseros, en aquel julio de 1969, pero los obreros, picos y palas no se detenían. Mientras las radios y televisores en blanco y negro hablaban del Apolo 11 y la odisea de llevar al hombre a la luna, Tres de Febrero encaraba su propia epopeya: construir su primer Palacio Municipal. Pero en las profundidades de la tierra aguardaba un misterio tan grande como la misión de Neil Armstrong.
“Cuando comenzaron la excavación, al llegar a los siete metros y medio de profundidad, la pala que estaba se topó con algo muy duro. ¿Quién estaba ahí abajo? Nuestro primer intendente: el toxodonte. Porque si había estado más de 120 siglos esperando, merecía ese título”, relata Horacio Callegari, autor junto a Omar Fulco del libro que recupera la histórica y lenta construcción del edificio comunal.
Histórica porque sería la frutilla del postre, diez años después de la fundación de la ciudad de Tres de Febrero. Y lenta por culpa del toxodonte, un mamífero prehistórico de la Era Cenozoica cuyos restos aguardaban enterrados donde hoy los vecinos hacen fila para pagar las tasas, y que generó la primera demora en la obra.
El historiador de Tres de Febrero, Horacio Callegari, junto al modelo escala del toxodonte en el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, en Parque Centenario.
A 50 años de aquel hallazgo y a 60 de la creación del distrito, el historiador Horacio Callegari y el periodista y profesor de historia Omar Fulco lanzaron un libro donde recuerdan el proceso para levantar el primer edificio comunal. No es la primera vez que llevan al papel los relatos más atrapantes de la historia del barrio, su gran pasión. “Omar y yo nos conocemos desde hace años. Somos dos de los 15 integrantes de la Junta de Estudios Históricos de Tres de Febrero”, dice Callegari.
Su último libro, El Centro Cívico, una epopeya tresfebrense, que los autores presentaron el 28 de septiembre, relata la obra del edificio pero se detiene en el mayor descubrimiento arqueológico de la región.
Toxodonte, un mamífero prehistórico similar a un hipopótamo, que habitó en Sudamérica durante la Era Cenozoica.
El toxodonte fue un mamífero herbívoro, semejante al hipopótamo, originario de América del Sur, que habitó el planeta hace más de 12.000 años.
“Algunos dicen que se robaron piezas; otros dicen que no, que lo sacaron entero. Un operario dijo que su compañero se robó una muela del animal que tenía una carie. ¿Será cierto? No se sabe. Lo cierto es que pararon la obra”, sigue el historiador, entre risas.
Horacio Callegari y Omar Fulco durante la presentación del libro en el EMAC de Caseros.
El hallazgo de los restos fósiles del toxodonte, en julio de 1969, durante la preparación del terreno en lo que hoy es la manzana de Alberdi y Medina, obligó a paralizar la construcción que había comenzado en abril de ese año, bajo la dirección de los arquitectos Odilia Suárez y Eduardo Sarrailh.
Tras suspender la obra, los operarios se comunicaron con el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, en el barrio porteño de Caballito, donde hoy todavía se encuentran los restos del animal prehistórico. La entidad envió al paleontólogo Guillermo del Corro, quien determinó que se trataba de un toxodón platensis.
El nombre significa diente curvado o «en forma de arco», en referencia a los incisivos superiores que estaban muy arqueados y eran sumamente fuertes, mientras que los inferiores, muy achatados y de disposición horizontal, le daban a la parte anterior de la mandíbula el aspecto de una enorme espátula. La especie había sido descubierta por Charles Darwin en 1833, cuando el científico encontró un cráneo de 70 centímetros de largo en Colonia del Sacramento, en Uruguay.
La segunda etapa de construcción del Palacio Municipal en 1981.
El hallazgo del toxodonte no fue el único obstáculo al que se enfrentó la construcción del Palacio Municipal de Tres de Febrero. Entre problemas económicos y avatares políticos, tardaron en total 20 años para terminar el actual edificio municipal Héroes de Malvinas, de Caseros.
«Más de 20 años pasaron desde aquel 1963, en el que se llamó a concurso de anteproyectos, hasta 1983, cuando por fin un intendente, Rodolfo Vázquez, pudo ocupar su despacho en el nuevo edificio», cierra Callegari.
Fuente: Clarín