El 3D lleva décadas intentando reproducir con el mayor realismo posible lo que ven nuestros ojos. Desde finales de 2018, los usuarios de Facebook pueden compartir sus fotos en este formato, para dar más vida a los recuerdos que comparten en la red social. Pero ha sido Erick Glen Boyd Cerezo, estudiante de 23 años de animación digital de Ciudad de México, uno de los que le ha dado un nuevo sentido a esta herramienta: ver obras de arte como no pudimos hacerlo antes, escapando de las dos dimensiones.
Su creación en 3D del fresco llamado La Apoteosis de San Ignacio (1694), de Andrea Pozzo y situado en la iglesia de San Ignacio de Loyola de Roma, se ha compartido más de 625.000 veces a través de su cuenta de Facebook. Para apreciar el efecto tridimensional, el usuario debe colocar el ratón sobre la imagen y mover el cursor.
«Empecé este mismo verano de 2019, al verlo en otros perfiles de Facebook. Me pareció una buena forma de aplicar lo aprendido en mis cases de dibujo y me puse a investigar cómo se hace», comenta Boyd a Verne por teléfono. Su primer intento fue con un cuadro de un pintor estadounidense al que admira especialmente, James Hoff. [Puede verse al final del texto junto a otras obras]
Una de las personas en las que se inspiró fue en su propio hermano Alex, también formado en el campo de la ilustración y que publicó una de estas imágenes en abril de 2019.
Para lograr este efecto, la persona que sube la imagen a la red social tiene que separarla antes por capas de profundidad con una herramienta de edición como Photoshop. Hacer cada una de estas imágenes suele llevar a Erick un par de horas, cuenta desde México: «Lo más complicado es elegir los elementos que quieres destacar en cada una de esas capas».
Lo que este animador intenta es trasladar la técnica a obras de arte conocidas por jugar con la sensación de profundidad. Quieres darles un efecto que sus autores no pudieron por las limitaciones técnicas a las que se enfrentaban en su momento.
Además del fresco de Andrea Pozzo, otro ejemplo de ese intento de romper las dos dimensiones es el célebre plano en el pasillo del hotel de El resplandor (The Shining), de Stanley Kubrick.
«Los gifs, memes y demás formatos llegados con Internet nos permiten ser más creativos y ayudan a innovar y a añadir algo de humor en profesiones como la mía», dice este estudiante, a quien le gustaría especializarse en la herramienta como After Effects para dedicarse a crear efectos especiales para el cine.
Fuente: El País