Son casi 12 millones los seguidores de ABBA en Spotify, la banda sueca que se separó en 1982 y que debe su nombre a las iniciales de sus cuatro integrantes: Agnetha Fältskog, Björn Ulvaeus, Benny Andersson y Anni-Frid (Frida) Lyngstad. El fenómeno que se inició en la década del 70 parece no tener fin y se replica en las nuevas generaciones que abrazan clásicos inoxidables como «Dancing Queen», «Chiquitita», «Mamma Mia!», «The Winner Takes It All», «Voulez Vous», «Take a Chance on Me», «Gimme! Gimme! Gimme!», «Money, Money, Money» y «Knowing Me, Knowing You».
El cuarteto que se formó en Estocolmo en 1972 saltó a la fama dos años después al ganar el concurso de canciones de Eurovisión, con Waterloo, pero, sin duda, el hit que los dio a conocer al mundo entero fue «Dancing Queen», en 1976, considerada una de las mejores canciones pop de todos los tiempos. Entre las tantas particularidades del grupo una de las que más llama la atención es que estaba integrado por dos parejas en la vida real. Björn y Agnetha se casaron meses antes de la formación del cuarteto, y Benny y Frida, lo hicieron en 1978, en pleno suceso de la banda, que ya contaba con una película propia: ABBA: The Movie, dirigida por Lasse Hallström ( ¿A quién ama Gilbert Grape?). La noticia de la separación, en 1982, fue un golpe duro para sus seguidores, quienes ya sufrían por los amores rotos, por ese sueño quebrado de no poder ver en escena a las dos parejas felices. Los primeros en firmar sus respectivos divorcios fueron Agnetha y Björn en 1979; dos años después, lo hicieron Frida y Benny. El futuro de la banda pendía de un hilo y, a pesar de las declaraciones del cuarteto, que mantenían que el «show debía continuar», el fin llegó.
Lo que continuó fue su música y el gran negocio que siempre mantuvieron latente. En los 90 volvieron a sonar con fuerza y no solo sedujeron a los nostálgicos. En 1992, se editó ABBA Gold, un compilado que incluía grandes éxitos, y el dúo inglés Erasure lanzó ABBA-esque, homenaje electrónico que copó las pistas en cada rincón del planeta. Cuatro años después veía la luz ABBA The Show, el espectáculo musical que ya giró por más de 40 países y que por primera vez se presentará en Argentina el próximo 6 de septiembre, en el Teatro Gran Rex. Dirigido por Matthew Freeman, el show que cuenta con el visto bueno de Björn y Benny es interpretado por la banda sueca Waterloo, acompañada por músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional de Londres y la presencia de Ulf Andersson, el saxofonista original del popular cuarteto que promete revivir la magia en escena. «Hay varias razones que podrían explicar el fenómeno de ABBA -analiza Andersson-. La más simple, me animo a decir, se debe a las canciones pegadizas, a la producción discográfica y, sobre todo, a sus cuatro grandes cantantes. También me parece importante destacar el trabajo de promoción de Stig Anderson, nuestro manager, que sin duda es otra de las piezas claves del éxito».
El revival ABBA siguió su curso en 1998 con la aparición de A*Teens, la apuesta pop sueca juvenil y el estreno de la inolvidable comedia australiana El casamiento de Muriel, con Toni Collette como la chica que vive en un mundo de fantasía al ritmo de las canciones del grupo. Pero sin duda, lo que lo cambiaría todo fue el estreno en Londres, en 1999, del musical Mamma Mia! ABBA volvió entonces a estar en boca de todos otra vez. El espectáculo fue reproducido en los más diversos países (incluida Argentina) y visto por más de 60 millones de personas, lo que empujó a Hollywood a trasladar la historia a dos films supertaquilleros. El primero vio la luz en 2008 y tuvo a Meryl Streep como protagonista (recaudó 600 millones de dólares en todo el mundo) y la secuela en 2018 (alcanzó los 394 millones), con el regreso de Cher no solo a la actuación sino a los estudios, donde grabó el álbum de covers que dio a conocer con el título de Dancing Queen.
-¿Cómo llegaste a ser parte de ABBA?
