Por primera vez, un estudio clínico sugirió que podría ser factible revertir el reloj epigenético del cuerpo, del cual depende la edad biológica de una persona.
El ensayo se llevó a cabo en California, Estados Unidos, y sólo involucró a nueve voluntarios. Durante un año, los participantes combinaron tres medicamentos -dos de ellos usados habitualmente para tratar la diabetes y una hormona del crecimiento-: terminado ese período, según publica la prestigiosa revista Nature, mostraron signos de rejuvenecimiento en su sistema inmunitario.
A la vez, según da cuenta la publicación, su edad biológica se redujo -en promedio- 2,5 años. Esa conclusión se obtuvo luego de estudiar las marcas en los genomas de cada una de las personas que participaron del estudio.
Los investigadores advirtieron que los resultados son preliminares, no sólo por el número acotado de participantes, sino también porque no se incluyó un grupo de control. Ese grupo es, en rigor, un grupo de personas que no se somete al tratamiento evaluado y cuya situación es comparada periódicamente con aquellas personas a las que sí se les suministra aquel tratamiento que se está poniendo a prueba. Aún dando cuenta de todos esos reparos, los investigadores se mostraron sorprendidos por los resultados obtenidos.
«Esperaba ver una desaceleración del reloj, pero no una reversión», sostuvo el genetista Steve Horvath de la Universidad de California, quien realizó el análisis epigenético, según Nature.
El reloj epigenético está basado en la información del epigenoma del cuerpo. A lo largo de la vida y a través de modificaciones químicas, el epigenoma cambia: esos cambios van determinando la edad biológica de una persona, que puede ser mayor o menor a su edad cronológica.
El ensayo llevado a cabo en California se propuso determinar si la hormona del crecimiento podía usarse de manera segura en humanos para restaurar el tejido de la glándula timo, que se encuentra entre los pulmones y el esternón, y que es clave para el buen funcionamiento del sistema inmune: ahí maduran las células que ayudan al cuerpo a combatir infecciones y cánceres. Esa glándula empieza a achicarse tras la pubertad.
Según Nature, distintos estudios practicados en animales y humanos mostraron que la hormona del crecimiento efectivamente estimula la regeneración del timo. Como esa misma hormona puede ayudar a que la persona desarrolle diabetes, se incluyó en el ensayo medicación antidiabética.
El estudio se hizo en nueve varones de entre 51 y 65 años. El director científico del ensayo, el inmunólogo Gregory Fahy, había leído en 1986 que un experimento había suministrado hormona del crecimiento a ratas y había logrado rejuvenecer sus sistemas inmunes.
Según describe Nature, para evaluar la evolución de los voluntarios se les tomaron muestras de sangre en varias instancias del tratamiento. Esas muestras dieron cuenta del rejuvenecimiento celular de cada uno de los participantes. A través de resonancias magnéticas, los investigadores monitorearon el tamaño y la composición del timo de los voluntarios durante el ensayo. En siete de los nueve participantes la grasa acumulada alrededor de la glándula había sido reemplazada por tejido de timo regenerado.
En la publicación, Nature asegura que los científicos observaron una reversión en el reloj epigenético de todos los participantes del ensayo. Según la revista, el laboratorio que encabezó la investigación ya planea un ensayo que incluya a mujeres, y que sea más abarcativo en cuanto a edades y etnias.
La revista científica también publicó la opinión del biólogo celular Wolfgang Wagner, de la Universidad de Aquisgrán, en Alemania: «Puede ser que haya algún efecto, pero los resultados no son sólidos porque el estudio es muy pequeño y no está bien controlado».
Fuente: Clarín