Es el resultado de un informe en línea realizado por la Universidad Torcuato Di Tella sobre el impacto de la tarjeta del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires que ofrece descuentos para jóvenes estudiantes de entre 16 y 19 años.
De acuerdo con la encuesta, que llevó adelante el Centro para la Evaluación de Políticas basadas en la Evidencia sobre una muestra de los 8.500 estudiantes usuarios de Pase Cultural, el uso de la tarjeta en cines se ubicó primero con un 57 por ciento, seguido por las compra en librerías que alcanzó un 38 por ciento, aunque un análisis fino centrado en los montos económicos colocó las mayores cifra en la adquisición de libros (un 56 por ciento).
En cuanto a asistencia, mucho más atrás se ubicaron los museos, el teatro y la compra de discos, destacó la encuesta desarrollada con el objetivo de conocer el impacto de esta política pública, que otorga un crédito de 2.000 pesos semestrales para descuentos o entradas gratuitas a jóvenes estudiantes de entre 16 y 19 años y docentes de escuelas públicas porteñas.
Si bien casi todos los alumnos realizaron alguna actividad en el último año, el mayor porcentaje (88 por ciento) estuvo concentrado en cine y libros, mientras que la proporción de alumnos que participaron de otras actividades, como ir museos, recitales, teatro, centros culturales, espectáculos de danza y talleres, alcanzó un rango entre 25 por ciento y 57 por ciento.
Con respecto a la lectura de libros, un 17 por ciento de los jóvenes leyó un libro una vez en los últimos doce meses; un 34 por ciento dos; y apenas dos dígitos más, un 36 por ciento, leyó más de 5 veces en el último año.
De los que leyeron, un tercio de los alumnos dijo hacerlo por iniciativa propia, un tercio motivado por la escuela y otro tercio lo hizo por la combinación de ambas.
En escala decreciente a las lecturas fueron las visitas a museos: un 29 por ciento de los alumnos fueron una vez en el último año, el 21 por ciento fue entre dos y cinco veces, y sólo un 6 por ciento fue más de cinco veces.
Mientras que el cine, que fue la actividad cultural más realizada y organizada en su totalidad como iniciativa de los jóvenes, un 15 por ciento dijo haber ido una vez el último año, un 42 por ciento entre 2 y 5 veces y un 30 por ciento más de cinco veces.
Aquellos estudiantes que reportaron no haber realizado alguna actividad cultural en el último año, al ser preguntados por las razones, las respuestas fueron «falta de gusto o «falta de interés», sobre todo en el caso de la lectura de libros, espectáculos de danza, teatro, museos, y centros culturales, mientras que en el acceso a cine y recitales un argumento fue el «alto precio» de las entradas.
Asimismo, en términos de dispersión geográfica, los consumos culturales se concentraron mayormente en la comuna 1, en menor medida en la comuna 14, 5 y 6, algo que no debe asociarse a que los alumnos vivan en mayor proporción en esas zonas ya que un 75 por ciento reportó haber realizado una actividad cultural en un barrio fuera de su comuna de residencia.ImprimirDescargarCopiar