-Ya de adolescente tocaba en diferentes grupos, algunos de jazz, otros de pop. A comienzos de los 60 me convertí en músico independiente a tiempo completo, asumiendo varios compromisos con diferentes bandas de jazz, además de ser músico de apoyo para artistas, obras de teatro y espectáculos varios. En los 70 comencé a trabajar regularmente para la televisión y la radio, y me metí en el negocio de las grabaciones. Allí tomé contacto con ABBA, que recién comenzaba a dar sus primeros pasos. Fueron Agnetha, Björn, Benny y Anni-Frid los que me pidieron participará en algunas canciones que querían grabar.
-¿Recordás cuáles eran?
-¡Cómo olvidarlas! Puedo nombrarte, por ejemplo, «The Man in The Middle», «I Do, I Do, I Do, I Do», «Does Your Mother Know»,» Voulez-Vous», «Ring Ring»…
-¿Cómo fueron esos días de grabación?
-Siempre hubo un ambiente amistoso y relajado. Es que ellos cuatro asumieron una actitud profesional y ambiciosa en lo que hacían, lo que facilitó el trabajo de todos los que entrábamos a ser parte de sus producciones. Ellos sabían bien lo que querían.
-Las giras de ABBA hicieron historia. ¿Cuál fue el concierto del que formaste parte que más te movilizó?
-Cuando ABBA se preparó para las giras europeas y australianas en 1977, sumaron a los músicos que habíamos formado parte de las grabaciones. Tuve el placer de ser uno de ellos, lo que me permitió ser testigo de lo que generaba la banda en ese momento, del éxito descomunal, fueron unos shows fantásticos e inolvidables.
-Es difícil elegir una, pero si tuvieras que hacerlo, ¿cuál sería tu canción favorita?
-Es cierto, no es fácil, son tantos los éxitos. Tengo muchas canciones favoritas de ABBA. Dejame pensar. Si tengo que elegir solo una, sería «Dancing Queen». Esa canción siempre me dará un golpe de felicidad.
-Pensé que ibas a decir «I Do, I Do, I Do, I Do» (la canción incluye el famoso solo de saxo de Andersson)
-Es cierto que «I Do, I Do, I Do, I Do» tiene un valor muy especial para mí y mi saxofón. Por eso, cada vez que la hacemos en The Show es un gran honor interpretarla.
-¿Por qué decidiste formar parte de ABBA The Show?
-Durante casi veinte años hice cerca de mil actuaciones con The Show. Según el club de fans oficial del grupo, hemos logrado «el mejor ABBA desde ABBA». Tuvimos la suerte de visitar muchos países y la respuesta siempre fue maravillosa. Se trata de un gran espectáculo.
-Muchos todavía sueñan con un concierto de despedida de la formación original. ¿Creés que es posible?
-Hace un par de años, Björn y Benny celebraron sus 50 años de cooperación. Esa fue una gran fiesta en el restaurante Berns, en Estocolmo. Fuimos cerca de 500 personas invitadas. Allí escuchamos a la orquesta de Benny Andersson con Björn, Agnetha y Frida interpretando una canción de ABBA. Fue genial volver a verlos actuar juntos. Los cuatro en el mismo escenario. Con el tiempo aprendí a decir nunca digas nunca. Quién sabe.
La sospecha del regreso de la banda a los escenarios tomó fuerza el año pasado, cuando en un comunicado oficial confirmaron que se habían reunido en un estudio de grabación. «Decidimos que después de 35 años podría ser divertido unir fuerzas de nuevo y entrar en el estudio. Lo hicimos. Y fue como si el tiempo se hubiera detenido y solo hubiésemos estado fuera durante unas breves vacaciones». En aquel encuentro registraron dos nuevas canciones, una de ellas se titula «I Still Have Faith in You» (Andersson asegura que en total serían cuatro las nuevas), que formarán parte de la gira virtual que la banda está preparando. Lo que se sabe es que los integrantes originales, fueron escaneados en 3D para que se vean en escena, tal y como se los veía en los setenta.
-¿Crees que los conciertos digitales pueden llegar a transmitir la magia ABBA?
-Con o sin los avatares, ABBA se mantendrá en el tiempo. Durará muchos años más.
Fuente: Fabiana Scherer, La Nación