La Ópera de Los Ángeles (LA Opera) anunció este martes que abrirá una investigación a Plácido Domingo, director general de esta institución desde 2003, por las acusaciones de presunto acoso sexual desveladas en su contra.
«La Ópera de Los Ángeles tiene robustas políticas de recursos humanos y procedimientos en vigor. De acuerdo con esas políticas, LA Opera contratará asesoramiento externo para investigar las preocupantes acusaciones sobre Plácido Domingo», dijo la compañía en un comunicado.
Leyenda de la ópera y estrella mundial de la música clásica, el tenor español fue acusado por ocho cantantes y una bailarina por presunto acoso sexual.
Ante las acusaciones, Plácido Domingo dijo que creyó «siempre» que todas sus «interacciones y relaciones» con mujeres eran «bienvenidas y consensuadas».
«La gente que me conoce o que ha trabajado conmigo sabe que no soy alguien que dañe, ofenda o avergüence a nadie», aseguró.
La mezzosoprano Patricia Wulf, una de las mujeres que ha acusado a Domingo y la única que no lo ha hecho de forma anónima, se ratificó este martes, en declaraciones a Efe, en sus alegaciones contra el tenor y defendió tener «un testigo que respaldará esto».
En su primera reacción a lo sucedido, la Ópera de Los Ángeles dijo hoy martes que cree que «todos los empleados y artistas deberían ser tratados respetuosamente y sentirse a salvo y seguros en su entorno laboral».
En este sentido, la institución afirmó que investigará las acusaciones contra su director general.
«Plácido Domingo ha sido una dinámica fuerza creativa en la vida de LA Opera y la cultura artística de Los Ángeles durante más de tres décadas. No obstante, estamos comprometidos a hacer todo lo que podamos para favorecer un entorno profesional y colaborativo donde todos nuestros empleados y artistas se sientan igualmente cómodos, valorados y respetados», se añadió en un comunicado.
La Ópera de Los Ángeles no es la única organización musical que ha reaccionado a las acusaciones contra Domingo.
La Orquesta de Filadelfia (EEUU) anunció este martes la cancelación de una actuación de Domingo que estaba prevista para el 18 de septiembre como la gran apertura de su temporada de conciertos. Una medida similar tomó la Ópera de San Francisco.
A pesar de esta cancelación, Domingo si actuará en el Festival de Salzburgo el próximo 25 de agosto, junto a Nino Machaidze y Cecilia Molinari, ya que la organización austríaca sí respaldó por el momento al tenor.
Domingo es toda una institución y una figura en Los Ángeles, donde se le considera una personalidad clave en el desarrollo y promoción de la ópera en la ciudad californiana.
El tenor tiene una estrella con su nombre en el célebre Paseo de la Fama de Hollywood.
El artista español recibió en noviembre de 2017 un gran homenaje por los 50 años de su debut en Los Ángeles, un tributo muy especial en el que participaron numerosos compañeros de la música así como el alcalde angelino, Eric Garcetti.
«Maestro, hermano, un ángel en esta ciudad de Los Ángeles», apuntó aquel día, y en español, Garcetti.
«Hay dos tipos de personas en Los Ángeles. Los suficientemente afortunados, como yo, que nacieron aquí y los suficientemente listos como para venir aquí», bromeó el regidor, quien aseguró que todos los angelinos fueron «bendecidos» cuando Domingo «descendió con sus alas» en esta urbe.
Domingo actuó por primera vez en Los Ángeles el 17 de noviembre de 1967 con «Don Rodrigo», compuesta por Alberto Ginastera y con producción de la Ópera de Nueva York.
En la producción inaugural de la Ópera de Los Ángeles en 1986, Domingo lideró «Otelo» de Giuseppe Verdi y desde entonces ha aparecido como cantante en cada una de las temporadas de la compañía.
La última actuación de Domingo en la Ópera de Los Ángeles tuvo lugar en mayo con la zarzuela «El gato montés», donde interpretó a el bandolero Juanillo y estuvo acompañado por la puertorriqueña Ana María Martínez (Soleá) y el mexicano Arturo Chacón-Cruz (Rafael Ruiz).
Nueve mujeres acusan al tenor español Plácido Domingo, una de las figuras más importantes de la historia de la ópera, de supuesto acoso sexual. Los testimonios han sido publicados en la madrugada del martes por la agencia Associated Press, que solo identifica por su nombre a una de las víctimas, la mezzo-soprano Patricia Wulf. Según la agencia estadounidense, Domingo presionó a mujeres para que mantuvieran relaciones sexuales con él a cambio de trabajos, y llegó a castigar profesionalmente a las que se negaban. Los hechos se remontan a principios de los años ochenta y se extienden durante tres décadas. «Es doloroso oír que he podido molestar a alguien», ha respondido el tenor, pese a calificar las acusaciones de «inexactas». «Las reglas y valores por los que hoy nos medimos, y debemos medirnos, son muy distintos de cómo eran en el pasado», ha añadido.
Domingo, de 78 años, es uno de los tenores más admirados de todos los tiempos y uno de los hombres más poderosos de la música clásica a nivel mundial. Comenzó su carrera hace cinco décadas. Ha interpretado más de 150 papeles en más de 4.000 actuaciones. Actualmente, sigue cantando y dirigiendo y ejerce como director de la Ópera de Los Ángeles, en California.
Ocho cantantes y una bailarina aseguran a la agencia de noticias que fueron acosadas por Domingo, en una actitud calificada como de secreto a voces en el mundo de la ópera. Una de ellas asegura que Domingo le metió la mano por debajo de la falda y otras tres aseguran que las besó a la fuerza en lugares como un camerino, una habitación de hotel y una comida de negocios. “Que alguien te esté intentando coger de la mano durante una comida de negocios es raro, o que te ponga la mano en la rodilla”, describió una de las cantantes. “Siempre te estaba tocando de alguna forma, siempre besándote”.
Aparte de estos nueve testimonios de acoso sexual explícito, otra media docena de mujeres han relatado a la agencia que Domingo les hizo proposiciones incómodas. Una cantante cuenta que le pidió insistentemente salir con ella después de haberla contratado para una serie de conciertos en los años noventa. Además, otras tres docenas de profesionales, desde músicos hasta tramoyistas, han contando a la agencia que fueron testigos del comportamiento sexual inapropiado de Domingo y de que perseguía a mujeres jóvenes impunemente.
Domingo no contestó a un cuestionario detallado de AP sobre episodios concretos, pero ofreció la siguiente respuesta a la agencia: “Las acusaciones de estas personas anónimas que se remontan hasta tres décadas atrás son profundamente preocupantes y, tal como se presentan, inexactas. Aún así, es doloroso oír que he podido molestar o hacer sentir incómodo a alguien, da igual cuánto tiempo haga de ello y a pesar de mis mejores intenciones. Creía que todas mis interacciones y relaciones fueron siempre bienvenidas y consentidas. La gente que me conoce o que ha trabajado conmigo sabe que no soy alguien que pueda hacer daño, ofender o avergonzar a alguien de manera intencionada”.
“Sin embargo”, continúa la respuesta de Domingo, “reconozco que las reglas y valores por los que hoy nos medimos, y debemos medirnos, son muy distintos de cómo eran en el pasado. He sido bendecido y privilegiado de haber tenido una carrera de más de 50 años, y me ceñiré al más alto estándar”.
La mayoría de las nueve mujeres eran jóvenes que empezaban en su profesión. Sus historias muestran un patrón de conducta por parte del tenor. Las contactaba con insistencia, a menudo con llamadas repetidas a casa durante la noche, mostraba interés por sus carreras e insistía en que se citaran en privado para una copa o una comida, o en su apartamento u hotel, bajo la excusa de ofrecerles consejos profesionales.
Siete de ellas creen que su carrera se vio afectada por rechazar a Domingo. Solo la mezzo-soprano Patricia Wulf, que trabajó con Domingo en la Ópera de Washington, ha autorizado a AP a dar su nombre. Las demás exigieron anonimato, argumentando que aún trabajan en la industria y temían represalias o que temían ser humilladas o acosadas públicamente. En algunos casos, las actuaciones prometidas nunca llegaron a concretarse. En otros, no volvieron a trabajar para el tenor.
Dos de las mujeres aceptaron sus proposiciones porque sentían que no podían decir que no al hombre más poderoso de su entorno. Una de ellas relató que se acostó con Domingo dos veces, una de ellas en el hotel Biltmore de Los Ángeles, que está a cuatro manzanas de la sede de la ópera de la ciudad. Cuando Domingo se fue, le dejó 10 dólares diciendo: “No quiero que te sientas como una prostituta, pero tampoco quiero que tengas que pagar por aparcar”.
Muchas de estas mujeres relatan que sus compañeros de profesión les advirtieron de que nunca se quedaran a solas con Domingo, ni siquiera en un ascensor. «Hay una tradición oral de advertir a las mujeres sobre Plácido Domingo», aseguró una mezzo soprano que trabajó en la Ópera de Los Ángeles. El consejo era, según relataron muchas mujeres, «evitar la interacción con él a toda costa». Si las invitaba a comer, debían evitar el alcohol y encontrarse siempre en un lugar público y a almorzar, nunca a cenar.
Ninguna de las mujeres pudo ofrecer documentación de algún tipo que sustentara sus acusaciones, pero la agencia habló con “muchos” colegas y amigos a los que relataron lo sucedido en su momento. Además comprobó que efectivamente trabajaron en los lugares de los hechos y que Domingo coincidió con ellas.